Interesante restaurante oriental de nueva apertura. Sin estar a la altura del Zen en lo que a la comida se refiere, principalmente por lo reducido de las raciones, sí que se puede considerar desde ya uno de los tres mejores "asiáticos de fusión" de la capital valenciana. El servicio es atento y aunque los precios son un poco altos es un lugar indicado si se quiere quedar bien y pasar unas horas agradables.
De reciente apertura. Ambiente oriental,vale la pena ver la decoración, entorno muy relajante.La comida una mezcla de sabores entre lo conocido, vieiras, solomillo o foie y un toque oriental de acompañamientos y salsas. La carta de vinos variada, extensa en vinos valencianos (tomamos un Maduressa, genial). Los postres expectaculares, el helado de flores umm. RCP muy buena. Volveremos