Pues sí, se puede comer en la que es la segunda pinacoteca más importante de España, solo superada por el Museo del Prado. Es verdad que no es un restaurante al uso, sino que dentro de las posibilidades varias que tiene también se puede comer dentro del museo tras una muy recomendable visita guiada. Para ello tiene varias opciones de caterings de entre las mejores de Madrid incluso con estrellas Michelín.

En mi caso la comida fue como final de un evento grupal que se cerró con una magnífica visita al museo y una comida que consistió en:

. aperitivos varios

. raviolis de queso de cabra y cebolla caramelizada con salsa pomodoro: buen plato de pasta con buena preparación. Más que bien.

. redondo de ternera con setas patatas y verduras, guisado al estilo tradicional: cumplió sin defectos ni virtudes.

. tiramisú con mascarpone: bien preparado.

La parte líquida, aguas y cervezas aparte, consistió en Nuviana blanco y Nuviana tinto, más los consiguientes cafés e infusiones.
por supuesto que las mesas perfectamente de revista así com o copas, platos y vajillas; el servicio de sala académicamente perfecto.

Indudablemente que lo mejor fue la compañía, los que se sentaron a las mesas y los que quedaron colgados de los techos. Una sorprendente experiencia del que desconozco precios porque no estuve en la organización.