Razonable a todos los niveles, tampoco es que destaque en nada, pero tampoco hay mucho que reprocharle como restaurante si dejamos claras ciertas premisas, bueno, vino aparte.
Situado en plena arboleda de Macanaz, con vistas al Ebro, si lo permitiese la propia arboleda, aun así, el Pilar destaca entre ésta. El sitio invita a una cena en pleno verano, quizás en invierno no tanto. La sala la preside un gran cristalera a través de la que disfrutar de las vistas, aunque para tal caso sería recomendable una mayor limpieza de las mismas. La sala es confortable, decoración ribereña, con fotos y composiciones de puentes famosos, o de un embarcadero. Eminentemente funcional.
Al ser un día entre semana de finales de julio, fuimos los únicos en la sala, se puede decir que el servicio fue exclusivo, por lo que más que correcto, además de muy cordial y agradable, que no siempre se da por estar solos.
Carta de vinos desoladora, pocas referencias, topicazas, con predominio de vinos pertenecientes a una bodega concreta (Fdez. de Piérola), e hinchadísimos de precio, al final optamos por tirar de copas sueltas (Corona de Araqgón en los blancos, y Piérola Cr. en tinto), ya que se nos permitió la opción, a unos 2,5-3 € la copa.
Fuimos con un menú concertado mediante compra grupal, a un precio de 15€ por persona. El menú consistió en ...
- Aperitivo consistente en una croquetita de ibérico.
- Ensalada de espinaca fresca y crocanti de queso de cabra con dátiles y vinagreta de miel
Para continuar
- Tartar de atún rojo con vinagreta de olivada negra y helado de aceite de oliva
Para terminar
- Solomillo de ternera con patatas baby asadas
Y de postre
- Coulant de chocolate
Todo muy correcto, cantidades más que suficientes, y calidad razonable, incluído el solomillo, que lo era. Dan ganas de repetir por la honestidad mostrada, quizás los mismos platos a la carta y a un precio más subido no estarían tan a la altura, pero como digo en el encabezamiento, contextualizando, y previendo un incremento cualitativo en carta convencional, creo que puede estar a la altura. Lástima de carta de vinos.
El precio final fueron de 15 € por menú, + otros 18-19 más o menos de 5 o 6 copas de vino y un agua.
Rematamos con un GT en la terraza, para lo que disponen de una carta de los mismos bastante aceptable.