Restaurante Il Ritrovo (CERRADO) en Valencia
Restaurante Il Ritrovo (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
12,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
35 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.3
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
cúpula con alma crujiente al chocolate
Ravioli de bacalao con crema de pimiento rojo
Il Frappato 2006
ravioli de gorgonzola con peras
lasagna de polenta
Gintonic semisolido .
Tiramisú .
Entrantes ( carpaccio de pulpo , terrina de bacalao ) .
Opiniones de Il Ritrovo (CERRADO)
OPINIONES
85

Una sola palabra para definir el restaurante: LÁSTIMA.
Buena decoración del local, comida elaborada con óptimas materias primas aunque sin destacarse (quien les comenta es italiano y sabe de lo que habla), una excelente bódega sea como estructura que como variedad y precio de las etiquetas pero lo que marca en negativo es el servicio y la actitud del personal.
SERVICIO DEL VINO: para que tener una carta extensa, muy buen precio, copas Rieder o Schott envinadas y toda esta gráfica cuando a la hora de aconsejar vinos italianos la camarera se limita a indicar en la carta "esto, esto y esto son buenos, estos no porque son caros". No sé si es desconocimiento o falta de ganas de dar explicaciones pero eso sienta fatal. Aclaro que soy productor de DOCG italiano y a pesar de conocer la totalidad de los italianos en carta pedí consejo porque uno siempre puede sorprenderse con una recomendación.
TIEMPOS DE ESPERA: 2 min. fuera del local para que nos abrieran, 4 min. de pié en la entrada para que nos sentaran (con mesa reservada), otros 4 min. para las cartas, 15 min. para el vino, 45 min. para la comida. ¡Y todo eso con 23 cubiertos y dos camareros!
EDUCACION: al quejarse de la despropositada demora de la comida se nos respondió "es que tenemos el restaurante lleno". A parte la contestación borde, si como gerente de restaurantes dos personas en sala no son capaces de gestionar 23 cubiertos sólo hay una solución: ¡apaga la luz y vámonos!
No recomendable.

No entiendo lo que comenta anselmo del servicio del vino ¿no sera que no esta aconstumbrado a que le sirvan el vino como se debe servir? tambien me sorprende que diga que la señoara es Italiana cuando es de Valencia, y yo que frecuento este restaurante nunca e visto un vino blanco en su carta de 30 €.
Otra cosa es que fuera buscando un Rest. Italiano al uso, de Pizzas y espagueti, entonces se equivoco de local, para mi es uno de los italianos que mejor tratan la cocina italiana.
Tambien me parece que no conoce las distintas variedades de setas ya que champiñones de cultivo no es lo que este restaurante utiliza si no, los fugini tipicos de Italia.
En cuanto lo del precio si fueron 55€ es el precio normal en un restaurante de este tipo.
En fin cada cual es libre de opinar lo que quiera, ahora bien para desacreditar un trabajo creo que hay que estar informado previamente en gastronomia y no tratar de snob ni pretencioso a nadie cuando esta persona es un buen profesional y ademas reconocido.
Ademas esta señora es un miembro destacado de la Asociacion de Sumillers Valenciana, con unos cuantos años a sus espaldas en la profesion.
Habria que esplicar, que es Sumiller para el que no lo sabe y cuando se sabe es cuando uno puede juzgar sobre el servicio del vino.

Decepcionante. Tras los buenos comentarios esperaba mucho más. En primer lugar resulta incómodo y hasta maleducado ese minimalismo decorativo, ya que ni encuentras el restaurante (no hay cartel), ni sabes que hay que llamar a un timbre para entrar, ni tienes idea de dónde están los baños.
Por otra parte, el servicio del vino es pretencioso y hasta ridículo, sólo apto para los amantes de lo esnob. Por cierto, es incoherente el gran nº de vinos con la reducida carta de platos. Y tampoco nos pareció correcta la recomendación del vino blanco italiano que tomamos, ya que su precio fue excesivo (más de 30 euros).
En cuanto a los platos, es curioso lo rápido que hablan y su perfecta pronunciación italiana, pues apenas entiendes lo que dicen y no se esfuerzan demasiado por explicarlo.
Eso sí, nos aconsejaron como platos especiales fuera de la carta diversas combinaciones de setas, ya que la señora italiana argumentó que había que aprovechar que estaban en plena temporada, cosa asombrosa, pues en primer lugar se trataba en realidad de simples champiñones de cultivo, y además que yo sepa la temporada de boletus se da tras las lluvias de otoño y con el comienzo del frío, no en verano.
Lo que pedimos estaba bueno, pero el precio fue carísimo: 55 euros por persona. Eso sí, muy buena la cucharita del gin-tónic helado de postre, pero incomible el postre de melocotón con chocolate y almendras -amargas-.
En definitiva, lugar pretencioso, esnob y muy caro para lo que ofrecen.

Volvimos a este restaurante y constatamos que lo de la primera vez no fue casualidad.
En esta ocasión, el nuevo local, (que es demasiado "tipicamentemoderno", muy poco acogedor, con una entrada con un timbre espantosamente estridente, pero en general más aseado que el anterior)estaba bastante concurrido, y el servicio no dejó de ser correcto y de la rapidez deseada por esta circunstacia.
En cuanto a la comida, esperaba que con el traslado hubiesen ampliado la carta, pero no. Ahora, el producto es de excelente calidad y está todo muy bueno. Sin embargo, eso: poca variedad.
La carta de vinos por su parte, es realmente fantástica, y el vino da gusto como lo tratan.

Segunda visita a este restaurante; la primera en su nueva ubicación de la calle Sueca.
El local ha mejorado en su aspecto aunque ha perdido algo del encanto que da lo auténtico, ya que parece cualquier otro restaurante ’moderno’. Una gran pega, eso sí, supone el martirizante timbre que toda persona que quiera entrar debe hacer sonar. El ruido es molesto de narices, pero supongo que la zona lo exige (barrio de Russafa).
A lo que interesa... La comida buena. Los entrantes magníficos, lo mejor de la carta. La pasta, en cambio, se queda corta en su oferta y resulta algo anodina. Mención especial para el espectacular postre de gintonic: un chupito helado hecho con ginebra, tónica, limón y azúcar. Una auténtica pasada.
El servicio del vino es impecable. Probamos en la anterior visita un La Segreta blanco, siciliano, magnífico, y en esta ocasión repetimos bodega pero en tinto, algo más flojo, la verdad...
En definitiva, un restaurante italiano que se sale de lo habitual, con un servicio de vino impecable y que, lógicamente, se paga.

Por fin han estrenado nuevo local, apostando por una estética minimalista (hay que fijarse mucho en la entrada para descubrir que es el restaurante buscado). Sala alargada de paredes blancas donde el principal contraste y atractivo es la preciosa bodega acristalada que hay al fondo. Carta de vinos bien seleccionado y a precios correctos. El servicio de vinos a cargo de Mariló impecable, con envinado previo en una mesa accesoria. Conviene dejarse aconsejar por ella para elegir uno de los muchos vinos italianos que ofrecen en la carta. El servicio de mesas se resiente un poco cuando el local está lleno. Cocina de calidad y auténticamente italiana. Buen pan y buen expresso. Una experiencia agradable que invita a volver. 40 euros por persona.

Ya teníamos ganas de visitar el nuevo restaurante de Massimo y Mariló. Preciosa sala blanca inmaculada, buena distribución de las mesas e iluminación, fabulosa la bodega acristalada y cuidado hasta el más mínimo detalle (hasta los cuartos de baño son dignos de visitar).
La cocina de Massimo como siempre, buena calidad, los risottos exquisitos y las pastas muy buenas, al igual que los cuidados entrantes.
Bodega extensa, bien seleccionado y con precios correctos, al igual que las copas, los vasos y el servicio del vino.
Buen servicio en sala, prestando mucha atención al cliente pero sin estorbar en ningún momento.
Volveremos seguro.

Inauguracion (por fin) de este restaurante en su nuevo emplazamiento (C/Sueca).
El local nada que ver con el anterior, espacio aséptico, mucho más amplio y con una separación de mesas adecuadas. Bodega climatizada a la vista. De todas formas aun les falta pulir algunos detalles, sobre todo en los servicios, en la entrada y en la decoración.
La comida no ha cambiado. La especialidad es la pasta y desde luego es lo que mejor hacen. Destacaría los raviolis rellenos de queso ahumado con mantequilla de salvia y el postre de melocoton al horno, que nos lo sacaron incompleto (los nervios del primer dia)
Carta de vinos muy completa y servicio, como siempre, espectacular, incluso pidiendo solamente una copa.
Respecto al servicio de sala, lógicamente, necesita un poco de rodaje, pero en general bien.
Ahora tambien ofrecen menú de mediodia a 18€.

Había leido más de una reseña positiva acerca de este restaurante así que finalmente decidimos ir. La primera impresión, ciertamente,no fue demasiado favorable, pues la decoración del local es pobre y tosca(cosa que no implica que la higiene fuera precaria, por quien puediese asociarlo). Sin embargo, esto queda compensado y con creces por el excelente trato (fueron realmente amables pese a llegar con media hora de retraso), comida, y por el magnífico servicio de vino.
En cuanto a los platos cabe decir que la materia prima es buena pero que lo mejor son las innovadoras texturas en los entrantes (uno de los platos se acompañaba con sorbete de foie y el otro con mousse de pimiento rojo). Respecto a las pastas y demás platos principales hay poco a elegir, aunque lo que degustamos estaba rico. De postre el helado de gin tonic, espectacular.
Por otra parte, la carta de vinos es extensa y variada.Un buen consejo:déjen que les recomienden algún vino de los italianos.

En rasgos generales fantástico. Volveremos seguro, y afortunadamente dentro de nada se trasladarán a un nuevo local.

Segunda visita al que se ha convertido ya para mí en mejor restaurante italiano de Valencia. Lamentablemente en ninguna de las dos ocasiones para mi desgracia no he podido disfrutar de los atractivos vinos transalpinos que se ofertan en la carta pero si de algunos licores excelentes. Pero el principal atractivo es la comida, aparentemente sencilla pero sabores intensos, originales, una pasada, por eso les puntúo así, porque es dificilísimo encontrar restaurantes italianos que se aparten de la norma y ofrezcan una calidad semejante. Excelentes entrantes y pastas. La decoración es lo más flojo, asemeja a alguna trattoria pero desde mi modesta opinión, lo peor es el rótulo, que no llama a entrar en el local, pero si cruzáis la puerta seguro repetiréis. Pronto se mudan a la calle Sueca.

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