Poco que añadir a los anteriores comentarios respecto al local (ayer la temperatura era muy agradable) y a la calidad de su oferta gastronómica (corta, pero de calidad). Añadir su horario, de seis de la tarde hasta la una de la madrugada.
Comimos, para compartir entre dos:
- Un cóctel de aceitunas (correcto; 2'60 €)
- Una ensalada de tomate y mozzarella (abundante, con buen tomate, buena mozzarella, aunque esta última un poco escasa; 8'50 €)
- Una tabla de ibéricos, compuesta por chorizo, lomo y jamón y acompañada de pan con tomate (16'90 €)
- Y un mango con chocolate: medio mango natural a medio cortar acompañado por una pequeña fuente con chocolate fundido (5'50 €).
Para beber tomamos una botella de agua (1,50 €), una copa de Rupestris (3'30 €), otra de Atalaya (3'80 €) y otra de Las Rocas de San Alejandro (3'20 €).
Seguramente volveremos.

Totalmente de acuerdo con el comentario anterior.
Una buena opción en el barri de Gràcia para tomarse una copita en un entorno agradable. Muy buenas materias primas en pan, quesos y embutidos. Por poner un pero, recalcar que la temperatura del local debería cuidarse un poco más.

Es la segunda vez que visito este local desde su apertura las pasadas navidades. El local es bastante pequeño, ya que tan solo tienen 4 o 5 mesas y taburetes en las 3 barras a modo de ayuda. La capacidad es para 33 personas, según indica en un cartel (imagino que será la licencia del local).

Decoración moderna y agradable, con la pared decorada con los vinos que tienen en carta, también es posible degustarlos por copas, teniendo unas 12 referencias a copas.

Los platos son bastante completos y de buena calidad, pero lo malo es la variedad, quesos, embutidos, foie y poco más para elegir, pese a todo era lo que buscábamos, por lo que decidimos entrar.

Degustamos un micuit, jamón, chorizo ibérico y un surtido de quesos a elegir entre los 10 tipos diferentes que tienen en la carta.

Vinos los probamos a copas, degustamos un Nora 2007, tras ellos un Pagos del Moncayo Garnacha - Syrah 2007, seguimos con un Enrique Mendoza Merlot 2005 y por último un Laderas del Sequé 2008 (me parece).

Tras ello los cafés también de muy buena calidad (Illy), total 90 € tres personas. Un sitio que es muy pequeño y te puede pasar como a nosotros que como no habíamos reservado, tuvimos que acomodarnos en la barra, todo sea dicho de paso cenamos muy bien.

La anterior vez que visitamos este local, fue las navidades pasadas y como las botellas estaban colocadas a modo de expositor en la pared del local y la calefacción estaba puesta, el vino estaba excesivamente caliente, en esta ocasión el local estaba bastante fresco y al decidirnos por la opción de las copas, no puedo opinar al respecto.

Volveré, me ha gustado para cenar algo diferente.