No había estado nunca, pero había oído hablar, la idea era ir a tiro fijo, una buen chuletón a compartir y a disfrutar, no salió exactamente como esperábamos.

Ya está comentado que hay un lomo bajo más enfocado a bocadillos y un lomo alto en el piso superior que sería el restaurante, amplísimo, con estética tirando a industrial, mesas amplias y cómodo.

Servicio joven, atento, amable, profesional y... vendedor (percepción personal, no me lo toméis muy en cuenta), no quisimos pan y nos lo ofrecieron hasta 3-4 veces en distintos momentos, igual que el tamaño de la chuleta, insistían en ofrecernos un tamaño sobredimensionado para los cuatro que éramos. No es mayor problema, pero bueno.

Para empezar compartimos,

- unas croquetas de cecina de buey, muy buenas, cremosas en su punto y con buen rebozado.

- una ensalada de tomates con ventresca de atún y cebolla tierna. Sabrosa.

- un plato de jamón ibérico de bellota Guijuelo, "cortado a mano", altamente decepcionante, tirando a seco, duro, mate, la sensación era uno de esos platos de jamón ya cortados, con film por arriba y al frigo, y 26€.

Como segundo compartimos una chuleta, después de conversar con la persona que nos atendió sobre el tipo de carne a elegir y el tamaño... nos decantamos por una chuleta de vaca europea simmental de media maduración (1,7 kg con hueso).

Antes de ponerla a la brasa nos enseñaron el corte, espectacular, una vez lista, en la misma mesa que es muy amplia y ya tiene una zona para este menester, nos cortaron la carne y dejaron una lámpara para mantener la temperatura, por cierto fue eficaz.

Desgraciadamente no disfrutamos lo esperado, supongo que fue cuestión de mala suerte, pero bocado si, bocado no, nos topábamos con algún nervio o trozo difícil de masticar, al final, lo que espero de un sitio tan especializado como este, es acertar con al carne, no acabó de ser una velada redonda.

Para beber dos refrescos y tres copas de vino viña sastre roble (5€), buenas copas, buena carta de vinos, pero muy limitada en su oferta por copas. 

No tomamos postre.

Primera visita a uno de los templos de la carne en Barcelona. El restaurante Lomo Alto, que en su planta baja aloja al restaurante Lomo Bajo, una especie de bistrot del del primer piso, mas elegante, en donde se va a comer hamburguesas, pepitos, y bocadillos diversos cárnicos, de buena calidad, que atraviesas para llegar al primer piso ya sea a pie o en ascensor.

Este restaurante ha estado dirigido gastronomicante durante largo tiempo por el conocido Chef Carles Tejedor, que ha dejado desde hace poco el restaurante y desconozco quien es actualmente su director gastronómico. El restaurante tiene un plato Michelin.

El local ha estado diseñado con mucho gusto por  Lazaro Rosa Violan y su decoración recuerda por momentos el ambiente de una carniceria, como cuando entras y te encuentras con unas piezas de buey con mas de un año de maduración. Las carnes se asan en parrillas abiertas a distintas temperaturas, fabricadas por Josper que parece que se han inspirado de las parrillas tradicionales vascas. El ambiente es confortable, las mesas son muy grandes, de madera, desnudas, bien resguardadas las unas de las otras, con bancos confortables, buena vajilla, buenos cubiertos y buenas copas. Disponen de una sala privada.El servicio de sala es agradable y atento. El servicio del vino se ciñó sobre todo al descorche y primera cata, con servicio de llenado de cuando en cuando. No ojee a fondo la carta de vinos aunque me pareció bastante completa. Escogí el vino tinto que recomendaban esa semana.

Las carnes que proponian eran : Rubia gallega, Alistana Sanabresa, Frisona, Asturiana de los Valles, Avileña, Parda Alpina, Sayaguesa, Barrosa y Maronesa.

En la carta, proponen diferentes entrantes, embutidos de buey y de vaca en procedencia de El Capricho, dos menús degustación, chuletas enteras a la parrilla, centros de lomos limpios, otros cortes de carnes, carnes blancas, quesos, digestivos... y para los amantes del pescado, que se han equivocado de dirección, 3 preparaciones a base de bacalao, rodaballo y pulpo.

Mientras ojeábamos la carta nos trajeron como aperitivo unas olivas y unos excelentes pinchos de patatas chips caseras.

Optamos por compartir lo siguiente :

Carpaccio de bou curat amb formatge Idiazabal. Carpaccio de buey curado con queso Idiazabal. Muy bueno.

Centre de llom net de vaca vella "Rubia gallega" , Centro de lomo limpio de vaca vieja "Rubia Gallega" . de 0,590 Kg . Madurada 120 dias y acompañada de Pimientos del piquillo confitados, patatas fritas caseras al estilo Carles Tejidor y ensalada verde. En la primera foto pueden verse los tres acompañamientos y la lámpara térmica para mantener la carne a su buena temperatura, en la segunda el corte propiamente dicho y en la tercera la carne preparada para ser emplatada.  La carne fue de 10, sabrosísima, tiernísima, en un punto perfecto de cocción y se mantuvo caliente durante toda la cena. Los pimientos del piquillo buenísimos y las patatas fritas deliciosas, las mejores que he comido a parte de algunas degustadas en Bélgica. Segun Carles Tejedor : El sistema de cocción es el mismo, pero con algunas variantes, se fríen en dos tiempos pero en lugar del confitado previo y la fritura final que los belgas hacen en grasa de buey, las del Lomo Alto se hierven primero (cocción al vapor con lacado de aceite) para freírlas (con la piel), después en aceite vegetal "

y todo acompañado por un buenisimo pa amb tomaquet (pan con tomate).

Como postre, también compartimos, ya al limite de nuestras posibilidades,

Pastis de Xocolata, Pastel de chocolate. Bueno pero difícil de terminar ...

Para beber tomamos, como he dicho anteriormente la botella de vino tinto recomendada esa semana, El Veinat 2018 DO Montsant. Bodegas Viñedos singulares, Cepajes 100% Garnatxa tinta. Crianza de 6 meses en barrica de roble francés. Se embotella sin filtrar, por lo que es un vino que puede presentar precipitaciones. Es equilibrado, con buena acidez, carnoso, con un final bastante persistente pero me pareció demasiado contundente. La verdad es que no estoy muy acostumbrado a los vinos tintos, los que me leéis sabéis que soy mas de blancos y espumososos.

Finalizamos con tres buenos cafés y nos invitaron a tres buenos digestivos a base de sorbete de lima, apio, gin y tónica ( precio de carta 5 €).

La cuenta ascendió a 81,80 €/persona. Buena RCP.  Excelente calidad de producto y "savoir faire" en las cocciones y el servicio. Seguramente volveremos para deleitarnos con sus buenas piezas de carne. Recomendable para carnívoros.