Reunión de veremeros, muy orgulloso de que confiaran en mí, a pesar de mi poco tiempo en el foro. Para su visita a Palencia, elegí este restaurante que para mi, es de los mejores de la ciudad y del que soy habitual, por lo que me ofrecía garantías para un buen recibimiento de tan ilustres visitantes.

El local es céntrico, y normalmente no presenta problemas para aparcar en las cercanías, aunque hay ORA, tiene mesas fuera para fumadores, convenientemente resguardadas en un pequeño entrante. La decoración es típica castellana, con toques de distinción. Dispone de zona de bar y para comidas informales (Increíbles la carta de pinchos y diferentes chapatas) y dentro, comedor formal que es donde estuvimos. Tiene armario para guardar las prendas de abrigo, que a la entrada oficie yo, y a la salida por personal de restaurante.

Mesa redonda para ocho comensales, bien vestida, buena vajilla y cristalería; durante la comida se comentó la insonoridad de lugar sin interferencia entre unas mesas y otras en las conversaciones; Se respiraba tranquilidad y armonía.

La comida, bajo la única premisa de que fuera una representación de la comida del restaurante consistió en un menú degustación cerrado que paso describir:
Se presenta bandeja con bollos de pan tipo torta de Aranda, recién hechos, bandeja de panes individuales tipo candeal y porciones de chapata crujiente. En total tres tipos.

Iniciamos con un aperitivo de ensaladilla con mayonesa y salsa rosa, coronada con gambas y salmón, presentada individualmente; gustó.

Seguimos con alcachofa de Benicarló, con salsa con jamón (tocineta?) y mollejas de lechazo. La verdura entera y con muy buen punto, mantequilla pura, respetando los sabores. Las mollejas con un punto crujiente, que hubieran invitado a una ración por si solas.

Sopa de trufa, sorprendente en Palencia encontrar una elaboración propia de Paul Bocusse (soupe aux Champs Elyseès), pero reinterpretada al estilo castellano. Terminada en mesa de apoyo para los comensales, se presentaba en cazuela de barro cubierta de hojaldre, que después serviría de acompañamiento. Sabores concentrados, muy agradable de tomar y muy conseguido el aroma y sabor a trufa. Gusto mucho, mucho.

Morrillo de atún rojo marinado, con base de berros, acompañado de mayonesa de foie y vizcaína ligeramente picante y cebolla caramelizada, suficientes guarniciones para acompañar cada bocado. Se acompaño por unas escamas de sal espectaculares (en servicio aparte) y aceite AOVE picante. Ello permitía a la jugosidad de cada bocado, darle una textura diferente. Una gran elaboración, para mi de diez, con mil matices.

Por ultimo, como plato principal, y elección mía, Pollo de Corral guisado. Palentino, de Piña de Campos, se lo crían en exclusiva, en elaboración tradicional con toque de pimentón en una salsa suave ligeramente picante; Ración abundante dos tajadas, acompañada por una ensaladita de marujas aliñadas al centro de mesa. Muy buen sabor y bien cocinado, uno de los mejores valores de cocina tradicional del restaurante. Mas cercanía de producto y elaboración imposible.

Durante el pase se ofrecieron diferentes sales; gusto y sorprendió una con sabor a aceituna, perfecta para una exqueisada.

Postres:

Fresas flameadas con base Láctea , teóricamente…sin vainilla. Buen juego caliente-frío.
Flan desamayado con toque de arroz. Curioso, el flan con textura casi de natilla muy rico y cremoso.

Cafés, ricos. Solo yo tome chupito.

Acompaño la comida un Mas de Leda del 2011 magnum, que no falló, y armonizo bien. Como pudieron comprobar los comensales buena cava de vinos con referencias importantes (Petrus, Pingus, mas los habituales Riberas, sin renunciar a otras denominaciones). Correcto servicio y copas adecuadas (no sabria decir marca)

Cambio de vajilla y cubiertos a cada plato (salvo postres)

Los platos se cantaron con lujo de detalles, el maître y dueño pendiente, controla y sabe, de viandas y vinos. Hubo cercanía pero sin agobiar a la mesa. Muy profesionales, con los tempos adecuados, aunque al ser degustación se alargo el disfrute durante tres horas.
No voy a hablar de precios pues en este caso era un menú pactado, pero de otras veces que he estado, acorde con la calidad ofrecida.

Referencia obligada si visitas Palencia, os gustara y mucho, por algo su Catedral y porque no, la ciudad entera es la bella desconocida, poco encontrareis de él por Internet.

En este caso un lujo y disfrute compartir mesa y mantel en mi tierra con dos grandes foreros y ya amigos. Lo mejor, sin duda. Se me olvido preguntarles si jugaban al mus…hubiera sido la h…..