Oro viejo, limpio y brillante.
Intenso en nariz con notas de miel, piel cítrica en confitura, orejones, trazas especiadas, canela, azafrán, fruta blanca muy madura. Con más aire aparecen ya recuerdos de cera de panal y pegamento, incluso notas herbáceas. No muy complejo pero sí muy bien definido.
En boca es un vino sencillo, algo falto de fuerza y pegada, con la acidez algo justa y un paso bastante ligero, con un final de frutas maduras y amargas, un dulzor muy integrado y un recuerdo algo alcohólico. Se bebe bien pero no deja huella. Persistencia media.
Un Barsac sencillo, que nos da la impresión de haber llegado a su curva de consumo, fácil de beber y redondo en boca, pero falto de carácter y profundidad. No está mal como iniciación a estos vinos, pero en su gama de precios (28 euros) hay opciones mucho mejores en otras zonas.
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