Es de lo mejor de Teruel. Ambiente tranquilo y acogedor, Buena relación calidad precio.

No es mi primera visita ni tampoco será la última. Aprovecho mis visitas a Teruel para ir a comer alli

Es una pena que locales como La Tierreta puedan recibir valoraciones malas, pero algo ha ocurrido ahí y Chicote sería la persona ideal para volver a levantar aquello. La Tierreta tuvo su gran boom entre los años 2004 y 2009 con platos y cartas bastante novedosas e innovadoras para lo que estábamos acostumbrados. Sin embargo, algo debió ocurrir a nivel interno, porque la carta se quedó congelada y la mayoría de los platos no transmiten frescura, tienen sabor a nevera. Antes del Yain, La Tierreta era el sello de Teruel de cocina con buen gusto. Espero que alguien venga y agarre el toro por los cuernos en este local. El sitio lo vale y mucho. A día de hoy, no aconsejo pagar esa cantidad de dinero por la calidad del producto y servicio que os van a dar.
Fue un sitio con una decoración innovadora, un soplo de aire fresco.
Era espectacular su ternas o a baja temperatura.
Creo que exagero si digo que de 2004 a 2010 comí o cene allí 40 veces. Eso si desde 2009 hasta la fecha no lo he hecho en mas de 2 ocasiones. Un desastre sobre todo en la planta inferior.

Estuvimos hace unos días con unas parejas de amigos, dentro de nuestra estancia y visita a Teruel. El restaurante es recomendable, es uno de los que más me gusto de Teruel. El ambiente muy tranquilo, el salón es acogedor y el servicio correcto, sin más. La comida, aquí llega lo importante, esta muy bien, tengo que decir que no es el que más me ha gustado de la ciudad, pero sí de los mejores. Pedimos el menú degustación y la verdad que hay platos mejores que otros, pero en general le doy buena nota. A algunos amigos no les gusto para la fama que lleva, pero yo tengo que decir que es un buen sitio, se come bien y es tranquilo, pero nada del otro mundo

Mi mujer y yo hemos celebrado nuestros primeros 25 años de matrimonio y lo celebramos en este restaurante de la capital turolense. El local resulta agradable y nos pusieron en una mesa batante íntima. Cenamos con cava Gramona tres lustros, que es una debilidad de Marta.
Para cenar escogimos un menú no demasiado pesado, comenzamos con unas alcachofas con foie con una crema de pimienta, muy rico. Después nos aconsejaron que tomaramos unos erizos rellenos de vieira con un sofrito muy rico, la verdad es que acertaron.
De segundo mi mujer tomó una merluza con cangrejos y yo cochinillo. A mi mujer la merluza le encantó y a mi el cochinillo me sorprendió muy gratamente, estaba deshuesado y super tierno, pero crujientito. De postre nos ofrecieron un postre degustación, ya que mi mujer estaba muy indecisa, que llevaba una trufa de chocolate, que era chocolate caliente como envuelto en una masa crujiente, una adaptación de la piña colada y un borrachito con fresas y vino rosado. El café era muy bueno -cuantos restaurantes fallan ahí- y estuvimos muy cómodos. La nota fueron 94 o por ahi.

Ha sido la segunda visita que realizamos a este local turolense. Fui con mi mujer y un amigo que venía a visitarnos, de la anterior visita han cambiado casi toda la carta, por lo que nos decidimos por las novedades ya que el maitre nos ofreció un menú degustación con los platos nuevos para que pudiésemos probar casi todo. Tomamos un vino de la zona, un Oxia de Bodegas Aragonesas garnacha 100%, no lo conocíamos pero ya me he encargado una caja para casa, ya que resultó excelente. En el menú tomamos una terrina de foie con láminas de chocolate y trufa, visualmente parece la tarta contesa, buena combinación de sabores con la trufa de Teruel que es espectacular. Continuamos con unos rollitos como de primavera pero rellenos de perdiz escabechada y setas, con queso de Tronchón. Me sorprendió que la perdiz, aunque estaba escabechada, estaba jugosa. De plato de pescado tomamos un rodaballo confitado con jamón y salsa "pesto aragonés", bién de punto, y el pesto muy suave. Después tomamos solomillo de ternera con un masa muy picada que llevaba setas y un aroma que nos dijeron que era haba tonka, no la conocíamos pero quedamos sorprendidos, un ingrediente a seguir. Antes del postre nos sacaron el clásico quemadillo de ron pero en otro formato, el ron era un caramelo fluido, el limón una espuma y la canela una espuma. Lo agradecimos.
De postre tomamos un tiramisú como decostruido, con una crema abajo con amaretto y migas de chocolate encima, muy sabroso.
En general quedamos satisfechos, y mi amigo quedó contento ya que probó en casi todos los platos productos de la zona, volveremos en otra ocasión. Nos invitó mi amigo, pero creo que nos costo 150 euros los tres.

Entré con el menú de tapas en mente... ¡y sólo lo tienen por la noche! En fin, habrá que mirar la carta...

Local medio escondido en un callejón cercano a la catedral. Decoración moderna y minimalista. Mesas con separación algo justa. No me gustaron los salvamanteles de junquillo, tipo Ikea. Servicio algo lento y distante. No nos dieron a probar el vino ni nos rellenaron las copas, aunque sí lo hicieron en la mesa de al lado. Carta de vinos original: cilindro con una hoja de cartón, bastante gastada, para cada tipo de vino (tintos, blancos,...). Copas Schott Zwiesel Pure. Vajilla y cubertería, correctas.

Empezamos con unos amuse gueule de crema de chiribía (bien) y canapé de lomo con crema de pimientos (excelente).

Mi mujer tomó el menú de 18,-€: Ensalada bastante abundante y Salmón a la plancha (bueno).

El resto tomamos, de primero:
- Patatas a la importancia con bacalao y hongos botón (12,50€) - Bien, aunque las setas no eran botón.
- Arroz con rape y hongos (13,75€) - Algo insípido.

De segundo:
- Vieiras con panceta (12,75€) - Bien de sabor, pero las vieiras estaban algo duras.
- Lubina asada (18,50€) - Pelín demasiado hecha. Bien de sabor.

Lo mejor del almuerzo: los postres. 3 souffles de chocolate blanco y negro. Riquísimo y muy sabroso.

Bebimos 2 aguas, 1 botella de Venta d'Aubert blanco FB, 1 copa Don PX Toro Albalá y un cortado. Además, me pedí un Montecristo nº 4.

No nos cobraron la ternera con patatas del niño... Aun así, algo caro. Servicio disperso. Algunos detalles no me gustaron en absoluto. Tampoco estaba tan lleno el local.

Si vuelvo, será para probar el menú de tapas. Para tomar la carta, hay mejores alternativas... y más baratas.

Esta es la cuarta vez que acudo a este restaurante de Teruel, todas ellas disfrutando de un menu desgustacion y cada vez que voy salgo mas sorprendida....
El entorno es agradable, con espacio para fumadores y las mesas espaciosas.
Esta vez disfrutamos de un menu de lo mas original (44€/persona). Constaba de un par de entrantes : gazpacho de remolacha, y una especie de pescado marinado. Como primertos: una tarrina de foie y un pulpo cocinado de manera espectacular!!! Como segundos: Lubina con salsa de queso y un cochinillo que incluso a mis amigos que no son grandes amantes de este plato salieron encantados.
De postres: Ron con helado de sorbete de limon y el ultimo postre que nos dejo con la boca abierta y para el paladar incomparable.... magdalenas de naranja con espuma de cafe y helado de croissant......y os puedo asegurar que la experiencia fue como un desayuno!!
Todo este menu lo regamos con un enate blanco gewurztraminer y un gran Vos a sugerencia del servicio muy atento, profesional y experto ....que mas se puede pedir!!
Asi que salimos encantados y desando organizar la siguiente escapada a Teruel para volver a la Tierreta

Creo que es la cuarta vez que acudo a este restaurante, y debo decir que ésta es la que más me sorprendió.
Nos ofrecieron un menú degustación que aceptamos gustosos, y francamente bueno
pizza de lengua de ternera,canelón de manitas de cerdo, huevo frito trufado, bacalao y solomillo al foie, borracho con helado de queso de cabra y sus clásicas trufas en hojaldre.
La comida nos gustó sobremanera, con un interesante punto de vista entorno a productos aragoneses, todo muy agradable.
Si acaso alguna pega en el servicio, atento, pero como ese día tenían mucho trabajo algo difuso y falto de serenidad, que a veces casi "exigimos" (reconozco que no siempre con razón) en un profesional.
Por lo demás muy agradable
Seguid trabajando que creo vais por buen camino

Recomendado por gente de Teruel, fuimos a este bonito restaurante. Comida decente, pero sin tirar cohetes, buen servicio de vino, ambiente acogedor. Una buena opcion dentro de Teruel, pero sin que sea inolvidable