Restaurante Ni Neu en San Sebastián
Restaurante Ni Neu
País:
España
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
36,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Petit Fours
Opiniones de Ni Neu
OPINIONES
2

Comida para cuatro personas previa reserva.

Tras un sabroso paté de aceitunas de aperitivo, comenzamos con el menú degustación. Consistió en tartar de bonito con crema de aguacate, salsifí salteado con gamba blanca, merluza asada en salsa verde con berberechos, cordero asado y deshuesado con sabayón de huevo y ajo confitado, torrija caramelizada en la sartén con helado de queso, y helado de frambuesa, yogur de naranja y crocante de violeta.

Todo estuvo a muy buen nivel, destacando la acertada conjunción de texturas del salsifí y la gamba, la extraordinaria calidad de la merluza, y la capacidad de la torrija para provocar un deseo irresistible de comerte diez más.

Carta de vinos variada y con referencias no habituales. Tomamos una botella de un rico txacolí de Álava, Uno 2014 (18 €).

Servicio joven y algo inexperto.

Teníamos ganas de conocer este restaurante del grupo IXO, al que también pertenecen otros ilustres como Mugaritz o Nerua, y qué mejor ocasión que un cumpleaños para acercarnos hasta este punto ya emblemático de San Sebastián, con una vista privilegiada de la desembocadura del Urumea en el Cantábrico, junto al puente que lleva el mismo nombre que el Palacio de Congresos construido por Rafael Moneo.

Cocina de muchos kilates a tenor de lo probado, galardonada con un merecido Sol Repsol, comandada por el chef Mikel Gallo, pupilo de Berasategi y curtido en los restaurantes ya mencionados del grupo.
Animada terraza a pesar de los 5ºC ambientales (los rayos de sol en Enero escasean por esta zona), el bar-cafetería y el comedor comparten espacio, pero con una inteligente separación que hace la comida bastante tranquila y con cierta privacidad. Decoración moderna y luminosa, servicio jóven y sonriente, mantelería, vajilla y coperío de cierto nivel (Spiegelau, Suuma).

Para comer fuimos con un menú cerrado similar al degustación que figura en su carta (42,5€) y aunque nos cambiaron dos platos sin previo aviso, ambos nos gustaban más que la opción anterior y de hecho resultaron ser los preferidos de la comida.
Como suele suceder en este tipo de menús, los vinos incluídos desmerecían la comida (Rioja y Rueda: Tres Ducados '15 de Campo Viejo y Viña 65 '15 de Yllera), por lo que llevamos una botella de Recaredo Brut de Brut GR '04 que combinó de fábula con todo el menú y por la que no nos cobraron descorche (punto a favor).

Las viandas consistieron en:

- Cóctel de vermut con Campari, naranja y cava, acompañado de olivas: Estupendo y refrescante combinado con amargor y dulzor muy equilibrados. Las olivas pequeñas pero bien ricas.

- Socarrat de arroz con txipirones y su tinta: Cambio respecto a la ensalada de pato original. Ración muy generosa presentada en forma de crêpe, con trocitos pequeños de txipi mezclados con el arroz, meloso y sabrosísimo, con una tinta densa y de intenso sabor. Platazo que por sí sólo justifica la visita.

- Merluza asada, jugo meloso y hebras de berenjena: Punto perfecto de cocción del pescado presentado sin piel, y acertada combinación de sabor con la berenjena asada en tiras. Estupendo.

- Cordero asado y deshuesado con crema de queso: En este caso, cambiaron la guarnición original y pusieron una crema de queso (muy espesa para mi gusto) y una patata en forma de medallón. Notable ración de nuevo con el cordero presentado en terrina y napado con su jugo. Muy rico, pero como suele suceder por estos lares y a este nivel, inferior al pescado.

- Torrija caramelizada con helado de Armagnac: El segundo cambio inesperado fue otro acierto total (el original era un bizcocho de chocolate con mascarpone), pues también somos fans de una buena torrija como era el caso. Esponjosa y exudando leche como mandan los cánones. Personalmente me sobra el caramelizado. El helado de Armagnac fue si cabe una sorpresa mayor, de textura cremosa y un delicioso y sutil sabor licoroso. Excelentes ambos.

- Café Illy y Petit Fours: Muy buen nivel en el remate dulce, con unos mazapanes de pistacho, cacahuetes tostados con polvo de cacao y gominolas de violeta. No soy muy cafetero, pero este café me pareció muy bueno.

Pan de hogaza exquisito con reposición y buen agua (Mondariz).

En resumen, un restaurante de garantías situado en una posición privilegiada de la ciudad, con numerosos atractivos en derredor (playa de la Zurriola, Paseo de Salamanca, Teatro Victoria Eugenia, Hotel Mª Cristina). Muy recomendable si os acercáis alguna vez al Palacio de Congresos, que posee una atractiva agenda de eventos anual (Quincena Musical, Congreso Gastronomika, Festival de Cine, Festival de Jazz, etc...)

  • Petit Fours

    Petit Fours

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