Tras varios intentos fallidos de probar un esmorzar en lugar no conocido, desistimos de llamadas infructuosas (estamos en agosto y casi todo se para) acabamos yendo a un valor seguro más cerca de casa.

Además de la terraza y el comedor interior han tenido que poner mesas en la calle lateral porque está todo lleno con mesas que doblan servicio. No hay grandes cambios en el local ni el el rápido servicio. Tras pasar por la barra a elegir la comanda y el tamaño del bocadillo (los hay XXL = barra de pan entera), siendo el completo (media barra) y el medio (un tercio de barra = 25 cm).

Nos sentamos en el interior buscando el aire acondicionado, en una pequeña mesa con su llamativo mantel de papel a cuadros rojos; nos traen el gasto, esta vez sin piparras y la bebida que sigue siendo vino tinto básico de Castillo de Gredos para maridar perfectamente con la gaseosa La Casera.

En sólido fue con el mismo pan, que es mejorable sobre todo si en el interior  pones mezcla no jugosa, los bocadillos siguientes:

. entero de pull pork: la otra vez (ver comentario anterior) me encantó , así que no cambié aunque el potro me sigue atrayendo.

. entero de media tortilla de sobrasada y queso y otra media más de espinacas: referido como muy buena la primera y bien la segunda.

Un par de buenos cremaets (premio mejor cremaet tradicional 2024) por persona nos permitieron una sobremesa ya sin agobios de gente hasta que empezaban a preparar mesas para la comida que también apunta maneras. Será para otra vez. 

Local ubicado en una población cercana a la capital, junto a la la autovía de Liria (dirección Valencia), que dispone de una terraza cubierta exterior bien preparada y un comedor interior amplio. Estamos a 20º y nos vamos fuera tras pasar por la barra y elegir el esmorzar.

Candy y Javier no paran de preparar bocadillos (conviene reservar) desde las 6 de la mañana y hacen lo que muchos restaurantes actuales servicio de almuerzos y comidas y descansan por la tarde/noche; mejor conciliación y mejor horario (no partido) para los trabajadores. Por cierto rápidos, efectivos al igual que la salida de almuerzos desde cocina con la buena afluencia que había.

Las mesas son las clásicas de terraza de propaganda de cervezera pero nuevas, silloncitos cómodos y buena limpieza. En cuanto te sientas te traen el gasto que consiste en un platillo con buenas aceitunas y un par de pebreras valientes, cacahuetes con corteza correctos aunque algo escasos. Para beber vamos al clásico: gaseosa con vino tinto básico, Abadía del Roble, en buenos vasos de propaganda.

Tenemos suerte y no hay cola en la pequeña barra atestada de bandejas a cada una más apetecible para el almuerzo; tiene una especialidad que es la carne de caballo, pero hoy los amigos esmorzadores declinamos el tema y nos vamos a lo que nos entra por los ojos. Y eso fue:

. bocadillo entero de pulled pork: carne de cerdo guisada desmigada y macerada con especias acompañada de patatas panaderas, salsa barbacoa y cebolla crujiente. Casi ná, con esa materia prima imposible fallar. Recomendable.

. bocadillo entero de bacon con patatas panaderas: buenas piezas de bacon plancha y abundantes patatas panaderas bien elaboradas. Bien.

. bocadillo medio con bacon, morcilla y col frita: cambio de compañeros en el bacon que incluso mejoran al anterior, aunque la col estaba aparentemente menos frita de lo habitual. Brutal.

¿Y el pan?. Pues es un pan correcto que con la jugosidad de los bocadillos acaban haciéndose algo blando que no desagradable. El relleno de los bocadillos es sobresaliente.

Unos cremaets bien preparados que luego repetí de cremaet y mis compañeros se fueron más por la copa de cognac y por el cortado. Luego nos enteramos que debíamos haber pedido los chupitos de crema de cazalla Cerveró que son la recomendación de la casa. A la otra, porque seguro que habrá otra vez por la gran variedad de buenas opciones especialmente ese potro, con hasta 4 versiones, que merecerá una nueva visita.