Primera parada de nuestro periplo vacacional en el señorial Parador cántabro de Limpias, donde hicimos noche el 05 de abril y cenamos en su restaurante Palacio de Eguilor antes de continuar nuestro viaje a Galicia.

El restaurante es elegante, muy luminoso, con grandes cristaleras de buenas dimensiones, que dan al jardin, con mesas grandes, bien separadas las unas de las otras, bien vestidas, con manteles, vajilla, cubertería y copas de Paradores,. El servicio de sala fue correcto y agradable. El servicio del vino no puedo juzgarlo, ya que quería tomarlo por copas, pero los vinos presentados en esta opción, no me convinieron y optamos por agua y cerveza.

Cenamos a la carta y tomamos los siguientes platos :

Primeramente nos trajeron el pan que iba a acompañar la cena y una degustación de AOVE

Seguimos con :

Entrantes

Sopa de pescado y marisco. Correcta

Fritura de chipirones con cebolla de Bedoya y calabacin. Buena presentación, ración copiosa. Correcta

Platos principales

Alcachofas confitadas. Fue una pena que el cocinero olvidase quitar las hojas duras.

Albóndigas de merluza.  Bueno de sabor, aunque no me gustó la consistencia de las albóndigas.

No tomamos postre, para beber tomamos una botella grande de agua de Mondariz y una cerveza 1906 de 33 cl.

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 42,15 €/persona. RCP correcta. Cena sin pretensiones.