Tras la reforma del local, cambio de nombre y de imagen en internet sobre un transfondo histórico, pero que deja una imagen (sobre todo en fotos de noche de la puerta de entrada) un poco complicada de justificar tu presencia.

En realidad ya hay una referencia anterior de este local que es justo reconocer como primer comentario: www.verema.com/restaurantes/113202-origen-clandestino-valencia/valoraciones/1450017-valencia-impone-r-sigue-sonando-alto

La reforma interna ha consistido fundamentalmente en cambiar las mesas anteriores por mesas y sillas altas más unos pequeños puestos en un lateral de la barra de calientes, más la colocación de una barra de frios y emplatados en el otro lado. Actualmente caben unos 20 comensales.

Fuimos 5 para comer y estábamos solos, aunque no es lo normal. Empezamos con unos vermuts tintos Lobo Pardo traidos de la mano de Noemí, la hija del malogrado Jaime Ortiz (ex presidente del Valencia CF y compañero de fatigas en la juventud en Monserrat) con mucha presencia de naranja, azahar y regaliz. También una clarita, agua Vichy con gas y Solan de cabres sin gas.

Las mesas altas de madera mantienen los manteles de papel de Origen Clandestino; buenas copas. El servicio en sala es bueno, efectivo y muy explicativo de los platos, lo cual es muy necesario para poder disfrutarlos en su totalidad. Se funciona con carta a elegir (10 platos diferentes y 2 postres) y con menú desgustación sorpresa de 5 platos (3 entrantes más 2 principales y postre) y sin saber lo que se nos viene encima ya que ésto forma parte del programa previsto. Su fundamento es coger platos de todo el mundo (especialmente del ámbito latino) y partir desde cero o tomar platos de todo el mundo y lo adaptan a los ingredientes y formas de nuestro entorno latino / español / valenciano.

En el inicio tras la reforma se plantearon el tema de coctelería al estilo de StreetXO pero, como era previsible en Valencia, no funiocó. La carta de vinos es muy interesante con presencia de muchos vinos de actualidad y arriesgando. Empezamos por un recien salido Simeta 2016, una apuesta personal de Javi Revert, enólogo del Celler del Roure; muy interesante pero ojo con los sedimentos al servir. Luego seguimos con Demuerte un crianza de la DO Yecla. Para los postres un tokaj 5 puttonyos Disznókö y unos vinos dulces Carmeleta Licor de Naranja, un curioso vino con fondo de naranja.

Lo que había ese dia para comer y ajustando para 5 raciones:

. mejillones escabechados y luego pasados por la brasa con salsa de aji amarillo y al servirlo con alga nori, rábanos en salmuera de lima (lo hace rosado) y cilantro y se acompaña de pan de maiz. Interesante inicio que empiezas a salivar.

. empanada de rabo de vaca con chile chipote y patata criolla y con pan de maiz fermentado durante 3 dias, se muele a mano y se le añade cúrcuma y se combina con harina de yuca. Tiene un punto picante interesante sin pasarse.

. ceviche cartagenero (Cartagena de Indias) sobre una torta pura de plátano (hecha de plátano verde frito), haciendo una pasta que se vuelve a freir y forma una base rígida para el ceviche de gamba roja con aguacate cítrico, cebolla morada y cilantro combinando con leche de tigre con agua pura de tomate (obtenida por criogénesis) y que suple al ketchup. Para comer con la mano, de lo mejor.

. all i pebre a su manera: anguila hecha a la brasa y luego troceada en pequeñas porciones y acompañada con corazón de alcachofa también a la brasa y en la salsa se cambia el pimentón rojo por chile ahumado fresco, perejil por encima; se le agrega un tamal con sobrasada picante y boniato formando una mezcla de sabores dulces y salados, diferentes texturas. Un guiño a la cocina local. Muy recomendable.

. mar y montala: rape y panceta hecha a la brasa con trinchat de patata criolla, chile poblano y panceta. La intención es poner en cada bocado todos los ingrediemtes. Buen resultado final.

. postre: mezcla de crema de queso gorgonzola, gel de figoa y nuez pecana de California. La proporción de queso hace que se apodere de todo el postre aún no siendo esa la intención de la creación, pero en el montaje así quedó como bien comprobó el chef tras los comentarios relajados posteriores.

Rompimos con una pimienta que anestesia la punta de la lengua con peta zetas y luego produce xialorrea para limpiar la boca y añadimos a posteriori un extra sobre el menú:

. postre: un ganache de chocolate blanco con galleta, un gel de lima y sobre ello un poco de sorbete de lulo (cítrico del Amazonas) y con crispis de yogurt encima. El ganache se nos quedó un poco seco, aunque gustó.

Es una cocina que merece la pena conocer, aunque sin ser ingredientes caros ni salir con sensación de ecesos en la comida, el precio final parace algo elevado.