Sain John es un restaurante que ha sido galardonado en 2009 con una estrella michelín, y que ocupa el lugar 14 en la lista de los mejores restaurantes del mundo (San Pellegrino). Polémicas aparte sobre si merece estos galardones (sobretodo la posición nº 14), la experiencia en este restaurante fue excelente.
A la entrada del local se encuentra un bar muy luminoso gracias a unas grandes claraboyas en el techo, con unas pocas mesas donde se puede comer de forma algo más informal.
Subiendo unos pocos escalones se encuentra la sala propiamente dicha, de paredes completamente blancas, sin adornos, con lámparas bajas de color negro colgadas del techo, y la cocina a la vista, algo que siempre es de agradecer (eso sí, ni un solo olor escapa hacia los comensales).
Las mesas, con manteles de papel sobre manteles de tela blanca (algo que no entendimos muy bien) y copas de vidrio grueso (chocaba bastante en un restaurante de esta supuesta categoría). Servicio vestido de blanco inmaculado, muy atento, amable y colaborador, explican los platos estupendamente incluso para quienes no hablamos muy bien inglés.
Ambiente relajado y de lo más acogedor.
En la carta, platos que no resulta fácil ver en otros restaurante estrellados, como el tuétano de hueso asado con ensalada de perejil (la grasa del tuétano es perfectamente contrarrestada por la vinagreta de la ensalada) o el corazón de buey, que se presenta fileteado, marinado en aceite balsámico y pasado por la plancha (de sabor impactante y exquisito), servido con unas patatas fritas como hacía tiempo que no tomábamos.
Además pedimos la chuleta ahumada de cerdo, que resultó estupenda en su sencillez.
Habrá quien critique que se ponga este restaurante junto a Arzak, El Bulli o The Fat Duck, pero aquí se logra convertir materias primas muy sencillas en platos verdaderamente especiales.
Carta de vinos no muy larga, con precios bastante contenidos para ser Londres, y la posibilidad de tomar muchos de ellos por copas.
De postre tomamos Eccles cake con queso Lancashire (muy rico), y media docena de magdalenas recién horneadas, fantásticas.
En resumen: una magnífica experiencia.
Con dos copas de Vignobles Guillaune Pinot Noir 2008 (6,70 GBP c/u) y dos cafés: 72 GBP.
LO QUE MÁS NOS GUSTÓ:
-La capacidad de conseguir platos impactantes y deliciosos con materias primas sencillas y sin florituras técnicas.
-El ambiente, el trato.
LO QUE MENOS NOS GUSTÓ:
-Los manteles de papel (sobre manteles de tela).
-La calidad de las copas de vino (cristal grueso y basto)

Incluido en numerosas prestigiosas listas de buenos restaurantes... y en lucha por más estrellas... la verdad es que no se lo merece. EMHO, claro.

El ambiente es agradable. Muy informal, con una entrada por una puerta de garage que conduce a una barra de bar y una pequeña panadería donde se puede copear vinos y también comer a modo Bistró distinos sandwiches y otras elaboraciones rápidias.

En un piso encima se encuentra el restaurante propiamente dicho. Mesas vestidas con manteles de papel blanco, copas de vidrio de bar de barrio, cubertería fabricada en albacete de acero inoxidable, camareros vestidos de blanco pero con llamparones en su bata y bastante actividad, ruidoso incluso.

Además, la carta deja bastante que desear. Únicamente 6 o 7 elaboraciones de primero y las mismas de segundo con precios comprendidos entre las 6 libras y las 22. Más parece que te vas a comer un menú del día, que otra cosa... y la verdad es que la decepción fue total cuando trajeron los platos. De primero pedimos una elaboración extrala con alcaparras y pequeñas gambitas (un plato sin gracia, ni armonía, ni nada de nada que podría hacer yo mismo en casa y quizás saldría mejor) y un par de rebanadas de pan tostado con una crema de cangrejo puesta por encima (ya quisiera parecerse a un pintxo donostiarra)... de seguno venado con remolacha (aceptable tirando a malillo) y cordero con habitas (mejor que el resto de platos, pero aún así sin ningún tipo de misterio ni vueltas en la elaboración del mismo, ni nada de nada)

Postres no pedimos tras ver los que ponían en la mesa de al lado... y sobre el vino, decir que si bien tienen una carta también corta, es interesante la cantidad de ellos que se dispensan por copas... si no fuera porque te los sirven en las mismas copas de vidrio de bar de barrio que están en las mesas según entras. Una vergüenza para un restaurante estrellado y, supuestamente, de gran categoría!

¿Porqué cuestan tan caras las erstrellas y las menciones en las grandes listas mundiales de restaurantes españoles y son tan baratas en otros lugares? a juzgar por mi experiencia en algunos establecimientos neoyorkinos y londinenses pareciera como que se aplicara a España la misma Ley D'hont para la distribución de escaños que se aplica en el territorio nacional y por la que le cuesta a IU casi un millón de votos tener un diputado mientras a PSOE o PP un par de cientos de miles nada más.

Francamente no le encuentro explicación, pues "Most recently it was placed 14th in the 2009 rankings. It was awarded a Michelin star in 2009"... qué barbaridad!!!! conozco al menos 25 restaurantes españoles con más calidad que éste y no salen en ninguna lista, ni tienen estrellita...