Poco valorable mi opinión de este restaurante, para mi es algo más que un restaurante. La amabilidad, el trato que me dispensa Igor es un lujo. Si a eso se acompaña, que no me he comido rodaballos mejores que allí, y ese día cayo otro, pues no hay mas que explicar. He comido piezas mejores en este restaurante pero nunca decepcionan. Sopa de pescado que podría llamarse crema de pescado. Bodega espectacular a precios supercorrectos, algunos mejores que en tienda, cayeron Viña Tondonia Blanco Reserva 1991 y 2002 y un Colorin Blanco Teso La Monja (dulce) invitación de Igor. Un lujo, sitio, compañía, atención.
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