La elección del sitio fue en base a que disponen de un servicio de animación infantil en el que poder descargar los retoños, dejando así que los adultos recuperemos, aunque sea parcialmente y por unos minutos, el resuello.
Tal como me dicen últimamente: "...es lo que toca ahora, Fer... ya vendrán otros tiempos... pero también con sus cosas eh?... no te vayas a pensar..." esta coletilla final que sega cualquier atisbo de ánimo parece ser imprescindible para cualquier interlocutor de turno que se precie.
Ubicado en el epicentro del lago de la Albufera, en El Palmar, pedanía de Valencia, donde la proporción de restaurantes por habitante censado debe ser de las más escandalosas de la provincia.
Amplia capacidad, con una sala principal enorme y una terraza cubierta. Entre ellas, una transición a la intemperie en la que también colocan mesas. El local en sí no tiene encanto alguno manteniéndose en una raspada corrección. Vistas a uno de los embarcaderos dentro de un entorno, tan valorado como arraigado entre los valencianos, que le hace subir enteros este apartado.
Al reservar ya encargamos una Paella Valenciana. Esta en concreto no resultó nada fuera de lo común. Fondo de sabor algo bajo y desajustado, un grano correcto y pasado de socarrat convirtiendo así lo que es una virtud en defecto.
La paella fue precedida de unos entrantes compartidos, concretamente Calamares a la Romana, Patatas Bravas y All i Pebre. Correctos los dos primeros y oficio, como no se podía esperar de otra forma, en la anguila.
Un par de postres que se dejaron también en el centro para compartir y a los que no metí cucharazo, una Tarta de Queso con Arándanos y un Helado servido en copa, no me pregunten de qué.
Para beber, unas cervecitas (tercios de San Miguel sin otra opción a 2.30 c/u), una botella de Impromptu 2015 D.O. Utiel Requena que resultó ser lo mejor de la comida junto a su precio (22€). Lástima de copas. También una botella de agua de litro (3.20€).
Acabé con un café con hielo.
Voluntarioso servicio aunque algo desbordado en ocasiones.
En resumen, reconociendo que las hay bastante mejores, esta resulta una de tantas opciones en la zona, todas ellas cortadas por el mismo patrón basado en cocina tradicional de ámbito local pero... ahora es lo que toca
Cuando no se puede escoger, ya se sabe... pero siempre hay que encontrar el punto positivo, asi descubres restaurantes que tal vez no hubieses conocido nunca ;-)
Un abrazo
Joan
Peor será cuando vayas a Mc Donals, asi que disfruta ahora de lo que hay.
Saludos
Je, je... ese optimismo, que nunca falte!!
Un abrazo!
Soy consciente de que todo eso también llegará ;-)
Un saludo!
Lo importante es no perderte el hoy, que el mañana, no te preocupes que llegará.
Y si no llegara, era absurdo preocuparse.
Saludos
Esa es la clave del negocio de Mac y Burg... zona de ocio para los peques y regalito con la comida. Los niños contentos y los padres más, aunque la comida sea como es... ;-)
Intentaremos "regatear" esos negocios buscando opciones como esta. Ya veremos, a la hora de la verdad, dónde acabamos, je, je...
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