Color rosa asalmonado suave, brillante y limpio de reflejos cobrizos. Con una lágrima densa y grade que queda bien marcada en la copa. Intensidad media en aromas que destaca fruta fresca(fresa) al igual que notas cremosas por separado, sin mezclarse, se identifican perfectamente los aromas. Pero no es una sensaciones de láctea de fresas con nata. También tiene un punto en el aroma fresco de hierba buena, lavanda/espliego, flor blanca y cítrica ( limón seco ). Es un aroma complejo, que cada vez que se mueve la copa surge una nueva esencia. 

Vino encerrado en una botella borgoñona que está vestida con una etiqueta que rezuma modernidad. Correcto el corcho que la cierra.

    A la vista un color rosa asalmonado de capa baja. Limpio y brillante. Fina lágrima que con pereza se desliza por el cáliz de la copa. Ribete piel cebolla.

     En nariz frutillas rojas en sazón, ligeras fresas y sus chuches. Notas de frambuesas y poco más.

     En boca es fino, cierta elegancia, fresco, equilibrado, jovial, fino y con un volumen medio-bajo. Fresco paso de boca. Con una fresca acidez que le va a dar 1,5- 2 años de vida.  Es un vino que me da una permanencia en boca de 1,30 minutos. Esperaba más de él. En España tenemos infinidad de vinos rosados mucho mejores que este.

Rosa pálido con reflejos cobrizos.

Nariz de buena intensidad con notas cítricas, cerezas y fruta tropical que se abren sobre un fondo de aromáticas (salvia y hierbabuena).

Ataque amable, buen paso, muy redondo y equilibrado, con amplitud y buena acidez. Persistencia media con notas florales en retronasal. Curioso y atractivo rosado.

Rosa asalmonado con reflejos cobrizos.

Es de un aroma suave, fino, delicado, pide tiempo en la copa. Intensidad media nada carente de contenido, equilibrado y serio. Hay un fondo seco, vegetal, recuerda al hueso de la cereza y la endrina. Fruta sabrosa y madura, fresas y un poco de frambuesa. Final que aventura un toque de complejidad y al movimiento se torna fresco con un ligero aspecto balsámico, garriga, flores azules, punto licoroso y un curioso toque que recuerda a la zarzamora, sus flores y hojas.

En boca tiene tacto, hay grasa, es meloso y una sensación más que una realidad de dulzor. Grato punto amargo, lo paladeas, acidez fina e integrada se la puede echar de menos, a mi me encanta el punto de naturalidad. El retrogusto es lo percibido en la nariz, con un dominio de la fruta roja y la endrina.