Comedor con decoración algo "minimalista", y también de gusto

Comedor con decoración algo "minimalista", y también de gusto algo discutible, como todos los gustos. Servicio bastante profesional, un poco frío, que te explica los platos con una velocidad excesiva, como con prisa. Panecillos variados muy buenos. Carta de vinos correcta, con algunas propuestas muy interesantes. Al vino le sobraban 2 ó 3 grados de temperatura. Buenas copas. Aperitivos muy originales, pero poco destacables. En general hay bastante originalidad y creatividad, pero a mi no me convencieron. En cuanto a los platos, excelentes las "espardenyes" con acelgas; muy buenas las gambas con coliflor, el "colomí" y el buey con calçotada. El carro de quesos tenía muy buen aspecto, aunque no comimos. Prepostre original, sin convencerme. La carta de postres es algo corta, pero los pistachos con limón estaban buenísimos. Más "normal" el chocolate con rosas. Café acompañado por "petit fours" de los cuales destacan las aceitunas (sorprendentes). Precio: unos 65-70 euros por persona, vino aparte. Resumiendo, buena cocina, buen producto bien tratado, pero por ese precio o menos, hay mejores lugares.

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