Restaurante Casa Paloma en Barcelona
Restaurante Casa Paloma
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
24,75 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
46 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.1
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
6.4
Opiniones de Casa Paloma
OPINIONES
24

Oscuro. Relativamente incomodo. Servicio, algunos cordiales, otros rozando la mala educacion. De la comida, lo mejor el pan y el vino (Sant Bru). Para empezar, dos cpas de cava (Rovellats) calintes, 6 ostras (sin servicio) y foie (demasiado frio) y dos steak tartare (correctos); el servicio de pan y mantequilla, insuficiente y la mantequila en punto de fusion. Tarta de queso y mousse de chocolate, correcto o flojos... 4 cafes y digestivos (dos JB con 1 hielo y un vodka Citadelle). 2 aguas con gas, Sant Aniol de medio. Total 161€ y algunos centimos

Nueva visita después de un tiempo sin ir. Reservamos en la barra del tartar. Una maitre nueva enérgica y distante nos acompañó a la barra, sólo le faltó señalarnos nuestro sitio con la fusta. La maitre de siempre, como siempre, atenta y eficaz.

Local, suficientemente descrito en comentarios anteriores. algo ruidoso. Carta sin cambios notables, salvo esa tortilla rota -que sirven entera- con butifarra del perol -cada vez lleva menos-. Esa tortilla la pedimos para compartir junto con un foie micuit excesivamente frío.

De platos principales dos steaks extrapicantes, buenos.

Bebimos un Viñas de Gaín 2008 (por lo visto hemos acabado con el 2007)

De postre tomé un buen helado de vainilla (sin torrija que hay que cuidar la linea -o la curva, según se mire-)

Café correcto

Para ir de vez en cuando a por el steak.

A veces uno siente curisosidad de si será verdad de lo que hablan las massas populares y decide comprobarlo personalmente,e ste fue el caso.
Después de ver dos comentarios positivos seguidos, cosa que nunca he visto, me adentre en un nuevo mundo, el de las carnes, que sólo había descubierto en CalDeni, muy buen restaurante al que si comí carne de verdad y salí satisfecho.
Me adentré en esa espécies de cueva moderna, un poco incómoda a mi gusto, y decidí probar el mito de las carnes en primera persona.
Unas croquetas, un poco frías de dentro, unos macarrones, me quedo con los de Vivanda, un Steak tartare, bién, pero se queda en eso, carne cortada a cuchillo aliñada, por cierto el cuchillo aquel día no estaba bién afilado ya que había cada trozo más grande.... y un buen chuletón.
Para beber vino a copas de vino y agua.
La verdad es que me pareció muy normal, nada de uauuuuuuuuuu como opina mucha gente, un restaurante correcto donde acudir cuandos e tiene afan de comer carne, nada más, el trato del servicio muy frío, algún toque de mala educación.
Mucho ruido y pocas nueces, mucho snobismo, no hace falta esos puntos exagerados de snobismo para comerse carne , el precio un poco caro.

Es inevitable que la valoración sobre una experiencia en general (y gastronómica en particular) esté mediatizada por las expectativas generadas y por la moda. Esto nos lleva (y me incluyo) a ir a determinados restaurantes con unas ciertas ganas de que no nos guste. Es aquello de "y ahora todos como tontos a Casa Paloma porque se ha puesto de moda y van cuatro famosos" "Pues yo voy, digo que no hay para tanto, que si falla esto o aquello y que está mucho mejor "Casa Urraca" pero lo que pasa es que no van famosos y no está de moda."
Yo no estoy en absoluto libre de estos prejuicios, pero a Casa Paloma, por circunstancias que no vienen al caso, fui porque me llevaron y sin excesivos planteamientos previos. El resultado fue muy satisfactorio.
Éramos ocho y cada uno pidió su primero y su segundo. En mi caso:

-La tortilla con butifarra: sí que tiene poca butifarra -pero suficiente. Lo excepcional, lo espectacular, lo emocionante, es la textura. Una textura a medio camino entre el erotismo y la pornografía: muy cruda por dentro, esponjosa (en catalán diríamos "flonja")pero con la consistencia necesaria por fuera 9

-Una carne a la parrilla de la que sólo recuerdo que estaba casicruda (como la pedí), caliente y muy sabrosa. Patatas al gratén en una pequeña sartén para acompañar 9

Los platos que comieron mis compañeros de mesa y que no probé tenían un aspecto magnífico y merecieron un juicio elogioso por parte de todos: croquetas, macarrones, ostras, anchoas, steak tartar,...

Prácticamente todos tomaron postres. Todos tomamos café y G-Ts. Y para acompañar la comida: champán (todo ello explica que el precio se disparase un poco por encima de la media...)

El servicio, muy bien. Y al mando de todo, Cristina: gran profesional, le gusta su trabajo y entiende que éste consiste, básicamente, en tener un proyecto sólido y coherente, y en hacer felices a sus clientes.

Me quedé con ganas de volver: para repetir el placer y para probar nuevos platos.

Para inaugurar el otoño gastronómico fuimos a cenar a esta brasería ya consagrada entre los devotos de la buena carne, de aires modernos e interiorismo exquisito, ubicada en un amplio espacio en Casanova junto al cruce con Diagonal. Mucho ha dado que hablar este restaurante desde su inauguración el pasado año y, aun habiendo disfrutado de un inmediato éxito de público, también ha recibido bastantes críticas negativas. En nuestro caso era la segunda vez que ibamos. Si bien la primera visita, a finales de febrero, resultó una experiencia bastante decepcionante debido sobre todo a un torpe y errático servicio, en esta ocasión la cosa fue mucho mejor.

Esa mejora se debe en parte a una mayor profesionalidad, cordinación en sala y aun más importante simpatía, cuya ausencia en sus inicios se convirtió en el centro de todas las críticas. Y la verdad es que razones no faltaban, por lo que fue legítimo que con los precios de su carta el respetable se pusiese quisquilloso y exigente. Como comentábamos, durante nuestra primera visita hubo varias meteduras de pata por parte de un camarero en concreto y además tuvieron el garrafal desliz de servir dos frisian y un kobe en lugar de dos kobes y un frisian, y a pesar de ello no rectificar. El error saltaba a la vista, y aun así se empeñaban en que estaba todo correcto. Resignados ante su ceguera, tuvimos que desistir y empezar a comer, hasta que a los 10 minutos el maître reconoció el fallo y cambió uno de los platos. En fin, que resultó un lapsus bastante lamentable para un sitio especializado en carne de vacuno aquello de no percibir la diferencia entre las piezas que sirven. Pero como el tiempo es el olvido y además la calidad de su materia prima es indiscutible, decidimos acercarnos de nuevo a ver qué tal.

Y allá que nos fuimos a Casa Paloma a por una merecida segunda oportunidad. El lugar en sí nos encanta, por culpa de ese interior que es un verdadero alarde de buen gusto. El espacio está dotado de un aura de moderna calidez, un poco estilo Charles y Ray Eames, a los cuales nos recuerdan algunas de sus sillas y mesas, además de esa elegante combinación de materiales cálidos y fríos. Las alacenas de madera, la chimenea cegada, las repisas y las lámparas de pie logran darle la atmósfera de acogedor salón, mientras que detalles como el cubo donde preparan los tartares, el montacargas que baja hacia un espectacular sótano o los tubos del techo le dan un aire más industrial.

Dicho esto, decir que comenzamos con unas voluminosas Croquetas de carne que son una maravilla y consiguieron hacernos rememorar las de antaño. Nos quedamos con ganas de probar más platos de la sección Como en casa. Continuamos con las Anchoas de Santoña marinadas, servidas por unidad, muy buenas.

Luego un Tartar de Salmón, de corte muy limpio y en porciones cúbicas grandes, aliñadas con jugo de limón verde, cebollino y pimienta. También nos gustó mucho, aunque en la primera visita pedimos el de atún, macerado en salsa de soja, y nos gustó todavía más.

Después, dedicación absoluta a la carne a la brasa de quebracho. En su carta ofrecen tres razas (Frisian, Wagyu y Angus ) en diferentes cortes. Nos decidimos por las dos primeras. El Lomo alto de Frisian es una carne de gusto poderoso y alta untuosidad, debido a la infiltración intramuscular de grasa y una prolongada maduración. Preparado en su punto perfecto y acompañado de un gratin dauphinois de patatas superior (difícil de encontrar uno semejante por aquí).

La tirita de carne japonesa fue otro éxito mayúsculo por su ternura inigualable y su sabor, además de ese hipnótico veteado rojo intenso. Para acompañarla, una botella de Castillo de Sajazarra, reserva de 2004.

Acabamos con unos postres que tampoco desmerecen en absoluto. Una Mousse de chocolate buena y una Tarta de limón con un merengue y un sablé muy conseguidos. Después nos fuimos paseando un poco para bajar la cena y con la sensación de haber acertado en repetir. Parece que han mejorado mucho respecto de aquella primera ocasión tras corregir esas deficiencias y un quizá perdonable caos inicial. Enhorabuena.

Hemos estado hoy al mediodia. Sorprende que no haya menú en un restaurante relativamente grande (80 pax?-100pax?)y en época aciaga y de crisis, aun así a un 60% de capacidad un martes mediodia y olá...vamos de carta...Salmorejo casi perfecto, untuoso, casi compacto con sabor y largura, pan con tomate muy bueno (el pan lo deben comprar, no sé donde me suena), pan con anchoas muy ricas. Filete (no recuerdo cual) pero al punto y muy rico sin gota de aceite y plato caliente, muy caliente. Yo me pedí un tartare de carne con huevo, el huevo sobraba, pero ahí estábamos(vamos que lo pedí that way). Lo pedí pues recordaba que en verema alguien opinó bien, y también por qué no llegaba a los 20€.Detallazo el que te lo den a probar antes.Lo pedí picante y tras probarlo lo pedí más picante (raro que es uno!).Excelso, el mejor tartare que he probado (quizás sea joven pero me ha parecido magnífico) con su pan, y mantequilla, que no entiendo aún que pinta, será la tradición francesa, pero no le va bien.Luego postres un Chocolate "a cote" que probó el compañero y era una explosión chocolatera, yo a mi cortado.
Para beber, por favor, cambiar las copas en cuanto podais, son malas, no muy malas, pero son malas, os engañaron?, escogimos ante una carta seleccionada un Baltasar Gracián Viñas Viejas 2009 ...a unos 18€ creo recordar....había más propuestas, no muchas, pero todo seleccionado, me agrado ver el servir copas a base/través de Magnums.En el precio de la comida no entro, pero la RCP de los vinos es de la mejor que te vas a encontrar en BCN.
El servicio? pues bien, el chico engominado de la entrada bien sin más (podría entrar más en el papel, involucrarse), Cristina Genial, se le nota años de buen hacer sapiencia y ganas y energia de hacer las cosas como hay que hacerlas), los camareros? bien, se nota la selección, aunque uno cometió el error de sacar el plato del comensal amigo cuando aún no había acabado.....¡que prisas! de qué, fallo de él, no importa. Muy buen local, la decoración hace tiempo que no me importa de hecho cuanto más natural mejor, y la gente de Casa Paloma lo haa Logrado...dfamosos? alguno había...y què?....Bravo Paloma...creo que habeis acertado

Fui a Casa Paloma porque me lo recomendaron encarecidamente.- La verdad es que me decepcionó. Se trata de un restaurant cuya decoración es muy vo¡intage pero no deja de ser carísimo por estar en un mesa sin mantel y conservilleteas de papel. Por otra parte gran decepcion tambien con los steak tartar. Los he comido mucho mejores.

Fui hace poco a comer a Casa Paloma y la verdad es que disfruté de la experiencia gastronómica. Es cierto que es un sitio que se ha puesto de moda y ves algún famosete sentado en las mesas o en la barra del tartar... Gente trajeada y guapa que como dice el compañero Sampere le gusta ver y ser visto. Pero más allá de eso yo creo que la carta es honesta y con productos de calidad. No es sólo un restaurante de moda con un local espectacular diseñado por un interiorista recocido que durará unos meses y punto... Creo Casa Paloma es una apuesta gastronómica seria y bien definida que con algún retoque puede convertirse en un clásico de Barcelona.
En mi primera visita disfruté de unos excelentes macarrones con chorizo (al estilo madrileño) y la tirita de carne acompañada de patata gratén... Todo excelente. Pero en mi segunda visita era lunes y me dejé convencer para pedir el plato del día: unas Patatas a la Riojana. Un plato contundente regado con vino tinto que me recordó a los guisos que hacía mi abuela cuando era pequeña. Una de las cosas más me gustó de este restaurante es que los postres -según nos confirmó el camarero- son de creación propia y se preparan en la misma cocina, algo poco habitual en restaurantes que se sitúan en este rango de precios... El postre de peras y avellana resultó delicioso... En fin, que volveré.

Fui hace poco a comer a Casa Paloma y la verdad es que disfruté de la experiencia gastronómica. Es cierto que es un sitio que se ha puesto de moda y ves algún famosete sentado en las mesas o en la barra del tartar... Gente trajeada y guapa que como dice el compañero Sampere le gusta ver y ser visto. Pero más allá de eso yo creo que la carta es honesta y con productos de calidad. No es sólo un restaurante de moda con un local espectacular diseñado por un interiorista recocido que durará unos meses y punto... Creo Casa Paloma es una apuesta gastronómica seria y bien definida que con algún retoque puede convertirse en un clásico de Barcelona.
En mi primera visita disfruté de unos excelentes macarrones con chorizo (al estilo madrileño) y la tirita de carne acompañada de patata gratén... Todo excelente. Pero en mi segunda visita era lunes y me dejé convencer para pedir el plato del día: unas Patatas a la Riojana. Un plato contundente regado con vino tinto que te recordó a los guisos que hacía mi abuela cuando era pequeña. Una de las cosas más me gustó de este restaurante es que los postres -según nos confirmó el camarero- son de creación propia y se preparan en la misma cocina, algo poco habitual en restaurantes que se sitúan en este rango de precios... El postre de peras y avellana es resultó delicioso... En fin, volveré.

Hola a Todos, después de los comentarios que me llegan sobre este restaurante y de su èxito, pienso después de la experiencia que realmente no es para tanto, ya que lo veo màs un BLUFF!! la Moda.
De primero una tortilla demasiado liquida, ya no digo jugosa, que durante la tarde y noche estuve amorrado al la botella de agua... y de segundo carne,ya que és su especialidad,bueno, bien curada y correcta y de postre una rica tarta de limòn de estilo francés muy rica.
El servicio demasiado lento y perdido. El local informal un poco en exceso.

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