Restaurante Casa Pedro en Madrid
Restaurante Casa Pedro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
46 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.8
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.3
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Casa Pedro
OPINIONES
3

Anuncian su fundación como casa de comidas en 1702, cuando Fuencarral era un pueblo importante y entrada norte de Madrid.

Tienen muchas manías de vieja casa, y camareros resabiados, pero eficaces y atentos. Pero en esta última visita me sorprendió el cuidado que tenían con las materias primas. Compartimos unas entradas de verdinas con langostinos, con un punto extraordinario, y un toque como de tomate y zanahoria. Muy buenas. Los callos a la madrileña son legendarios en esta casa. Con mucho morro y buen picante. Muy buenos. Las setas de cardo eran realmente de campo, pequeñitas y sabrosas. Una delicadeza. El conejo al ajillo es otro de los clásicos de Casa Pedro. No va frito, sino asado al horno, casi churruscado, con patatas asadas y una salsa al ajo. De postre, requesón con membrillo. Pero qué requesón, y qué membrillo. Muy caseros y muy ricos. La carta de vinos es muy sólida, con todos los precios entre 16 y 500 euros. Tomamos dos botellas de Barón de Ley reserva 2015 por unos muy razonables 17,50 euros. Copas de brandy 1866 a 10 euros. Incómodo siempre el pagar 2,50 por el 'cubierto', aunque sirven unos panecillos deliciosos y aceitunas de Campo Real . Un gran mesón de cocina tradicional, con la elaboración y las materias primas bien cuidadas.

Casa Pedro es historia viva de la gastronomía madrileña. Un templo del guiso y la cuchara que continúa abierto en el pueblo de Fuencarral desde el siglo XVIII.

Espectacular el potaje de vigilia con bacalao, garbanzos y judías, como se ha hecho toda la vida en Madrid.

Muy buena tambien la corvina salvaje.

Mención aparte merece el rabo de toro, meloso y pegalabios, de los mejores probados, nivel Trifón.

Sin embargo la torrija, me pareció un poco mazacote, no la volvería a pedir.

La elección del vino corrió a cargo del Sr. Pedro, que ejerció de perfecto anfitrión, un magnífico vino de Madrid, Félix Martínez Cepas Viejas, embotellado especialmente para la casa, hizo los honores. Las anécdotas relatadas, fruto de toda una vida dedicada a la hostelería, corrieron a cuenta de la casa.

Nos sentaron en el comedor de la entrada, de estilo castellano rancio, al que no le vendría mal una puesta al día. El próximo día probaremos el tapeo en la bodega, en el portal de al lado, que tenía pintaza.

Servicio mejorable, a cargo de camareros con muchos trienios y más espolones que un gallo de pelea.

45 € por persona. Muy recomendable.

Clásico entre los clásicos. Donde iban mis padres cuando tenían la mitad de la edad que yo tengo (ahora echais cuentas, majos ;-) )

Septuagésimo cumpleaños de la reina madre y era cosa de ir a un lugar con significado. Allá que fuimos la familia telerín.

Lugar clásico. Decoración clásica. Servicio clásico. Ojocuidao que esto no es nada malo. Tiene que haber de todo. Que no por el hecho de ser nuevo, es bueno. Y viceversa.

Entrantes comunitarios. Ibéricos de bellota. Bueno el jamón, algo por detrás el lomo y ramploncete el queso (a todo esto, yo no entiendo porqué aparece el queso en ibéricos de bellota). Alcachofas con boletus. Bien las alcachofas, menos los boletus y lástima de que la base estuviera inundada de agua.

Principales para la tribu que constaron de chuletas de cordero lechal, solomillo de añojo, escalope de ternera, presa de cerdo ibérico y perdiz escabechada. Todos contentos con el menú, yo hablaré de mi libro, que fue la perdiz escabechada. Bien de cocción el pajaruelo, que además te lo trinchan si quieres y tras preguntarte (buen punto este). Muy suave el escabeche y acompañado de encurtidos. Todo sobre una cama de lechuga en juliana, que ciertamente a mi me sobra.

Postres varios. Helado, frambuesas con nata, flan con nata y nueces con nata. Especial mención al último, que no consta en la carta, pero ante el empeño de la reina madre en comer nueces con nata se lo hicieron. Bien por ellos. Yo café, que no estoy en edad de merecer y que estaba razonable.

Para beber agüa mineral y cervezas. No tomamos vino, pero eché un ojo a las sugerencias que depositan en una breve nota en la mesa. Escueto y clásico, como no podía ser de otro modo, y en el x3.

Revisión de cuenta, corrección de errores en la misma y aparición del peculiar concepto "Cubiertos" a razón de 1,10 EUR por persona. Este detalle mal. Muy mal. Requetemal.

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