Emplazamiento de hotel realmente paradisiaco, junto a la playa y a las rocas graniticas rosas, en el norte de la Bretaña. Vista espectaculares de dia y casi fantasmagóricas de noche...

Restaurante ubicado en la planta baja del hotel. Muy bien montado, con mantelerias, coperio y menaje de categoria. Carta de vinos completa. Servicio simpatico y profesional... el único que desentonaba, curiosamente, era el maître ¡¡¡¡

Tomamos del menú, en el que se podian escoger de entre tres entrantes y de tres platos fuertes. Era a 38.00 €

Comimos los mismo. De entrada unos raviolis de bogavante excelsos, supieron a poco por lo escasos, con una salsa con untuosa y con sabor a mas.

De plato fuerte comimos , ellos le llaman , "piece de boeuf" que reaultó ser un entrecot de la parte ancha, "saignant". Perfecto de cocción, tierno y jugoso. Iba acompañado por una "declinación" de patatas, que era diferentes maneras de hacerla, "soufle", gratin "daufinais", puré. Excelente.

De postre, una mas que correcta tarta "tatin" con helado de miel.

Para beber un blanco Graves. A 20,00 €.

Agradable cena con puesta de sol incluida.

El Hotel, muy recomendable, con habitaciones nuevas.