Últimamente oigo hablar bastante de la India, hace unos días me invitaron a una fiesta temática de “Bollywood” donde cada invitado aportaba algún plato hindú.

Yo soy bastante reacio a comer cosas raras, pero mi hija cocinó para la fiesta un plato que estaba bastante bueno, y el otro día después de mucho rogar, me convencieron para visitar este restaurante “hindú” situado en pleno centro de Girona.

Local cutrecillo, estrecho y alargado, cómo más adelante entenderéis vamos a pasar de hablar de cubertería, cristalería, mantelería…. etc.
Según me dice mi hija que por lo visto entiende de eso, el personal no es hindú, sino paquistaní, yo la verdad los veo a todos iguales, pero por lo visto al igual que lo chinos ahora montan restaurantes japoneses, los paquistanís montan restaurantes hindúes.

Hindú o paquistaní lo cierto es que el servicio no se entera demasiado, vamos que por la escuela de hostelería no creo que hayan pasado, pero lo suplen con ganas de agradar y son sumamente serviciales, lo que en muchas ocasiones es preferible a un servicio más profesional pero impersonal y antipático.

Al grano, 4 personas precio total 60,75€ Todo incluido.
Un Pakoras de Verduras, que debe ser algo que llevaba verdura.
Un Pollo al curry, eso sí que sé lo que es, porque es lo que pedí yo, y estaba muy bueno.
Un Pollo Korma, Pollo con algo que se llama Korma.
Un Pollo Masala, Pues eso, pollo con algo.
Un Ternera Balti, Como su propio nombre indica ternera Balti.
Un Chapati, Una torta de pan.
Un Pan con queso, Como una pizza pero que no era una pizza.
Un Arroz Pilau, Arroz claro
Aguas, cerveza, cocas, y un Gin Tonic.

Yo pensé que al ser un restaurante hindú, los GT los bordarían. Pues no, efectivamente deben de ser paquistaníes.

Le pido al camarero un Gin Tónic y el señor se me queda mirando raro. Intento explicárselo, “GIn con tónica”, pero el señor no lo acababa de entender. Menos mal que su compañero se dio cuenta y vino en su ayuda, dirigiéndose los dos hacia el bar.

Al cabo de un momento se me presenta con un vaso de tubo lleno de cubitos, le digo que si tiene copa o vaso de sidra y como vi que no sabía de que le hablaba, me dirigí con él al mostrador y le señale una jarra de cerveza, que era lo más apropiado que vi para el GT.

Al momentito el señor muy contento y servicial, me pone la jarra con los cubitos en la mesa y veo que abre una tónica schweppes y se dispone a echarla en la jarra, lo miro alucinando y le digo que pare, que no había echado la ginebra. De nuevamente el señor me mira sin entender nada, así que de nuevo al mostrador le señalo la botella de Bombay y le señalo la jarra, y así logré tomarme mi GT.
Supongo que he sido el primero en pedir un GT en este restaurante, y lo cuento a modo de anécdota.

Por lo demás un restaurante sumamente recomendable, económico y especialmente recomendado para los jóvenes, que por poco dinero pueden degustar algo diferente a las habituales pizzerías, hamburgueserías, etc. que suelen frecuentar.