Cuarta vez que acudimos a este sorprendente restaurante y cada vez más sorprendidos, tanto mis acompañantes como yo mismo, de que todavía no tenga una estrella Michelín. Es cierto que ni la zona ni el interior tiene especial encanto pero la comida es excepcional, y nunca falla. Por eso , aunque me ha dado pereza en otras ocasiones comentarlo, creo que se lo merecen. Ahí va el análisis:

Optamos por el menú degustación de 55 euros.

Aperitivo de gazpacho, fresco y muy rico, ideal para la época.

Carpaccio de secreto de ibérico con lascas de parmesano. Exquisito, sabroso y muy fino.

Ensaladilla con salsa de erizos. Fantástico, el erizo le da un toque excelente sin que aparezca demasiado.

Setas con huevo de codorniz y trufa. Una delicia. En este local, las setas siempre están buenas.

Merluza a baja temperatura con huevo de codorniz y regado en el plato con sopa castellana y granos de trigo. Un diez sin paliativos. Solo por este plato vale la pena acercarse a este lugar. A pesar de ser gallego como soy y mi padre patrón dedicado toda su vida a pescar merluzas, nunca había probado una tan sabrosa, en su punto y con ese acompañamiento castellano tan excepcional.

Después de ese plato lo tenía difícil el último: canelón de pollo de corral con salsa pepitoria, pero es otro sobresaliente. ¡Qué elaboración tan delicada y sabrosa! Digno remate de los platos principales.

Postres: Una tarta excelente y ligera, y de segundo todo un lujo: helado de vino tinto con gelatina de vino blanco, una frambuesa y yogur de leche de cabra. Excelente

Vino: Arzuaga, muy rico y muy bien servido

Lo dicho: se la merece de sobra. Es una pena que Verema no deje discriminar entre el 8,5 y el 10 porque en cocina le daría un 9.

Mi experiencia en esta casa fue realmente agradable. Hacía años desde que había estado aquí por primera vez animado porque el estilo de la carta era distinto ( la primera vez fue penosa, salvo por el postre ), y creo que acerté.
El menú:
- Queso azul con gelatina de sauvignon blanc. Tengo debilidad por las gelatinas de vinos así que me encantó.
- Carpaccio de carabineros con helado de salmorejo. Perfecto en un día de calor. El salmorejo bueno.
- Menestra de setas con foie y trufa rallada. Una combinación sabrosa y con las texturas de las setas muy logradas.
- Pulpo cocido y braseado sobre crema de patata, aceite de salmorejo y chips de patata violeta. Buen punto de cocción del pulpo ( cosa que no siempre se puede decir ). La crema de patata suave, suave.
- Bonito con salsa de frutos rojos. Muy jugoso.
- Pechugas de pichón sangrantes con crema de maíz y sus muslitos y alas guisadas. La salsa de maíz no me dijo nada, pero el guiso de pichón era algo glorioso.
- Helado de vino tinto con yogur de leche de oveja y gelatina de vino de Rueda. El recuerdo de este clásico de la casa fue el catalizador de mi segunda visita. Me encanta. Eso sí, la presentación es mejorable.
-Bizcocho de chocolate con semifrío de higos y sorbete de cítricos. No acabé de coger el sentido al sorbete de cítricos, pero el resto estaba bueno.

La atención fue casi personalizada, con degustación de vinos ( sobre todo de la tierra ) muy acertada y a un precio ridículo ( casi salgo a gatas del vino que bebí y pagué sólo 15 euros !!! ).
Soy fan de este local desde ya.

Su página web (www.restaurantemaracaibo.com) me animó a visitarlo, convencido de que su bodega compensaría la habitualmente contundente y anodina cocina de Segovia. La experiencia fue bastante positiva sobre todo en la comida: menu degustación a 55€ compuesto por un aperitivo, menestra de setas con yema y trufa melanosporum, crema de boletus con huevo y trufa, pulpo braseado sobre crema de patatas, un estupendo pargo y unas hamburguesas de lechazo algo secas pero muy sabrosas. Los postres, claramente por debajo del nivel de la comida. La carta, muy centrada en referencias españolas y bastante cara (2-2.5 su precio). Tomamos un Clos Mogador 99 por €90 impresionante y champagne A Clouet (a €12 la copa). En resumen, muy recomendable, aunque la carta de vinos es algo cara y muy escasa en referencias no nacionales.