Porque menuda chardonnay se asoma en esta botella. Una chardonnay pura, directa y deliciosa.

Comenzamos por esa nariz con manzana roja y verde maduras, con pera de agua y unos cítricos maduros, pero muy perfumados. Y no se queda aquí, sino que aparecen flores, notas herbáceas y de pimienta, de pastel de manzana y vuelta a la fruta otra vez, apareciendo un toque de melón. La mineralidad gana fuerza con la oxigenación y va apareciendo un toque como salino.

Y rematamos con la boca, con una fruta jugosa y con más carga cítrica, que se apoya en una buena acidez y una mineralidad más marcada en esta fase. Notas avainilladas, cremosas, con notas pasteleras y de especias picantes, continúan mostrando lo que da este vino, con toques salinos y notas herbáceas y florales. Buenos amargores y un postgusto muy largo. Tiene chicha para seguir creciendo durante una larga temporada.

Como me están gustando estas chardonnays californianas.

Color amarillo pajizo pálido con reflejos verdosos, brillante. 

Nariz de buena intensidad, aromas cítricos combinados con fruta de hueso, mandarina, notas florales con leves toques de hinojo, mineral. 

En boca es fresco, cítricos, manzana verde  y fruta de hueso, cremoso con un cuerpo medio, final floral y salino de larga persistencia.