Ayer por la tarde decidí ir a cenar a este restaurante, ya que había leído comentarios muy interesantes.

Llegamos a las 21:35 y nos atendieron muy bien.

En general el servicio fue muy bueno, con un jefe de sala y unas camareras muy atentos y muy profesionales.

No obstante, la comida fue otra cosa muy diferente. Tomamos los siguientes platos:

Almejas a la marinera; las almejas insulsas y sosas, la salsa totalmente prescindible y sin carácter.
Pulpo supuestamente a la gallega; lo mejor las patatas,del resto sin comentarios
Sepia a tiras; lo mejor su presentación, a la que las probé acabaron con la maravillosa cena que había supuesto.
Solonillo de ternera con salsa de setas; el punto en que me la sirvieron era perfecto, pero la carne en sí no tenía mucho sabor, y la salsa de setas no le ayudó nada.

Lo mejor de la cena fue el vino, un Malleolus, muy bueno y a temperatura perfecta.

A parte del vino, lo segundo mejor fue el postre (cuando lo mejor de un restaurante es el postre, mal vamos); un coulant muy original y muy bueno.

Al salir del restaurante nos dimos cuenta de cual es el problema del mismo, es un restaurante para turistas, estaba lleno de ingleses y alemanes.

Como dijo mi mujer, es el típico restaurante de hotel en el peor de los sentidos.

Fuimos el sábado pasado a comer un grupo de 7 amigos. No solemos ir a restaurantes de este presupuesto por lo que quizás esperábamos algo realmente especial. Lo primero que nos sorprendió fue encontrarnos totalmente solos en el restaurante ya que no hubo más comensales durante las 3 horas que estuvimos. Es más, en el restaurante Malbec que ocupa la sala contigua y mucho más amplia del mismo hotel, tampoco vimos a nadie.
Escogimos el menú degustación (55€ + iva) sin maridaje ya que por un presupuesto de 25 euros adicionales que cuesta este servicio, pudimos escoger variedad de vinos a nuestro gusto con un ahorro significativo.
Los tres entrantes eran prometedores en el aspecto y el nombre pero a la hora de la verdad sólo mereció especial mención una esferificación de vichyssoise. El resto del menú pasó sin gran cosa que destacar salvo el arroz con ossobuco y pepino de mar. El huerto era muy vistoso pero gastronómicamente eran hortalizas hervidas. Tanto el mero como el cerdo ibérico nos parecieron algo resecos. Y los postres, el primero era excepcional y el segundo, era sabroso pero incómodo para comer ya que el hojaldre no se partía con facilidad y no disponíamos de cuchillo de postre. Los petits fours del café sin más interés. Nos los sirvieron con tres hormigas que estuvieron acompañándonos durante el café (cosas de la primavera), pero ya habíamos tenido bastante proteína así que las dejamos en paz. La bodega es muy completa a precios esperables (tienda x 2) pero con algunas referencias de coste moderado y muy buen rendimiento. Tomamos Terras Gauda, seguimos con un monastrell de Alicante sorprendente por 15€ la botella y acabamos con un Bertha Lounge fantástico. El servicio atento y discreto. Lo encontramos caro para la percepción general que nos hemos llevado. Hay varios sitios que nos han gustado más a precios más competitivos.

Habíamos leído varios comentarios sobre este sitio y la verdad no decepciona, tomamos el menu degustación con maridaje, que estuvo muy bueno. Lo mejor la falsa trufa, la sardina al carbón con zanahoria,la fideuá negra y el filete de ternera hecho con clavos a la brasa, estupendo. El postre merece mención aparte era un macarrón de chocolate con cremoso, helado y salsa de chocolate negro, sublime, por mi merece la pena regresar solo por degustarlo otra vez. Vale la pena hacer el maridaje por lo completo que es y no escatiman si algún vino te ha gustado, incluso maridan postre.
El local es muy agradable y tiene el plus de que te aparcan el coche, además de no dejar fumar.

Acudi a este lugar en visita a barcelona de trabajo, invitado por una persona e tenido el grato placer de conocerlo y disfrutar de sus platos, en conjunto un tour gastronomico de alta expresión su menú, la bodega destacable, el servicio en sala un poco flojo, mejorando este punto las opiniones que he leido casi en todo estoy de acuerdo. El precio final un poco elevado para mi modo de entender.

Teníamos ganas de concocer este local por sus buenas críticas y en general nos gustó. Acudimos a cenar 5 personas, poco público para ser viernes. El restaurante está ubicado en la planta baja de un hotel, por lo que las zonas comunes del hotel están a disposición de los clientes del restaurante, así como el parking, interesante por la zona en la que está ubicado. No se permite fumar ni en el restaurante ni en el hotel, te confinan a un espacio pequeño, común del hotel, que aunque acogedor, es demasiado pequeño.
Estrenamos carta y menú degustación, que por cierto han aprovechado para revisar al alza los precios un 22 %, así como el maridaje, que es muy interesante, incluyen hasta la cerveza de inicio, pero que no usamos por el tema del alcohol y la conducción.
Escogimos menú degustación, bien en líneas generales, aunque algo arriesgado en algunos platos, completo y sorprendente, que al final es lo que al menos yo busco en este tipo de menús, se compone de 3 aperitivos, 2 entrantes, pescado, carne, dos prepostres y postre, destacaría la carne, elaborada en parrilla de fakir, que me sorprendió y el pescado, rape bien y originalmente elaborado, el prepostre de crujiente de roquefort con miel, arriesgado pero que sorprende, el postre, para ser el postre estrella, simil de tiramisú algo flojo en su elaboración. Buena oferta de pan, elaborado por el restaurante, destaca el pan de butifarra y tomate, fuerte para acompañar, pero excelente como idea.
Carta de vinos no muy extensa y a mi entender faltaría más oferta, sobre todo en blancos, que es el vino que yo bebo, escogimos Misenyora, blanco que ya conocíamos y que es muy interesante, precios altos, como siempre en este tema. El servicio del vino, excelente y muy buenas copas.
Destacar el servicio de sala, muy atento, agradable y próximo en su justa medida. El local es algo frío, pero te encuentras muy cómodo dada la disposición de las mesas, pero al estar contiguo al restaurante del hotel, la amplitud hace un poco fría la instalación.
En resumen es un local interesante, con buena cocina y que te hace sentir bien, recomendable aunque al final el precio quizás es elevado para la instalación y la oferta final

Restaurante muy recomendable en todos los aspectos. El menú degustación con maridaje es una excelente opción. El pan buenísimo y el trato del personal muy eficiente, amable y profesional. Este menú consiste en un desfile continuo de sorpresas agradables tanto para la vista como para el paladar. Ayer justamente lo habían renovado y no dudamos en pedirlo a pesar de llevar estudiado el anterior que aparecía en su página web. Local muy tranquilo en el que se puede disfrutar de una velada íntima y un trato del vino muy bueno, aunque todo, desde los aperitivos a los múltiples postres son una delicia.

Situado en el hotel AB Skipper, decoración minimalista aunque cómodo y de ambiente muy agradable. Montaje de mesas perfecto y cristalería Riedel. Personal atento y diligente. Cocina elaborada y con magnífico resultado en mesa, buen producto y buenos puntos de cocción, se nota que el jefe de cocina sabe lo que hace. Menú degustación 45€ y ofrecen maridaje. Arroz delicioso, trinxat creativo buenísimo y cordero relleno de alcachofas delicioso. Postres muy buenos y petit fours acorde con el resto. Carta de vinos corta pero con cosas interesantes a precios x1.5 ó x2 tienda según las referencias. Un sitio a tener en cuenta en BCN, buenos precios y NO FUMADORES, volveremos.

Ayer fuimos a cenar a este restaurante, la verdad que estábamos solos pero normal era un miércoles fin de mes. El servicio es excelente, atentos pero no empalagosos. Gracias a los buenos comentarios de la gente lo probamos y no decepcionó. Escogimos el menú degustación 45€ y el maridaje 20€ y la verdad que nos encantó. El vino buenísimo, empiezan aperitivos con cava, luego entrantes con vino rosa, pescado con vino blanco y carne con vino negro, los postres, que el cocinero, muy amable, nos dejó escoger de la carta, con vino dulce y finalmente mi pareja pidió café y lo acompañaron de una mus de flor de hibiscus y un dos pastelitos de pistacho buenísimos. Los platos no son muy grandes pero os puedo asegurar que te quedas lleno, muy lleno, vamos que os lo recomiendo. Sitio tranquilo, bonito y bueno.

Lugar interesante. Tema de vinos bien cuidado, buena carta con recomendaciones propias o bien listado general. Copas correctas. Servicio atento, sin agobios y muy correcto...se esta agusto y tranquilo. Menu de degustacion, menu maridado y carta. El menu de degustación me gusto y me sorprendio, variado, interesante, buena presentación y cantidad suficiente...muy bien. Quizas tenga que mejorar ligeramente en el ambiente de la sala que, estando muy correcto, se hace como un poco frio. Menu de degustacion 45 €. Lo pase muy bien en buena compañia, mi gran amigo Gaspar.

Local agradable amb un servei atent sense agobiar.
El menjar destaca per creativitat (sopa de ceba torrada amb romesco en nitrògen), bona factura i punts de cocció. Un prepostre ben bo amb formatge blau i mousse de mores.
Vàrem fer 2 menus degustació (45€): aperitius, 2 entrants, peix, carn, pre-postre i postre.
El servei de vi molt bo (decantadors, copes Schott), temperatura correcta i carta ben triada. Preus a botiga +50%. Varem prendre un Aalto 2004 (38€), que ens va deixar extasiats.
En definitiva, una bona opció més a Barcelona.