Local de tapeo y cuatro mesas de restaurante, bien montado,agradable,el exceso de sonoridad se difumina por toda la sala y aunque este lleno no molesta. Carta de tapeo para 2-3pax racion. Cocas, escabeche de sardinas gustoso, bravas muy acertadas en su elaboracion, lo que menos nos gusto fue la elaboracion del pulpo al horno, todo lo que probamos tenia calidad en la elaboracion y en la materia prima.
Carta de vinos amplia y con un buen precio.
Los golosos que dejen un hueco.
Para ir repitiendo y probar la tapas.
Un pero, que mania han cogido con los enfriadores de placas de plastico, eso mantiene la temperatura del vino 10', las cubiteras con hielo mucho mejor.
Buena R.C.P

Las referencias que se hacen a este restaurante tanto aquí como en el foro son mmuy acertadas.
Nosotros buscabamos una cena informal ,pero queríamos darnos un pequeño baño de vinos.
Consegumos beber 6 vinos diferentes con una comida mas que correcta y un servicio muy atento.
Nos encanto,cuando vuelva a Valencia seguro que repetiré.

En una calle, Sueca, que está creciendo en restaurantes, esperemos que le pase igual a todo el barrio, se encuentra este restaurante. Se puede disfrutas de 2 ambientes bien diferenciados. Nosotros nos decantamos por cenar de tapas, donde cabe señalar las cocas de gorgonzola, el pulpo murciana y los quesos nacionales. Tomamos secreto ibérico pero estaba algo frío cuando nos los sacaron. La carta a precio de tienda. En nuestro caso nos llevamos el vino, y nos cobraron el mismo descorche que cobran para su carta (4€) de postre tomamos un Passito de Panteleria-Solidea, estaba bueno pero no era en Ben-Rie de Donafugatta. Es un sitio muy recomendable en estos tiempo que corren. El servicio muy amables. El precio por persona es teniendo en cuenta que de vino solo tomamos el Passito (23,6€+4€ descorche), el resto de vinos los llevamos nosotros

Fue una comida agradable con alguna sorpresa de la cocina y donde el vino fue el protagonista. Nos guiaron perfectamente y el disfrute fue muy elevado.
De entrada una sidra-calvados que realmente estaba exquisita.
Gran carta de vinos, Italia predomina.
Toda un sorpresa
Buen local y buena atenció.

Restaurante mo derno y funcional donde el protagonista es el vino. Al fondo hay una bodega preciosa que proporciona empaque a la sala. Buena comida , con platos muy notables (el foie y las sardinas por ejemplo). Muy buen servicioo de sala , atento , amable y diligente.
El servico del vino es , como no podia ser de otra forma, bueno. Luca nos guio y aconsejo y la verdad es que bebimos muy bien. Probamos una sidra envejecida en barriles de Calvados que, ademas de sorprendente, estaba francamente buena.
Es un lugar , bajo mi punto de vista, para ir a disfrutar de sus vinos acompañado de un cocina correcta.
Volveremos
El precio es de la comida solo . La bebida va aparte

Bonito restaurante de moderno diseño en el que, tanto estética como gastronómicamente, capitanea el proyecto la preciosa bodega a la vista a dos alturas al fondo de la sala rectangular.
Buena cocina de mercado y autor a coste ajustado (aunque no pagué lo adivino por los precios de la carta). La carta muy cortita, a base de raciones. Sin embargo resulta interesante el menú diario.
Gran ofertas de vinos con referencias para todos los gustos y precios francamente competitivos.
Buen servicio.
Hay que dejarse aconsejar por Luca, que sabe lo que tiene entre manos.
Amplia gama de ginebras para el Gin Tonic final, bien puesto.

He ido varias veces a este sitio, tanto para comer como para cenar. A la hora de comer disponen de un menú que incluye dos entrantes y luego elegir entre dos arroces. El pan lo compran de un horno cercano que me dice una amiga mía que está amasado a mano.

En la cena eliges de la carta (también lo puedes hacer a la hora de comer). Si estás en la zona de tapas, eliges de la carta de tapas. Si estás en la zona restaurante puedes elegir de ambas cartas. Hay una carta (libreta) de vinos distintos y bien cuidados, que en mi opinión ofrece una variedad excelente.

La comida realmente está excelente. El único plato que recomiendo no coméis es el chuletón porque no se pasa...los demás platos están muy bien elaborados y muy sabrosos.

El vino se vende a precio de bodega más 4 euros (más IVA) para abrir la botella. Es un sitio para ir probando esos vinos que en otros sitios están fuera de tu alcance.

El precio mío está porque entre 3 cascamos 2 botellas de vino - un Lynus y un Malleolus. Si tomamos un vino, rondaría los 32.

Interesante la pared de vinos al fondo. Camareros agradables, profesionales y atentos.

Tras cenar un par de veces, decido no volver, pero como no soy rencorosa (y vivo en Ruzafa) al final repito. Con respecto a mi última visita ( y correspondiente comentario criticón en Verema), aprecio notable mejora. Han trabajado la acústica del local, lo que hace la cena mucho más agradable: ya no escuchas la conversación de cada una de las mesas. Con respecto a la comida también han mejorado, probamos unos involtini de jamón ibérico realmente espectaculares. El resto de tapas también muy bien. El tema de la carta y servicio del vino siempre ha sido excelente, así que como rectificar es de sabios, aquí va mi nueva valoración.

Referido al local de tapas.

Local amplio, muy bien decorado con el fondo acristalado lleno de botellas. La distancia entre mesas y la amplitud de la mesa se queda en el suficiente. Buena cristaleria. Servicio atento y profesional.

La comida acompaña a la magnifica carta de vinos que es por lo que destaca el local. Mientras tengan rotación en las tapas me tendrán como cliente ya que esta es corta y deberia ir rotando, de lo probado destacar el steak tartar, pulpo a la murciana y los quesos nacionales. Ratificar lo dicho de la creme brulee.

El vino tiene mención a parte ya que creo que es el reclamo del local, aunque la comida acompaña. Carta extensa, muy bien seleccionada, precios fantasticos...

Para repetir sin duda.

Nueva visita (la tercera) y volvemos a cenar en la zona más tranquila. La decoración ha mejorado, añadiendo detalles que la hacen menos minimalista. Sigue teniendo una amplísima carta de vinos que se cobran a precio de tienda más descorche de 4 euros. Este sigue siendo el punto más fuerte de este local. Optamos por un Champagne Maillart blanc de blancs Reserva Brut 2000 (33,20€) que lo encontré un poco evolucionado. Ahora ya no se ofrece un menú degustación por 30 euros. Elegimos de la escueta carta dos entrantes (ensalada tzaziki y carpaccio de bonito), un plato de pescado del dia (lomo de lubina salvaje), uno de solomillo y un plato final de quesos nacionales para compartir. Todo viene a salir prácticamente por el precio del antiguo menú, opción que prefería a la actual (ya que creo que te daba más por el mismo precio). En definitiva, un lugar agradable donde puedes elegir entre muchas opciones de vinos para acompañar una cocina de mercado mediterránea correctamente ejecutada.