Pajizo dorado. La nariz es intensa, con ciertos toques golosos, aparece también fruta amarilla algo "tirante", algún toque mineral, notas lácticas, pastelería y el final resulta algo cítrico. En boca el ataque es de buena intensidad, algo dulce, amplio, con excelente acidez, untuoso y bastante largo.

Dorado pálido brillante con una ligera turbiedad.
La nariz es de media intensidad y se expresa con franqueza y una exquisita sutilidad. Toques inicialmente florales, algo de fruta blanca muy fresca, ligeros recuerdos cítricos de limón y pomelo, un fondo mineral siempre presente y muy elegante y unos ligeros atisbos herbáceos conjuntan una nariz fresca y sobre todo sutil.
En boca sigue por los mismos derroteros, ya que se muestra fresco y limpio, con una excelente acidez cítrica, un paso etéreo y cristalino y un final amplio y estructurado que deja recuerdos cítricos y minerales. Posgusto ligeramente amargoso. Persistente. Joven todavía, con expectativas importantes de mejora en botella.
Un Sancerre como la copa de un pino, menos expresivo que “Les Monts Damnés”, pero más fino y sutil, de más largo recorrido. Hace relativamente poco probé un 96 de este mismo vino y estaba igual de joven. La Sauvignon blanc en su estado más puro. Un vino de bandera. Precio 24 euros, nada caro para su enorme clase.

Pajizo dorado. Nariz de buena intensidad, levemente golosa, con toques de manzana Starking, un franco carácter floral, recuerdos herbáceos, ligeramente goloso, con notas de pastelería. En boca tiene buen ataque, cierta densidad, con buena acidez y muy buen recorrido. Es amplio y equilibrado.

Un vino que ofrece bastante pero promete mucho más... Las hechuras anticipan una excelente evolución en botella en unos 4-5 años.

Amarillo pajizo con reflejos metálicos.
En nariz aparece fruta con huesa verde, algunas notas golosas, pastelería, crema pastelera y cítricos. Intensidad media.
En boca es dulce, llena el paladar, de nuevo esos recuerdos a crema pastelera, tacto cremoso y largo.