Una pena la evolución a peor de Casa Juan. Somos de Sevilla y mi primera visita fue en diciembre de 2011 y nos gustó muchísimo, con sus fallos y sus limitaciones, hemos sido buenos prescriptores. Hemos estado este pasado fin de semana y creo que no volveremos, al menos en un tiempo. En primer lugar, el jefe de Sala no te puede ASEGURAR que un producto no lleva un ingrediente al que es INTOLERANTE, para (como no nos fiábamos y la intolerancia es alta) pedir la etiqueta y mientras el jefe de Sala insistía (”Ve? ¡No tiene lactosa!) llevarnos las manos a la cabeza al ver en el etiquetado “LECHE”. Luego, nos pusieron unas almejas auténticamente abominables, indignas y, en general, bastante menos calidad y cantidad en comida y servicio que hace un tiempo.

Hacía mucho que no nos acercábamos a este lugar. Como todo el mundo sabe, Casa Juan es un spin off del Txistu y del Asador Donostiarra estando todos ellos relativamente cerca unos de los otros. También es sabido por todos que el modelo gastronómico y el tipo de público (famosetes, deportistas y la respectiva prensa que los retroalimenta) de los tres establecimientos presentan elementos comunes y que con todos nuestros respetos, nos sentimos muy alejados de ese tipo de propuestas, donde uno de las principales objetivos es ver y ser vistos.

Pero hay veces que las circunstancias mandan y la celebración de un almuerzo de trabajo, dió con nuestros huesos aquí.Lo siguiente no fue otra cosa que relajarnos y disfrutar e intentar con las experiencias de visitas anteriores que nos sirvieran para racionalizar en la medida de lo posible nuestra comida. Y si digo ésto, es porque cualquiera sabe que la carta del restaurante se "vertebra" sobre unos menús de degustación (que deberían llamarse de "deglutición")compuestos por una cantidad ingente de entrantes y raciones "arrojados" en la mesa que para alguien no sospechoso de comer poco, como soy yo, es imposible de terminar con ellos . Incluso con el de la versión reducida y consecuentemente más barato (35€ todo incluido).

Del lugar ya se ha escrito lo suficiente y no vamos a incidir más.

Servicio muy eficaz, mesa redonda y amplia para cuatro personas. Como el local no estaba muy lleno se conseguía un doble efecto positivo: un nivel muy cómodo de sonoridad por un lado y una climatización perfecta para un día muy caluroso como el de ayer.

Decidimos pedir a la carta (por las razones expuestas anteriormente) y a pesar de eso nos plantaron el plato de chistorra (un clásico) el paté de perdiz y unas aceitunas de Campo Real a modo de aperitivos.

Pactamos los cuatro comensales comer carne de principal y dejamos como entrantes:

Gambas plancha y cogollos con bonito

Gambas normalitas, ni bien ni mal sino todo lo contrario, y los cogollos servidos sin ninguna gracia de aliño.

Pasamos los primeros sin pena ni gloria.

Como ya anunciábamos, el principal consistió en carne de... vacuno mayor que no buey, fileteada. Una buena bandeja con un plato encima de una fuente de calor, donde te la acabas haciendo a tu gusto. Hemos de decir que la calidad de la carne es notoria, muy por encima de lo que se suele ver en la mayoría de los sitios. Buena textura, buen sabor... buen punto de maduración, sabor mineral. En este punto, cabe decir que nos ofrecieron repetir ( se puede repetir lo que quieras, dentro de lo razonable)

Con la carne, trajeron unos pimientos de tipo piquillo confitados.

En estos dos tiempos, tomamos para los primeros un Remelluri Reserva 2007 y para los segundos un Rincón 2005.

La carta de vinos es absolutamente predecible y aburrida, si bien es justo decir que los precios de las referencias no están desorbitados para lo (mal)acostumbrados que estamos por aquí.

Copas justitas, pesadas y de un grosor mayor al deseable.

Acabamos con café para todos.

Comentar que ya en la sobremesa traen a modo de detalle otra tanda de clásicos:sorbete al cava, plato de tejas y bombones, nueces garrapiñadas y unas pastas almendradas junto con las frasquitas de los orujos, pacharanes y crema de café.

A poco que te descuides, tendrás que estar un par de días sin comer.

Dos copazos de 100 Pipers y un Barceló con cola, cerraron la cuenta.

¿A cúanto ascendió? Pues a 192€.

Sitio que podría entrar en el circuito ese en el que salen algunos programas de TV en USA donde unos "fanegas americanos" se hacen apuestas a ver quien come más. Aquí, sería parada obligatoria, desde luego.

La carne está bien, por lo demás.

Es la tercera vez que he ido, y creo que es la que menos me ha gustado, no veo evolución ni cambios a mejor. Lo mismo de siempre, un restaurante basado en el cebo del famoseo, mucha cantidad, y poca elaboración y cuidado de una atmósfera tranquila y agradable para disfrutar de un buen ágape.

Me vuelve loca la chistorra que ponen con las cervezas, es igual que la de El Frontón, y menú degustación nº 2 con paté, jamón de "Jabugo" (muy normalito y cortado a máquina), ensalada, mousse de queso y boletus,revuelto de patatas, setas salteadas y foie. Todo bastante normalito.

El plato fuerte, el chuletón fileteado, muy buena y abundante la carne eso sí, aunque nunca acabo de apreciar mucho esto porque es algo que está al alcance de cualquiera hacerlo en casa.

El postre bastante variado y abundante,los sorbetes, bombones, tejas,etc. Vamos es para ir con hambre como han dicho ya por ahí. El vino un Ribera Roble muy normalito a una temperatura un poquito elevada para mi gusto. Cafés y un Gin Tonic (pocas opciones de este combinado nos dieron)

En general se come mucho, los entrantes, postres y el servicio de vino son mediocres, la carne de muy buena calidad, el precio es bastante comedido para lo que hay por ahí. Pero el sitio no me resulta agradable, muy cargado de fotos y reverencias al panorama del famoseo de prensa rosa, mesas excesivamente juntas aprovechando huecos en demasía. Poca o nula evolución, elaboración y sorpresa con los platos, un buen sitio para que te "echen" de comer, para nada gastronómico.

Me habían hablado muy bien de este restaurante, por lo que fui con un grupo de amigos, y desastre absoluto. Empezamos pidiendo el menu nº1 el de los 50 Euros, y no habíamos terminado de pedir y ya teníamos la mesa llena de platos, previamente confeccionados, y con poco encanto.
Un jamón indigno de llamarse ibérico, y así uno tras otro, platos con poco cariño, y muy industriales. Posiblemente alguien pueda decir que la comida es abundante, pero yo prefiero un minimo de calidad y más cariño gastronómico. Como plato principal, el pescado, rape, bastante malo, no por la calidad de la materia prima, sino por estar previamente hecho y recalentado, y la carne, sí estaba buena, pero después de la decepción inicial, ya no la disfrutamos. De los postres,bien el sorbete y la fruta, y mal y poco abundante la repostería. El colmo fué, que no habiendo hecho uso del vino que nos correspondía, nos cobraron las cervezas del aperitivo.
Mesas muy juntas, ambiente muy ruidoso, y en definitiva una gran decepción gastronómica.

Lugar emblemático, donde su dueño, Juan le da ese carisma de sitios caseros, lugar donde es fácil encontrar a alguien famoso, es bastante grande, con tres salones, pero normalmente están completos. Cuando he visitado este buen restaurante he optado por el menú degustación. Tiene un par de menús degustación

Entrantes a compartir entre dos en mi caso
Pate de Perdíz (Bueno)
Chistorra (Bueno)
Jamón (Correcto)
Ensalada de Tomate con Ventresca y Cebolleta (Muy buena)
Mousse de queso con boletus (Muy bueno)
Foie de Oca a la Plancha (Muy bueno)
Setas Salteadas (Correcta)
Revuelto de patatas (Correcto)

Principal
Chuletón a la piedra (1 Kg Aprox y puedes repetir) (Muy bueno)

Si aun te queda hueco
Fuente de frutas, bandeja de postres, bombones tejas, etc.
Una jarra de sorberte, café

En fin.... si vas para una cena como fue mi caso, ve con hambre

Si de comer mucho se trata con una relación calidad-precio muy buena, este es el lugar.
Ya está todo dicho, todos los entrantes servidos con buen tiempo y excelentes, ninguno desmejora (aunque las almejas yo me las ahorraría).
Carne, la que puedas hacer a la piedra.
Vino o Rioja o Ribera, a medida que acabas de recargan.
El surtido de postres genial.
Y todo a precio cerrado....

Restaurante ubicado en pleno meollo madrileño, al ladito de la Plaza de Castilla. Disponen de aparcacoches. Dividido en dos plantas, muchas mesas, las pareces están repletas de fotos de famosos, toreros y futbolistas.

El servicio fue muy atento durante toda la comida.

De aperitivo tomamos unas cervezas y pusieron un platito con chistorra, muy buena, y unas anchoas con guindilla. También un paté bastante rico.
Tomamos un menú degustación (52 euros) compuesto por:

- Pate de queso y perdiz. Bien.
- Jamón con pan y tomate. Muy bueno de sabor, pero cortado a máquina.
- Ensalada de Tomate com Ventresca y Cebolleta. Bien.
- Foie de Oca a la Plancha. Demasiado seco y salado.
- Setas en salsa. Deliciosas.
- Croquetas caseras. Normal.
- Huevos rotos. Bien.
- Gambas a la plancha. Ricas.
- Almejas en salsa verde. Ricas.
- Empanadillas de carne. Curiosas.

- De segundo trajeron el chuletón fileteado para hacer en la mesa, muy bueno de sabor. Nos preguntaron si queríamos más carne pero era imposible.

- El menú incluía el vino, que podía ser Rioja o Ribera. Pedimos el Ribera que no estaba mal, no recuerdo el nombre. Copas normales.

- De postres trajeron un variado de helados con galleta, una jarra de sorbete de limon al cava, un plato con un creppe de nata y una filloa de crema, una bandeja con un variado de frutas, dos botellitas de licor...

En definitiva, es un sitio para ir CON HAMBRE, sobre todo si te decantas por un menú de este tipo con el que acabas doblado.

En el día de hoy, sobre las 14:00 horas, tres comensales a la carta en este restaurante asador ubicado en la zona de plaza castilla. El local tiene una decoración basada en fotografias de famosos. Existen diferentes comedores, en nuestro caso el comerdor de fumadores, mesas amplias....como cortesia de la carta chistorra y pate en el aperitivo. Comenzamos con unos esparragos trigueros, y campiñones. Como platos principales solomillo fileteado, entrecot plancha y ensalada de bacalao. Tres Cafes y un Gin Tonic Bombay Sapphire.Invitación de orujo, tejas y nueces en el postre.
Bodega amplia, y vino en temperatura correcta, aunque inexistente el servicio del mismo.

La decoración es sencilla, correcta pero un poco anticuada, respecto a este comedor el humo (tabaco, puros y parrillas de carne) abundante, sin existir ventilación y generando un olor desagradable.
El servicio de sala es totalmente desastroso, muy poca profesionalidad my experiencia.
La calidad de la comida es buena, pero con precios muy elevados. Precio Total 155 Euros.

Parece un calco pero podría copiar y pegar. Coincidimos en menu y caldo, nosotros fuimos una excursión de 10 personas, aprovechando el Masters de tenis y el Atletico vs Real Madrid. Como perdieron Nadal y el Atleti lo mejor fue el restaurante. La compañia hace muchisimo, por lo que mi valoración está un poco pervertida. Tambien pedimos muchíiiisimo Viña Pedrosa, sin reparos, y el precio final no varió. Creo recordar que tambien salimos a 45 euros, por lo que la RCP nos pareció a todos maravillosa.
Todos los platos muy correctos, destancando la carne.
Lo hicimos largo, cantamos y no nos pusieron pegas. No iría nunca con el amor de mi vida pero repetiría la experiencia con cualquiera de mis amigos.

Fuimos el pasado Viernes a cenar con un grupo de unas 10 personas. Local a rebentar, ya sabes que no es un restaurante para llevar a tu pareja a una cena romántica! Local típico de dueño "famosete" fotografiado con multitud de personajes conocidos. Menú cerrado para toda la mesa, con infinidad de entrantes de los que sólo recuerdo unas croquetas de jamón y un foie plancha. Cuando pensabamos que habíamos terminado, llega unas colas de rape gigantescas (eso sí, muy buenas) y terminamos con chuletón fileteado para cocinarlo a la piedra. Postres, mejor no recordarlos, de chiste! Cena tipo rancho, sin pies ni cabeza, sin orden, sin servicio. Sevicio del vino inexistente, botellas calientes y copas de cristal más grueso que los filetes de buey. Si te invitan, pues vas...