Acudimos de casualidad.

Local a pie (10 metros de altura) de playa en zona turística. Lo que sería Lloret de Mar o Salou, pero en Barcelona.

Chiringuito de playa, formato restaurante, con ganas de hacer las cosas bien. Presumen de hacer de los mejores arroces de Barcelona, la verdad es que llevaba años sin comer (no sé si el mejor de Barcelona, no los he probado todos) un arroz tan bueno, con tanto sabor y tan bien elaborado.

Es un local moderno, con mucha gente uniformada, menos la señora de la puerta, el dueño/gestor y un camarero.

El servicio es muy amable, cercano, correcto, servicial… muy, muy bien trabajado en todas partes (menos en la señora de la puerta, que se sabe alguien especial y vemos como tiene un trato algo distante y “de guays” con los clientes, muchos poliglotas)

El resto, fantástico.

El servicio del vino es justo y con un precio alto, excesivamente alto. La loza, mantelería, copas…. es una mezcla de chiringuito y restaurante “arreglao”. Está bien, pero no dejas de estar en un chiringuito…

Las cantidades son algo cortas, aunque la calidad está bien, con lo que están ahí ahí…. Y los precios tienden hacia arriba, con lo que se hace justo….un poco bastante justo.

Así y todo, es un lugar recomendable, al que volveremos seguro.

Mucha Barcelona pero acertar con el arroz (que no pienses en tirarlo directamente es un éxito), o las frituras (que aquí son normalitas) no es lo fácil que pareciera.