Local, autodenominado konoba -taberna-, ubicado frente al mar con una cocina que abre desde las 11 de la mañana de forma ininterrumpida para dar servicio a los muchos turisticas que se asoman al puerto en competencia con otros de más nivel y en la misma ubicación. La sensación exterior es de chiringuito de puerto pero sobre todo de cocina más lugareña y más informal pero también alejada del mantel de tela y luego cenas lasagna. Recien llegados optamos por intentar adentrarnos más en lo auténtico si es que en esta ciudad queda algo auténtico, por que se ha convertido en una construcción de parque temático para el atraque de cruceros.

El local tiene una parte de comedor interior más elegante y una amplia terraza exterior con mesas y sillas de madera pintada y protegidas del sol /relente de la noche con sombrillas. El servicio es cumplidor en amabilidad y profesionalidad y tiene carta en todos los idiomas turísticos imaginables, así que para cenar la noche de llegada nos parece una buena opción. Llama la atención la presencia de abundantes y enormes gatos por la zona por lo que suponemos que si comen restos y están así, no cenaremos mal. Por supuesto servilletas de papel, vajilla casera, copas y vamos, que importe poco que se rompan con las irregularidades de la mesa de tablas de madera; aceitera vieja rellenable y con aceite de girasol.

La carta, una página por idioma, se divide en "la comida" donde tenemos  16 opciones numeradas (para facilitar al camarero el pedido), dos "ensaladas", dos "bocadillos", dos "extras" (olivas y aceite de oliva) y un "postre" (una especia de flan local). Decidimos pedir al centro para cenar los cuatro y así probar más platos. El servicio desde cocina fue correcto aunque trajeron todos los platos prácticamente a la vez, lo que parece costumbre de los lugares turísticos que no diferencian entre tapear y cenar cada uno su plato. Las raciones son amplias pensadas para compartir bien entre dos. "La comida" (mejor dicho, la cena) fué:

. ostras (6): sin aditamentos y con limón. Bien.

. ensalada pequeña: todo verde. Para adictos solamente.

. anchoas saladas (ración): tamaño medio, bien desespinadas, algo saladas (ya lo ponía en la carta) y 8 lomos por plato; se acompañan de aros de cebolla roja y un par de aceitunas en decoración. Pedimos 4 por persona y como tampoco hicimos casos a la carta que ponía "ración" nos sirvieron 4 raciones (32 lomitos y saladitos...) y hubo que repetir pan y bebida en cantidad como si no hubiera mañana.

. ensalada de pulpo: sobre una cama de ensalada, pulpo troceado y condimentado. Cumple

. chipirones a la plancha: servidos con su tinta en un recipiente a modo de sartén con ajo y perejil. Recomendable.

. mejillones: buen tamaño de cáscara pero pequeño de molusco. Prescindibles.

. calamares a la romana: troceados, bien rebozados y nada aceitosos. Cumple bien.

Para beber optamos directamente por cervezas (ozujsko pivo), agua y coca colas.

No tomamos postre ni cafés. La sensación es de cena de turistas en un chiringuito en la playa que nos han cambiado el paisaje por un puerto en el Adriático. Como tal, el servicio no está incluido en la factura.

La comida y la RCP sería un 6 en cada, así que lo ajusto.