Restaurante Cap i Casal en Valencia
Restaurante Cap i Casal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Vino por copas:
Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
36 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
torrija
arroz
croqueta marisco
sepia bruta
ensaladilla lubina
aperitivo
Opiniones de Cap i Casal
OPINIONES
3

Ha sido sustituido por un nuevo local: Restaurante de Ana manteniendo especial dedicación a los arroces

Nueva visita en la que se aprecia progresión en todo. Hay progresión en clientes, lleno hasta la bandera en un día de los más desapacibles del año por viento y lluvia, más que inusual en Valencia. Hay más presencia de gente de sala dando un servicio más completo. Sobre todo hay más gente profesional a cargo del vino y de la sala.

La carta de comidas no es muy amplia y está dirigida sobre todo a entradas y arroces. Más del 50% de la oferta de comida son entrantes y a precio entre 12-17€ el plato; hay 7 arroces pero se pueden encargar otros previamente. Con 3 pescados y 2 carnes más 4 postres se completan las opciones.

La carta de vinos es suficiente con opciones clásicas y algunas más novedosas con buena horquilla de precios. Elegimos empezar con Valdesil 2018, un buen godello sobre lías; seguimos con Sierra Cantabria 2017 que fue perfecto para un contundente arroz. Un par de aguas grandes de Benasal completaron a parte líquida.

Seis dispuestos a una jornada más de "arrocito", la primera del año 2020 y encargado previamente, además de solicitar la opción del comedor semiprivado de que dispone (capacidad para 10 máximo) en una zona sobrelevada del comedor central, que aunque dificulta la relación con la sala y su servicio, tiene un plus de aislamiento muy apetecible.

Unos vermuts Yzaguirre, muy bien servidos en sala, y una cerveza con unos snacks de piel de bacalao solicitados para la espera. Un aperitivo por cortesía de la casas de unas tostas y un panecillo invidual (cobrada aparte 1,80€) son los preparativos para la comida, que fué toda compartida:

. croqueta de marisco x 6: buen tamaño, buen sabor, nada aceitosa, crujiente por fuera, melosa por dentro. Recomendable.

. sepia bruta x 1: recordando su origen del Cabanyal, bien preparada y sabrosa; ración más que amplia. Recomendable.

. ensaladilla de lubina x 2: bien presentada, bien de sabor y textura, se acompaña de unos encurtidos; ración más ajustada.

. arroz meloso con txangurro x 5: servido al plato y dejado el caldero para repetir; buenas raciones, aunque fué de grandes y buenas nécoras y no de centollo/a; buena cocción y profundidad de sabor aunque se hubiera agradecido más tropezones complementarios dado su precio de 21€/ración.

. torrija con helado: contundente torrija (muy de pan) y excelente helado de horchata. Amplia ración. Una pena el emplatado en una vajilla que apelotona los dos elementos hasta golpearse entre ellos.

. crepe de manzana asada y helado de turrón: correcto el crêpe y de nuevo excelente el helado. Amplia ración.

Los postres están diseñados para compartir por su tamaño. Unos buenos cafés y unos chupitos por cortesía de la casa (whisky, crema de café, orujos..) y una larga, muy larga sobremesa sin problemas.

  • torrija

    torrija

  • arroz

    arroz

  • croqueta marisco

    croqueta marisco

  • sepia bruta

    sepia bruta

  • ensaladilla lubina

    ensaladilla lubina

  • aperitivo

    aperitivo

Desde hace pocos meses está abierto este local, ubicado en el espacio fisico del añorado Rias Gallegas que después de dar algunos tumbos, al final ha tenido sustituto con la llegada del chef Raúl Cob proveniente, tras un periplo por diversos paises extranjeros, del mítico Cabanyal de la calle La Reina.

El local ha sido redecorado, pues el espacio de Rias Gallegas se ha visto disminuido al 50%, con una distribución alargada desde la puerta con la barra a la entrada, mesas pequeñas con separación ajustada, bien vestidas, con vajilla copas y cubiertos muy correctos. Bonita decoración de pequeñas despensas de vinos a modo de ventanas iluminadas y una posibilidad de cerrar con puerta de cristales un pequeño comedor privado al fondo del local. Cuadros de fotos de la ciudad de años atrás que siempre gusta intentar recordar o adivinar.

El servicio en sala es mucho más profesional de lo que aparenta un reciente local, bien formado, amable, con conocimiento de lo que se sirve. El propio chef dedica una parte importante del tiempo a conectar con los clientes ya que las reservas han estado por debajo del 40%.

No vi carta de vinos ni de comidas ya que hice reserva a través de Cuina Overta en la semana de la paella. Sí que me comentan que los arroces son una parte importante de su oferta. En la reserva, además del menú de 3 entrantes y principal de paella/arroz a banda a elegir, me llama la atención que, en letra pequeña, se informa de que maridaje, aguas, postre y cafés están incluidos en el importe total de 30€.

Dos para comer empezamos con una cerveza de presión y un vermut blanco La Copa de Gonzalez Byass muy ligero y poco alcohólico bien servido ¡en la mesa! y que se acompañan de unas papas a petición propia. Siguiendo con la bebida un agua grande de Benassal y unas copas generosas de Ostras Pedrín!, un blanco que parece perseguirme este mes; ya nos anuncian que si queremos luego pasar a tinto que avisemos. Así lo hice para el arroz y el servicio de tinto fue un Pago de Tharsis City, un fácil bobal, perfecto de temperatura y muy frutal. Ambos bien servidos de temperatura y sin restricciones.

Lo comido siguiendo el menú de muy clara inspiración valenciana acompañado de un pan redondo recien horneado, y todo compartido al centro:

. ensaladilla de llisa y encurtidos: ración ajustada, con una elaboración en la que el actor principal, la llisa, está muy presente siendo la mayonesa un simple acompañante.

. tartar de langostinos: ración ajustada, cortes no muy finos, con buenos productos: aguacate, tomate y los langostinos crudos. Muy sabroso.

. buñuelos d´abaexto y allioli negro, tosta de titaina de atún en salmuera y piñones nacionales: un buñuelo de buen tamaño por persona con un buen secreto: mucho bacalao y piñones locales en buen número en la titaina que le acompaña con un tomate dulce muy sabroso; acompaña una cuchara con un allioli muy destacable, perfecto de textura, de color negro (de ajo negro) y poco sabor a ajo.

. arroz a banda con pescado salvaje: servido en paella al centro, sobre el propio recipiente, con una capa de un grano; perfecta cocción, bien de sabor de fondo, buena ración y con unos trozos de corvina y gamba puestos antes de servir lo que les permite estar muy jugosos, bien de sabor, aunque sin integrar. Es la moda.

. tarta de queso de servilleta (Hoya de la Iglesia de Requena) servido con helado (con leche) de turrón y sorbete (con agua y azúcar) de horchata: todos los elementos de buena calidad pero el sabor y la textura, casi de cuajada, del queso es muy destacable.

Rematamos con unos buenos cafés con un chupito de la casa de un licor de naranja, mientras comentábamos con el chef aquellos años de antes de la crisis.... Ahora hay más nivel de cocina y más competencia. Y hay un nuevo competidor que entra con fuerza.

La sorpresa vino en la cuenta: ¡¡¡ todo estaba incluido en el precio base !!! En contraste con lo que se está haciendo habitual de cobrar pan, servicio, segunda bebida, cafés... y mucho más en ofertas de menús.

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