Restaurante Filandon en Madrid
Restaurante Filandon
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.6
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.4
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Opiniones de Filandon
OPINIONES
10

Se me ha ocurrido mirar en el RAE el significado de FILANDON, para ver si tenía que ver algo con el ÉXITO o PROSPERIDAD, ("reunión vecinal, invernal y nocturna, en la que las mujeres hilaban y los hombres hacían trabajos manuales, y donde se contaban historias"), porque no es normal el éxito de este restaurante tiene entre semana (los fines de semana ni los menciono) entre ex ministros, gente relacionada, gente bien, futbolistas, etc..., en mi caso: grupo de amigos.

Supongo que prestar un servicio adecuado para el elevado número de clientes repartidos entre las incontables salas no debe ser fácil, pero objetivamente a pesar de las buenas intenciones (se reparten abrazos en un número muy elevado) evidentemente el servicio deja mucho que desear para la oferta que se "pretende" (eso, o es que no tenemos derecho a los abrazos). En cualquier caso esas dificultades en la organización del servicio (que son más que evidentes) no tiene nada que ver para quien presta ese servicio (supongo que sobrepasados y que bastante tienen con salir airosos cada tarde-noche).

En esta reciente visita (mediodía de viernes) hemos optado por:

Como entrantes dos medias raciones de "Patitas de pulpo de roca a la brasa", muy correctas y bien presentadas, y de un "Salmón ahumado artesanal de Pescaderías Coruñesas", un trabajo realmente muy bueno pero presentado muy previsiblemente (filetes de salmón ahumado acompañado con cortes de cebolla, pepinillo, clara y yema de huevo cocido), como en casa...

Como principales: "Solomillo a la parrilla", bueno y preparado tal y como se solicitó (me espera un producto más espectacular), y una fantástica "Cola de Merluza de anzuelo", producto y cocción de 10, que incomprensiblemente fue bañado en una esperpéntica salsa cítrica que no decía nada y sobraba toda. Como guarnición de "Patatas fritas finísimas y crujientes”.

De postre compartimos una excelente "Tarta de limón casera". El servicio de café fue un desastre, no reconocí la calidad del café por la temperatura (estaba helado).

De la carta de vinos (con precios bastante correctos y algo de variedad) recurrimos a lo fácil: IMPERIAL RESERVA (2010), un tinto clásico de La Rioja con 85% de tempranillo, 10% de graciano y 5% de mazuelo. Perfectamente servido. Excelente.

Sinceramente echo en falta (por lo que a mí me gusta, por supuesto) ciertos riesgos o gestos hacía cocina de autor porque creo que se lo pueden permitir, pero supongo que PESCADERIAS CORUÑESAS ha optado por un claro inmovilismo en la carta (que funciona...) y por su impresionante producto. Y eso es lo que se ofrece (a corto plazo seguirá siendo un rotundo éxito), y yo seguiré acudiendo por temas familiares o algún encuentro casual (no perder una reserva, como fue el caso), porque para "más de lo mismo" por Infanta Mercedes hay mas "sinceridad". El sitio espectacular, eso sí, ya lo dije en otra ocasión.

Tremendo éxito de afluencia para ser mediodía de un anodino miércoles laborable.

Paseo con parsimonia sus salas, no dando la impresión de ser un local de unas dimensiones tan enormes. Bien estructurado y mejor decorado y mantenido.

http://www.filandon.es/

La calidad de sus productos avalada por su larga trayectoria del grupo hostelero y distribución especializada. Ya conocía su establecimiento El Pescador, así que ya tenía una modesta referencia previa.

Excelente degustación de unas pequeñas ostras gallegas para terminar con un rape a la vizcaína (pixín, creo lo llaman). Para compatir el plato del día; boletus con huevo.

No es mi estilo de restaurante; masivo, bullicioso, industrial y servicio estresado y mareado. Las enormes cristaleras volcadas a un precisos entorno, hace reverberar las conversaciones, que me producen desazón. Aunque en el campo, su emplazamiento junto a la m45 lo rellena de música de motores de combustión interna.

Ausencia de cervezas artesanales.

Tiene un precio muy razonable.

Para quien le guste.

El mar de vehículos que acampan en la carretera del Pardo y en el inmenso parking del FILANDON (al fondo hay sitio) es un síntoma claro de que las cosas bien hechas suelen ser sinónimo de éxito, el boca a boca que recorre todo Madrid desde el último año respecto a este restaurante también ayuda.

El edificio y entorno es un trabajo de buen gusto espectacular, sin palabras.

El servicio es muy numeroso lo que suple cierta despreocupación por el cliente, pero en cualquier caso cumple a la perfección para satisfacción de una clientela de altos vuelos, hay que decir que el restaurante estáa totalmente lleno en una noche fría y desangelada de sábado (desconozco ni me imagino el numero de servicios que se sirvieron).

La carta está enfocada a la parrilla (tanto de pescados como de carnes), con producto de altísima calidad sin recurrir para bien o para mal a elaboraciones complejas.

El lenguado para compartir con ajada y salsa de limón fue sobresaliente, en cambio la merluza rebozada no dice nada de nada, está claro que hay que recurrir a la parrilla si o si.

Como entrantes:

Fantásticas croquetas de carabineros, muy superiores a las de jamón (también buenas), las dos muy cremosas, pero las primeras con un sabor a carabinero perfecto. Excelentes.

El pulpo a la brasa, sin ser perfecto, acompaña a la perfección.
Como postres: muy buena tarta de queso y un correcto coulant de chocolate.

La carta de vinos es algo desordenada pero ajustada de precio. Nos decantamos por CARABAL 2009 (18 €).

El servicio de pan es muy interesante, en especial el pan de cristal, muy bueno.

El edificio debe ser recorrido con tranquilidad para admirar todos y cada uno de los detalles, a cada paso se descubren nuevas instancias, es increíble que de esta inmensidad salgan platos decentes…, pero así es (sin mucha complejidad por supuesto).

Muy recomendable.

Guiados por la líder de festejos, acudimos cinco personas a cenar a este imponente restaurante. El entorno es sencillamente espectacular, una terraza enorme que ahora con el buen tiempo hace de la cena un lujo. El restaurante es enorme, sería un sitio para celebrar una boda de 200-300 personas sin problemas. El equipo de camareros es muy numeroso, nunca había visto tanta gente atendiendo, verdaderamente es difícil que tener que esperar para pedir algo. Al entrar te topas con la parrilla y ya te puedes hacer una idea de lo que tienen por allí, diferentes pescados preparándose en las brasas hacen que empieces a tener clara cual va a ser tu elección.

La comida es producto con la justita elaboración, pero cuando el producto es tan bueno, casí mejor respetarlo. A destacar los pescados, se nota que Pescaderías Coruñesas está presente, probamos un gran Rodaballo parrilla el cual te lo preparan para compartir entre dos, fantástico sabor y textura, unas cocochas a la parrilla estupendas y otras en su preparación más clásica pil-pil para mojar sin parar, y por último un besugo que pude probar y me resultó muy sabroso, francamente muy bien todo lo que venía del mar.

Antes de los pescados habíamos probado unas deliciosas croquetas de carabinero, unas buenas anchoas de Santoña con el pan de cristal, una riquísima ensalada de tomate y espárragos trigueros a la parrilla y un queso burrata con tomate de huerta y rúcula, quizá el plato más prescindible de todos los entrantes.

De postre probamos un par de 'chocolate de los más golosos', que básicamente es un coulant que sirven acompañado de helado, rico, dos tartas caliente de manzana con helado de vainilla, es un tatín de manzana muy fino, francamente bueno (9 euros) y un helado de fresa.

Durante la cena bebimos un par de botellas de Raventós i Blanc Gran Reserva (18) y otra de Ossian 2011 (26), bastante bien tanto el cava como el blanco, siempre reposados en su cubitera de hielo picado.

El servicio fue profesional, como digo difícil que se les escape algo con tanta gente atendiendo: el servicio del vino no se limita a abrirlo, dan de probar y suelen estar atentos a rellenar las copas.
La carta de vinos es muy mejorable, quizá lo único que les falta para tocar techo, pero a nosotros tampoco nos hizo falta nada más, tuvimos suficiente para alegrarnos la noche.

Esta Hinchada Nunca Se Rinde, así que decidimos rematar la noche con unas copas: un par de Gin Tonics de Hendrikks (10), y Jameson (8), Matusalen 15 años (14) y una botella de agua para nuestro piloto estadounidense hicieron una sobremesa muy agradable. Le hicimos justicia a la maravillosa terraza, y a pesar de que la lluvia hizo un par de amagos, al ver el Montecristo Edmundo y los dos Ramones Allones decidió contenerse y dejarnos disfrutar de la noche, y francamente que lo hicimos.

El precio que pongo por persona sería sin las copas, que oscilan entre los 8 y 14 euros, y teniendo en cuenta lo que comimos, lo que bebimos y donde lo hicimos, no me pareció especialmente caro. En conclusión, un gran restaurante donde destaca el producto que viene del Mar en un entorno de 10.

¡Enorme Mery!

Filandón: “Reunión alrededor del fuego donde se contaban cuentos, se recitaban romances, se hablaba de los chascarrillos de los pueblos, incluso se cantaba y se bailaba”, Esta es la definición del nombre de uno de los restaurantes de más éxito actual en Madrid, donde una de las claves es esa lumbre, la parrilla de carbón vegetal que se visualiza tras pasar la recepción y da un punto perfecto a pescados y carnes. Filandón pertenece al Grupo Pescadería Coruñesas, que además dispone de los restaurantes O’ Pazo y El Pescador. Se abrió en 2011, justo cuando el grupo cumplía un siglo de vida.

Naturalmente hay factores que provocan ese éxito como una cuidada puesta en escena e interiorismo, un producto de primera calidad, la capacidad de poder atender con un alto nivel de servicio a 400 comensales, una zona para las familias con niños, platos para celiacos, la posibilidad de solicitar medias raciones, y con todo esto, mantenerse en un ticket de unos 50€, Foco total en el producto y en un ligero tratamiento, pero asegurando los puntos necesarios.
Comenzamos con media ración de verduras y carabineros en fritura. Alcachofas, calabacín, espárragos, setas de cardo. Se trataba más de una tempura que de una fritura, con la textura y el corte perfectos. De elevada suavidad,sin ningún exceso de aceite.

A continuación ya pasamos a la especialidad de la casa, diferentes mariscos, y pescados como merluza, besugo, rodaballo, pixin tratados tanto a la brasa como en otras preparaciones. Viendo el brillo de las llamas, la decisión estaba clara.
Nos decantamos en primer lugar por media de calamar de anzuelo a la brasa. Producto, fuego, y tiempo. Brasas que mantienen los sabores originales.

Seguimos por unas cocochas de merluza a las cuales creemos que le sobra ese alioli que se sitúa a la izquierda, pero basta con no humedecerlas en la salsa. La parte inferior de la barbilla se sirve emplatada individualmente para dos comensales. Género de altísima calidad, delicadeza sápida, de nuevo el tratamiento que no modifica el sabor de la cococha. Como diría un buen amigo, la “sencillez compleja”. Si es tan fácil, ¿por qué no se había hecho antes ó más a menudo?

Y acabamos con uno de los clásico de la casa, un fantástico rodaballo salvaje a la brasa acompañado de una emulsión de limón que al ser servido más o menos desaparece. Jugosidad, melosidad, sabor. Se desespina y sirve un lomo por persona; además de la cabeza. Se acaba succionando parte de la cabeza y las espinas para obtener esa gelatina característica. Recuerdos maternos provocados por como una madre aprovechaba las cabezas del pescado, especialmente las de la merluza que medio rebozaba para poder chupetear y lamer.

Como parte dulce, oblea caliente de manzana con helado de vainilla, postre sencillo perfectamente ejecutado. Contrastes de temperatura, helado que se funde sobre la fruta caliente que está seccionada de forma fina.

Muy buenas sensaciones, de esos sitios que provoca un doble pensamiento, por una parte que comas lo que comas, lo harás bien , y por otro que lleves a quien lleves, todos quedareis satisfechos.
Desde nuestra perspectiva, todo reside en una aparente simplicidad, pero solo aparente. Todo está analizado, y pensando para que la experiencia sea muy grata: producto, tratamiento, servicio, precio, atenciones, localización, entorno.

Cuando lo sencillo es perfecto.
Como siempre http://www.complicidadgastronomica.es/2013/07/filandon-cuando-lo-sencillo-es-perfecto/

Cena el sábado por la noche para 4. Nos llevan a nuestra mesa, y nos ofrecen algo de beber mientras nos dan la carta. De primero media de croquetas de carabinero (buenas), media de huevos rotos con jamon 8normal, sin más), pulpo a la brasa (bueno y quizás un poco duros) y calamares a la andaluza.
De segundos pedimos 2 de chipirones que estaban muy buenos, pero quizás la salsa demasiado dulce, debe ser por la cebolla. Un rodaballo que tenía muy buena pinta y un rape. Me sorprendió que en los pescados no hubiera algo más en el plato (anexo foto). Es decir, el rape venía el rape y ni una triste patata o verdura o algo, como sí venía en los chipirones, que traían un plato de arroz blanco.
De postre, una tarta de queso y una oblea de manzana que dijeron que estaba muy buena.
Cosas a favor:
El entorno es muy bonito y cuando llegue verano, ir a cenar debe ser una pasada. Muchos camareros, muchas salas, rapidez en el servicio y camareros amables y simpáticos.
Cosas en contra:
Baños en plata superior. Las cartas incompresiblemente, llegan destrozadas. No es normal que te den la carta con hojas rotas y hojas todas dobladas. y eso que tienen 2 hojas. Eso no se puede aceptar. Los camareros de haber tantos, a veces se molestan unos a otros. Y no puede ser que los camareros discutan en medio del salón, por mucho que intenten disimular. y menos si uno de ellos es el que se supone mautre. Lo de que el pescado venga solo el pescado, no me gusta.

Pero si puedo volveré a repetir en verano. n total fueron 178 euros, incluyendo 2 cervezas, 4 coca colas, 1 agua con gas y 2 copas.

Nueva visita, sigue gustándonos.

Nos hemos fijado que el despliegue de personal es espectacular, no sé cuantos camareros y señoritas atendiendo, un monton.

Para compartir, calamar de anzuelo fresco y muy bueno, unas almejas de carril de buen tamaño y rematamos con unas croquetas de carabinero sencillamente espectaculares, como que hemos repetido.

Hemos seguido con un rape de ración, bien, y una chuleta de vaca vieja, muy bien. Buena ración.

Aun con el despliegue de personal, tiempos largos, no desesperantes pero rompen el ritmo.

De los postres, el “Chocolate de los más golosos” he picado, es un coulant, bueno, pero un coulant, pensaba que era otra cosa.

Hoy me han cobrado 2.50.-€ por las patatas fritas, la vez anterior veo que fueron 4.-€, ahora mismo no se decir si es que han reducido la ración o se han dado cuanta que los 4.-€ era una salvajada.

El ambiente de hoy algo más bullicioso, mucha familia con críos que al estar la parte exterior aun cerrada es lo que tiene.

Poco que añadir.

Probamos el jamón, media de tempura de verduras y carabineros, media de patitas de pulpo a la brasa, pan de cristal, unas anchoas (4) y un rodaballo muy bueno con unas chips de patata. Las anchoas no me entusiasmaron y el problema para mi gusto del pulpo a la brasa suele ser que la parte mas fina se queda demasiado tostada y dura, pero la parte con más carne queda muy rica. El Rodaballo estaba especialmente bueno!.

Café y una oblea de manzana muy buena ( aunque un poco fuerte de mantequilla para mi gusto )

El local es enorme con un gran parking. Tiene varios salones y una "terraza" cubierta donde se puede fumar, pero no sé como lo han hecho que no percibes el humo de la mesa de al lado.

Tomamos cerveza y un Louro Do Bolo

Da gusto ir a un restaurante donde el servicio es tan bueno como la comida. Las mesas están separadas y el servico es atento y muy eficaz. Aunque llegamos a las 2:30, hora punta en la que entraban muchas mesas, comimos en menos de hora y media, sin prisas. El pescado por supuesto de excelente calidad y el resto de platos que probamos tampoco nos defraudó. incluidos los postres caseros. La decoración es sencila pero cuidada, centrada en las materias primas. Gran jardin con parque para niños, lo que le convierte en un restaurante perfecto para reuniones familiares con niños.

Del grupo Pescaderías Coruñesas (O´pazo y El Pescador.)

Magnifico espacio a escasos metros de la salida 54 de la M-40. Salones amplios, bien separadas las mesas y aun con alguna comunión hoy, sin alborotos ni niños del maíz dando la nota, tienen su espacio y no incordian.

Servicio de sala cordial, atento y puntual.

Carta de vinos amplia, sin sorpresas, servicio de vino correcto. Lástima que al no tener pies para las cubiteras tengas que tener en la mesa el cubo con la botella refrescándose. Ossian 2009 (26.-€)

Buenas raciones en general, con la posibilidad de pedir medias raciones, calamar de anzuelo bien bueno, verduritas y carabineros en tempura francamente bien y unos percebes espectaculares (38.-€ 200g).

Cocochas de merluza a la plancha de generosa ración (27.-€) y un magnifico solomillo a la parrilla (22.-€) acompañados de unas buenísimas patatas fritas chip (4.-€).

En general un buen restaurante, con una zona de terraza magnifica y del que no sales defraudado, aunque esos 4.-€ por las papas fritas o los 10.-€ por un mini sorbete de limón son un despropósito.

Terminamos con un par de cafés y un GT de Martin + Fever (13.-€)

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