Fase visual: de color daurat. Es veu glicèric. Net i brillant.

Fase olfactiva: 

Sense moure la copa; bona expressió al nas. Tocs de brioxeria. Fruita blanca. Llevats amb subtils torrats.

A copa moguda; aromes de llevats de pa. Mineralitat i tocs d’espècies dolces. Aromes empireumàtiques.

A mesura que s’obre emergeixen flaires de mel. Avellanes. Torrefactes i mineralitat.

Nas bastant complex.

Fase gustativa: Entrada elegant, cremosa i viva. Boca untuosa, madura, mineral. Carbònic molt ben integrat. Franc. Llarg i persistent.

Amarillo dorado con un tono subido de color. Burbuja bastante fina.

Nariz elegante, con muchas notas tostadas sobre recuerdos a cereal, amielados, compleja bolleria y mazapan.

Amplio, elegante, el carbonico casi no existe. Magnifica acidez, grasa y estructura. Final largo y un postgusto muy por encima de sus hermanos. Complejo, aterciopelado y placentero de arriba a abajo.

Color dorado con burbuja pequeña de lenta ascensión.
La nariz es de buena intensidad, la fruta presente pero deja el protagonismo a las notas minerales, recuerdos ahumados, cereales tostados, café, ligeros almibares, asoman flores blancas y forma un conjunto elegante, maduro pero no exento de frescura.
En boca entra delicioso, fresco, más jovial de lo que anunciaba la nariz, armado de un gran esqueleto al que da forma una excelente acidez, todo en su sitio, sensaciones minerales y un final muy largo, de los que dejan huella.
Un grande y placentero Champagne.

Pues es un pedazo de champagne al que creo se le apoderaron las expectativas con las que acometí la cata y las otras referencias de Laurent Perrier que disfruté previamente.

El caso es que me pareció muy redondo, elegante, estructurado... pero se me quedó por detrás del Millesimé 2002.

Antes y después.

Me explico: caté previamente el Millesimé, que me extasió, posteriormente este Grand Siècle que se me quedó detrás del anterior como digo, para luego volver a disfrutar del Millesimé... que en esta secuencia se comió literalmente al Grand Siècle.

Cortesía de Marqués de Riscal en su Aula.

A la vista presenta un color amarillo dorado, con unas burbujas finas verticales y con una buena corona, brillante y en conjunto un color a destacar.

A la nariz se muestra de entrada una gran sutileza y con una buena franqueza, van apareciendo los detalles de la frutos secos, algo de mantequilla, detalles de cítricos y la mineralidad

En la boca, de entrada elegante, ligero, con una gran equilibrio.

Largo, muy largo.

Un gran sorpresa agradable, para un no muy entendido en estos vinos.
Cata realizada en el aula de Marqués de Riscal.

Un champagne probablemente perfecto, es sutil, elegante, fino y sensual. Un cava excepcional en su paso de boca, muy maduro y rico en aromas en boca. Grande en longitud y persistencia. No hablamos de equilibrio, sino de un paso más, hablamos de placer,