Lamentablemente no puedo hablar bien de este local. en una ocasion un amigo muy aficionado a los caracoles me pidio que le llevara a un local que no fuera Can Barris o Can Xiquet a comer. Lamento haber elegido L'Argada. los caracoles estaban hervidos con salsas de acompañamiento ,manifiestamente mejorables.Maxime cuando hacenm gala de los caracoles como una de sus especialidades yo puedo asegurar que mejor no pedirlos.
Un restaurante tradicional dentro de la ciudad. Es el restaurante ideal para cuando se pretende que todos los comensales puedan disfrutar comiendo, desde los que les gusta la carne, a los que prefieren pescado. La cocina es tradicional pero con innovaciones. Son famosos sus pinchos de carne pero también hace todo tipo de comida a la brasa, carpaccios, caracoles, platos de temporada, etc. Los espacios son agradables, con diferentes salones y la posibilidad de comer a fuera. Bien situado y buena relación calidad precio.
Siento discrepar pero las dos veces que he ido a este restaurante ha sido para echarse a llorar. Los puntos de cocción son lamentables, la calidad de los platos deficiente, la carta deja muchísimo que desear, del vino y su servicio mejor no hablar. En definitiva, un restaurante pesadilla idoneo para los que quieran vivir emociones fuertes con la comida. Un desastre. Llevé a unos amigos irlandeses para que probaran típica comida catalana y los pobres no sé que debieron pensar. Los calçots eran terribles pero la salsa era aún peor si cabe. Simple salsa de tomate, vinagre y frutos secos.
Terrible
Totalmente de acuerdo con Calamar, hemos estado comiendo o cenando unas cuantas veces en este magníficamente situado local y las verduras y carnes están muy bien. Hay una salsa romescu bastante destacable. Lo de los vinos pues, sobre la media, es decir, mal. Se puede recomendar a los poco exigentes, que solo busquen buena materia prima y a familias con niños. Precios normales, pero es que ofrecen muy poco, por lo tanto, pobre RCP.
Restaurante Grill en el centro de Girona. El comedor de la planta baja se dispone alrededor de una gran parrilla dónde se puede observar al cocinero en su labor. Dispone también de otras salas más privadas en la primera planta. Buenas carnes y verduras a la parrilla, con platos tradicionales basados en la calidad de las materias primas. La carta de vinos algo corta y predecible: Riojas, Riberas y Empordà-Costa Brava. Copas inadecuadas. Satisfactorio para una comida familiar o de trabajo sin pretensiones.