El restaurante Don Giovanni trae a la capital una apuesta por la auténtica comida italiana, con una gran variedad de pastas y salsas.

📍¿Dónde se encuentra? Paseo de la Reina Cristina 23, 28014, Madrid

💶Precio: Entre 25€ y 45€

¿Qué pedimos de comida?

• Provolone alla Pizzaiola
• Lunette di Formaggio e Tartufo
• Spaghetti al Pesto

Postre

• Millefoglie di crema di Paco Torreblanca
• Tiramisú

Os invitamos a leer nuestra experiencia completa con fotos de todos los platos en nuestro artículo del restaurante Don Giovanni

Hacía tiempo que quería conocer Don Giovanni y por fin fui con mi novio. Me gustó el ambiente acogedor, la simpatía de Andrea Tumbarello, el chef, pero lo que realmente me encantó fue su comida. Nunca había probado los Carbonara auténticos aquí en España y aluciné. También recomiendo la burrata pugliese y la pizza con trufa. Estoy deseando volver porque me recordó mucho a los italianos de Roma y Sicilia. ¡Viva Italia!

Decepción es la palabra que mejor describe nuestra experiencia en este referente de la cocina italiana en Madrid. Hace unos días estuve leyendo artículos sobre el chief Andrea Tumbarello, últimamente bien tratado por los medios; por ejemplo, la Guía Repsol concediéndole el año pasado 2 soles aunque correspondan a su local de la Finca de Cortesín en Casares (Málaga). Por unos minutos se le vio por la sala conversando con conocidos antes de irse a recoger hoy mismo un premio al mejor restaurante italiano de Madrid (!!!).

Reservamos ayer por la noche, aunque nos avisaron amablemente que la sala principal estaba llena, pero que podían darnos una de las 5 mesas que hay a la entrada, en frente de la barra. Aceptamos pues teníamos ganas de conocerlo, aún cuando presagíabamos que no iba a resultar muy cómodo, como así fue, debido al contínuo va y ven de gente y camareros. Muchas fotos simpáticas de Andrea con famosos y otros chiefs, entre ellos Ferrán Adriá y Jose Mari Arzak, con los que parece mentiene buenas relaciones. Las mesas de pino, sin vestir, salvo por los típicos manteles vis a vis.

Servicio joven y atento pero algo acelerado. El maitre parece tomar nota sin transmitir mucho entusiasmo, aunque se comportó muy bien al cambiarnos los segundos. Cambian los cubiertos entre servicios.

Carta muy amplia, dividida en antipasti, insalate, pizze, risotti (sólo de encargo y mínimo 2 personas, aunque en la página web no lo dicen), pasta fresca y carnes.

Como atención de la casa un panecillo de queso bastante anodino.

Comida para tres personas:

- Burrata Pugliese: Generosa ración de este queso fresco similar a la mozarella pero más cremosa. Aparte presentaron la base de una pizza con aceite y orégano, y por otro lado un poco de tomate frito casero con un toque picante. Agradable de tomar untando el queso sobre la base de la pizza y echando por encima algo de tomate.

- Ricciole ricotta e spinaci: Tres rollos de pasta ancha con salsa cremosa de ricotta y espinacas. Muy buen sabor pero resultan muy pesados para una sola persona.

- Pappardelle ai funghi porcini: Pasta cocida en su punto con generosos trozos de boletus edulis. El fondo del plato con el caldo resultante de la cocción de las setas que, junto con el parmesano, le dio a la pasta un gusto muy agradable.

De segundos:

- Pizza romana: Pizza no muy grande pero muy bien hecha. Pasta fina y crujiente, con buena mozzarella y tomate frito casero con un buen punto de acidez y con un ligero toque de orégano. Además, anchoas pelín saladas, alcaparras y aceitunas.

- 2 de saltimbocca alla romana: Media hora de espera y cuando lo vemos no damos crédito a lo que nos presentaron. ¿Qué entienden por saltimbocca en este restaurante italiano?. Dos filetes de ternera por plato muy pasados con unas lonchas de jamón por encima y con una salsa sin identificar que nos resultó rancia y desagradable. Se lo comentamos al maitre y enseguida nos retiró los platos pidiendo disculpas.

Ante el desatino, nos ofreció ...

- 2 de tagliata con parmesano y rúcula: Otros 20 minutos de espera para presentarnos dos filetes de ternera por plato a la plancha con ensalada de rúcula y unas lascas de parmesano. ¿Qué narices entiende este restaurante italiano por una tagliata?. Ya no me apetecía llamar al maitre por segunda vez; al menos la carne estaba tierna y con un toque de pimienta agradable.

No nos quedaron ganas de intentarlo con los postres.

Carta de vinos bastante generosa en vinos italianos, aunque la representación española en tintos es muy meritoria, incluyendo Contador o Malleolus de Valderramiro y Sanchomartín. Precios x 2. En cualquier caso no tomamos vino en esta ocasión (de lo que me alegré, tal y como se desarrolló la comida) por lo que no puntuaré, al no observar tampoco servicio del vino en el resto de las mesas de la zona en la que estábamos.

Merece la pena destacar también su impresionante oferta de grappas y ginebras de todo el mundo.

Precio total: 114,60€ (inc. IVA, cubierto (sin pan) a 1€ por persona, 2 de agua de 1/2 litro a 2.20€ cada una, cuatro cervezas de barril a 2.20€ cada una, y un refresco a 2.70€).

Nota 1: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con IVA y sin bebidas.

Nota 2: No sé si este es el mejor restaurante italiano de Madrid, pero si volvemos, pediremos pizza y/o pasta, y desde luego NO junto a la barra.

El restaurante Don Giovani es la mejor experiencia de cocina italiana gastronómica hasta el momento.No era muy aficionado a la comida italiana,quizá por mis anteriores experiencias nefastas.
Don Giovani me encantó y pasé un momento especial que me ha pasado en muy pocos restaurantes.
Comímos dos ó tres tipos diferentes de pizza; todas espectaculares,una de ellas con trufa de Piamonte,pero no mejor que las otras.
Igual la burrata recién traída de Italia; un huevo a baja temperatura con trufa y crema de hongos;también alguna cosa más que ya no recuerdo.
Todo esto regado con vinos italianos,un blanco y un tinto,diferentes a los nuestros que maridaban muy bien.
El local fue lo que menos me gustó,aunque debe tener un privado diferente,pero la experiencia única.

Andrea Tumbarello y su restaurante son uno. El local del Paseo de Reina Cristina está algo escondido, y puede pasar desapercibido para el que acude por primera vez. Bullicioso, siempre lleno hasta la bandera, algo incómodo, recargado y con un trajín de camareros que van y vienen, aquí la decoración es lo de menos.
El cocinero siciliano y su equipo, formado por al menos tres ex de Viridiana, incluído Senén, el hermano de Abraham, nos ayudarán a dar con la mejor elección de algún plato de la carta.
La propuesta gastronómica es excelente y se divide en diversos apartados que incluyen ensaladas, carnes, pescados, pizzas, pasta dura y fresca, arroces o huevos.
El estilo es casero, sabroso y sin estridencias. Las raciones puede que escaseen algo, pero si vemos el lado positivo del asunto, así tendremos ocasión de probar más platos. Para empezar recomiendo los carpaccios, la mozzarella, cualquiera de las finas, frescas y crujientes pizzas, en especial la Andrea, la Bismarck y la de la casa o el Huevo Mundial, presentado en cazuela de barro, con tomate casero y huevas de atún.
Yo seguiría con una lasagna, con unos suculentos y cremosos carbonara que nos prepararán en la mesa, con unos gnochi, unos garganelli alla diavola o con cualquiera de los platos con una de las mejores trufas de Madrid.
Para terminar, nada mejor que hacerlo con una tarta de limón con merengue, una panna cotta o un tiramisú.
Si nos apetece una copa (o si no también), deberíamos probar cualquiera de las más de 150 referencias de ginebras que constan en carta y combinarla en un gin-tonic insuperable.
La oferta de vinos es muy atractiva y también se divide en distintas secciones organizadas por precio. Podremos encontrar desde espumosos de pequeño productor, hasta una lista completa de conocidas y desconocidas marcas sicilianas, pasando por los más reputados y caros vinos toscanos o piamonteses.
Precios en general ajustados, sabores de verdad, una siempre excelsa materia prima y un servicio eficaz y cercano hacen de este restaurante el que para mí es el mejor italiano de Madrid. Andrea sabe contagiar su arrolladora personalidad a todos, camareros, cocineros y comensales, y algo estará haciendo bien, cuando sigue llenando a diario.
Así es Don Giovanni, y como diría Lope de Vega, "quien lo probó lo sabe".

Restaurante muy recomendado entre amigos, así que tenía ganas de ir. Nos sentamos en la terraza.
Tardaron bastante en tomarnos nota y ni nos mencionaron las sugerencias.

Pedimos huevo con trufa negra. El huevo estaba demasiado cocinado.
Carpaccio, correcto
Ravioli giganti de mozzarella de bufala y espinacas (con frutos secos tostados, nata, parmesano, aceite de trufa y amaretto). Básicamente estaba bañado en nata, tenía tanta que no permitía descifrar ninguno de los sabores que deberían indentificarse.
Linguine ai frutti del mare: la pasta un pelín pasada.

El vino que pedimos fue Chianti Classico Riserva 06 DOCG. Muy bueno, sin duda lo mejor de la cena.

El servicio dejó mucho que desear. Lento, incorrecto y casi irrepestuoso.

Tengo muy buenas referencias personales de Andrea Tumbarello y espero que esto haya sido un mal día...

Visita un viernes por la noche, dificil de encontrar y con una entrada que engaña. Local lleno hasta la bandera, doblando mesas. Gran focaccia y burrata, para repetir y repetir. Ñoquis borrachos, correctos y Pizza de trufa, buena. Postres a mejorar mucho muchísimo. Un detalle feo, le pedimos al camarero vino por copas, las cuales nos la sirve con un sistema parecido a los sifones, muy rico, pero al ver la factura 8€ por copa sin avisar previamente del precio. Perdonenme, pero si me quiero gastar 16€ en vino, elijo yo una botella

Como fuí yo el que abrí los comentarios de este restaurante me he visto obligado a modificar algunas de las opiniones vertidas pasado un tiempo. Del restaurante familiar que era se ha pasado a un pretendido restaurante selecto en el que la persona que coje reservas se permite la osadía de regañarte (que se creerá) si falta algún comensal, cosa inpredecible algunas veces. Además el antes muy accesible y simpático Andrea se ha convertido en un semi Dios al que se le ha subido la pasta (la de comer y la de cobrar) a la cabeza.
La comida sigue estando buena pero sigue siendo cara sobre todo debido a las raciones que a pesar de los entrantes te hacen pedirte una pizza a medias con alguien para poderte saciar (y yo no soy de comer mucho). Conozco italianos igual de buenos, menos "selectos" y menos caros y que con un plato de pasta (por Dios, que es sólo pasta..) te quedas más que saciado. Recomiendo en la zona uno nuevo que se llama Arrivederci Roma (C/ Menendez y Pelayo por la zona de Ibiza).

Bueno, me habían hablado mucho de este restaurante gente del sector gastrónomico : cocineros, bodegueros, y aficionados a la buena mesa.
Me había dejado convencer por la fama que tiene, inmerecida a mi juicio de poner raciones muy escasas. Son del tamaño justo para mi gusto.
El local me gustó mucho, la entrada es totalmente atípica (pongo la foto para que os hagáis una idea) pro dentro es una tratoria normal.
Lo que más me gusto es el ambiente, muy familiar. Te encuentras a gusto muy rápido y todo lo que probamos estab bien.
Andrea y el personal de sala se desviven por que estes a gusto y la verdad, no siendo lujoso, lo recomiendo. Precio razonablemente ajustado. Si fuese Andrea cambiaría el exterior porque no esta a la altura del interior... pero en fin cada uno tiene sus ideas.

Como siempre mas fotos en:
http://www.noselepuedellamarcocina.com/2008/12/07/don-giovanni-un-italiano-atipico-que-esta-dando-muchissimo-que-hablar-ultimamente/

No esta mal el restaurante. A veces te encuentras con gente famosa (Butragueño & family; el de Ketama...). Pero las raciones son muy, muy escasas, y la justificación es que Andrea nos dijo que en Italia se comia un antipasto, un 1º, un 2º y postre. (Bueno, si lo dice él)Pero en este caso que no tenga el mismo precio un plato de pasta escueto que uno tan abundante como para que no comas más. Y él no come los 85 gr. de las raciones de pasta que dijo que pesaba para cada plato (nos dijo que comia el doble de esa cantidad). ¿Sabores?, buenos en general, aunque a mi me sirvió una lasagna de la Mamma que dijo que era exquisita, pero que estaba totalmente "matada" por el sabor de los guisantes(ya sabeis las bolitas verdes de sabor más bien soso y que acaban por endulzar todo plato del que formen parte). En fin que no es restaurante italiano de mi devoción, creo que los hay mejores, incluso con mejor relación calidad-precio.