La verdad es que el menú de medio día -cuando optas por la versión japonesa ofrece- bastante por sólo 8,80 bebida incluida... no se puede pedir más... una ensalada japonesa y una selección de sushi y makis sencillos pero bien elaborados... y además al momento, delante de tí.... Postre casero .... una tarta casera que no recuerdo exactamente, pero estaba bastante rica. Tomé cerveza... así que no valoraré el servicio del vino...

Hacía tiempo que pasaba por la puerta y siempre me quedaba con ganas de comer allí. No había más que un comentario en Verema y era algo antiguo, así que siempre me daba algo de palo ir sin tener más opiniones.
Restaurante japonés situado en el barrio de Ruzafa, un barrio del que, como ya sabéis, estoy más enamorado cada día por la diversidad de oferta gastronómica.
Cenamos en el interior porque la terraza estaba llena hasta los topes y dentro, con el aire acondicionado se estaba muy bien.
Carta basada en cocina japonesa, principalmente sushi de distintos tipos y sashimi. Escogimos unos "combos" muy interesantes en los que se pueden elegir algunos ingredientes de los nigiri y makis y el resto es sorpresa. Todas las preparaciones me parecieron interesantes y algunas muy originales, a destacar el nigiri de vieira flambeada que ya me habían recomendado. A este combo añadimos un tartar de atún, bueno, aunque algo escaso para los 9€ que costaba y una ensalada de bacalao agridulce correcta, con bacalao seco desmigado y una salsa ligeramente agridulce.
Visto lo visto recomiendo pedir más sushi y menos filigranas que es donde encontré peores resultados. De postre pedimos una tarta tatin muy muy rica.
La carta de vinos es anecdótica y tiene muchas carencias. Hay un apartado relativamente extenso de vinos tinto, diría que a quién se le ocurre tinto con cocina japonesa, pero como sé que a la mayoría de comensales, me callo y me parece una buena estrategia comercial; un apartado con dos cavas y un unos pocos vinos blancos. Cuando pedimos vinos de la carta no estaban, nos ofrecieron otros pero claro, ni ves precios ni puedes pensar demasiado mientras canta el camarero. Abogo por las cartas cutres de presentación, pero eficientes y verdaderas. Vamos, que acabamos bebiendo más por descarte que por opción. El vino llegó a alta temperatura y la cubitera hizo más bien poco, eso sí, tuvieron el detalle de cobrarnos el vino mucho más barato al reparar en el error. Las copas no son demasiado atractivas, por lo que no es un restaurante para amantes del vino. Igual es mejor la opción de la cerveza (a quien le guste).

En lineas generales es un restaurante informal, lo que te da cierta calidez y cercanía, pero en algunos casos se permiten ciertas licencias que acaban por no dejarte disfrutar tanto como quisieras de la cena.

Situado en el barrio de Ruzafa (esquina con Mossén Femenia) se encuentra este pequeño local que se desdobla en una carta de comida japonesa y otra de tapas de estilo mediterráneo. Me decidí por la opción nipona y no quedé defraudado.
Ensalada de algas, temaki de piel de salmón tostada, maki de anguila y nigiris alejados de convencionalismos, como el de tofu, vieira flambeada, camarón dulce, huevas de tobiko, huevas de erizo y huevas de salmón.
Para beber un par de dobles de Estrella de Galicia. Comí muy a gusto, son simpáticos y abren en domingo.