En nuestras recientes vacaciones por Londres hemos visitado este establecimiento que, por desgracia, nada tiene que ver con su variante madrileña.
Lo primero, nos esperabamos un local mas StreetXo y nos encontramos con un local típico inglés. O mucho ha cambiado StreetXo Madrid o nada tiene que ver con aquel magnífico StreetXo que probe hace años alocado y desbordante de sabor.
El servicio correcto aunque falsete. Ibamos con los pequeños, ganas locas de conocer a Cristina. Preguntamos si están o estarán, nos dicen que si. Imaginar la cara de los pequeños, como locos de contentos. A medida que pasaba la comida, sin pena ni gloria, las ganas de verles se iban diluyendo. Ya nos dijeron que ni estaban ni se les esperaba.
Por lo demás, correcto servicio en todo momento. Buena sintonía.
La comida. Elegimos el menu de 7 platos, 70 libras comensal, para que los pequeños de la casa probasen cosas nuevas. Hay platos que explotan de sabor y otros que no te dicen absolutamente nada. A destacar, el ramen con gallina (lo mejor de toda la comida), las croquetas (pedimos aparte una ración para probarlas) y el cordero. Lo demás ya os digo, flojito flojito.
En el tema de las bebidas hay muchisima variedad. Pedí un cava rosado espectacular por 40 libras, como es costumbre no recuerdo el nombre pero si lo viera escrito seguro que lo recordaría. Se acompañó de agua y refrescos para los pequeñajos.
Como remate, después de pasear por Hyde Park y alrededores volvimos, por si estaban allí los dueños, y nos tomamos unos cockteles. Esto si que estaba muy bueno, realmente bueno.
En comparación a lo que comimos los demás dias por la ciudad esto es otra galaxia, parece hasta barato en comparación a comer en un chino o en un McDonald's porque las clavadas son de órdago! ¿Volveriamos? Lo dudo bastante, pero al de Madrid y al DiverXo siempre!!
Fecha de visita: 22/04/2018
Cena 4pax.
Precio por persona: 95 euros.
Comida 9.
Entorno: 8
Rcp: 8
Servicio: 7
Servicio del vino: 7
Lo mejor: La lasagna XO, el pichón y el cordero.
Lo peor: Ningún defecto en especial, quizá la tardanza en servir la segunda tanda de cócteles.
Domingo noche, 90% de ocupación en las mesas, tan solo un par de personas en la barra. Celebramos el maratón de Londres y me consta que había más españoles en otras mesas haciendo lo mismo. Local oscuro, con la provocativa y característica estética de David Muñoz. Se puede decir que se trata de una estética punk, muy apropiada en la ciudad de que vio nacer ese movimiento.
Mesas sin mantel, con separación correcta, vajilla y cristalería también muy correctas, en ocasiones tan original como la decoración (por ejemplo la copa corazón o la copa gigante en la que se sirven algunos cócteles).
Se trata de la segunda ocasión en la que visitamos este restaurante y en cuanto a la carta ha habido una notable variación y a mejor, en mi opinión. La primera vez que acudimos, al poco de abrir, en la carta no había menú degustación, aunque si se solicitaba lo preparaban, pero a regañadientes. Sin embargo en la actualidad existen varios menús, incluso uno vegetariano, que permiten apreciar la cocina del restaurante con una mayor profundidad. Otra sorpresa en la carta fue no encontrar el ya clásico chilli crab. En este caso la sorpresa fue negativa porque es uno de nuestros platos preferidos y con los brioches XO para mojar en la salsa era ya sublime, una pena. Nosotros teníamos un hambre canina después de la carrera, pero los otros dos comensales llegaban de viaje y no tenían demasiado hambre, así que en esta ocasión optamos por la carta, aunque a mi me hubiese gustado elegir de nuevo el menú.
Elegimos los siguientes platos:
No tomamos vino en esta ocasión, sino cócteles y cerveza, aunque me consta que la carta de vinos está bastante bien. Existen también maridajes para los distintos menús, que es la opción que tomamos en la primera ocasión. Optamos por los siguientes cócteles: “dry sweet & sour”, “Diverxo Madrizzzz”, “Tokyo Jerez” y “Jerez sour”, todos francamente buenos, destacando especialmente los dos últimos basados en generosos. En este sentido convendría hacer un apunte: sería fabuloso un maridaje para los menús que consistiese exclusivamente en vinos del Marco, no solo porque sería una forma estupenda de dar a conocer estos vinos en el extranjero, sino porque maridan fantásticamente con esta comida.
En cuanto al servicio, joven, voluntarioso y muy amable, aunque se echa en falta un poco más de profesionalidad. Gran parte del personal es español y con platos tal complejos se agradece la explicación en castellano.
En cuanto a la relación calidad/precio, según tengo entendido, el restaurante ha recibido críticas en este sentido, especialmente comparándolo con el Streetxo de Madrid. En mi opinión este Streetxo no es equiparable al de Madrid, si no que se sitúa en un punto intermedio entre Diverxo y el citado Streetxo de Madrid. Además hay que tener muy en cuenta el lugar en el que se encuentra y los precios de los restaurantes de su entorno. Para mí, la relación precio-disfrute fue muy buena.
Resumiendo, lo pasamos en “grande”, disfrutamos un montón y fue una perfecta celebración. Volveremos seguro.
Londres es probablemente la ciudad multicultural por excelencia, la "Global City" por antonomasia (más que Nueva York, que está en un extremo del globo).David Muñoz ha elegido bien por donde empezar (por donde seguir!) su conquista, tras triunfar en Madrid. Si no pasa nada raro, lo conseguirá.
No me gusta el personaje que ha creado (de algún modo, él será así). Pero su cocina, los sabores que consigue y cómo gestiona/organiza su negocio son geniales.
Lo de Londres a día de hoy es una mezcla entre el Streetxo más callejero de Madrid (hablo del de Callao, al que fui tres veces) y el Diverxo actual (según cuentan; yo fui en 2009, cuando la ridícula parafernalia escénica no existía).
Al tema: local muy cool, mucho dinero invertido, con barra de cocktail a la entrada, zona de mesas bajas y barra sobre la cocina, que es donde nos sentamos; muy buen servicio (mucho personal, casi todo español) y carta en parte igual a la de Madrid, aunque refinando presentaciones y añadiendo algún plato muy caro (el día que yo fui era un "Josper Vine smoked ribeye of wagyu" a 75libras los 150gr).
Tomamos para dos personas: el club sandwich, los dumplings pekineses (con su salsa hoisin de fresas naturales), la lasaña coreana con su toque picante, robata squid (calamar pasado por las llamas un segundo, acompañado por papaya verde, pico de gallo, pesto..), y la pierna de cordero a baja temperatura (con puré de patata con ají amarillo, perlas cítricas, minimazorcas a la brasa y papel de patatas violet). Y el pan: los baos con mantequilla.
Todo fue un 10 (si acaso un 9 al cordero, algo pasado de picante, lo que no me esperaba cuando el plato se ofrece como "Robuchon meets Peru", en referencia al puré de patatas con el doble de mantequilla que de patata, de gran cremosidad; ingenuamente pensé que conservaría algo de sutileza robuchiana...Imposible tras pasar por la trituradora que tiene en el cerebro D.Muñoz) El postre no lo ví a la misma altura (una mousse de chocolate con helado de arándanos, polvo de oreo y cruasán y hojas de cilantro).
Gran sorpresa con el vino: un sumiller andaluz para quitarse el sombrero. Con mucha oferta de vino por copas, algunas de nivel, lo que es habitual en Londres,pero BIEN SERVIDO, lo que no es nada habitual.
En concreto, la copa de Chateau La Grave Figeac, de Saint Emilion, la pagué cara (22libras), pero se sirvió delante de mí, con el sistema Coravin y sin el odioso medidor de mililitros.
[Excursus/spin off:mi experiencia en Londres con el vino (durante este mes de junio que estoy pasando aquí) es mala en este apartado:
-copa de Brunello de Montalcino a 24libras que llega servida a la mesa en el, por otra parte, estupendo restaurante toscano "Il Trillo", con unos paqueri de gallina de guinea tremendos, al igual que la mortadela trufata.
- copa de borgoña blanco, un meursault, a 14libras en el pub con estrella "Harwood Arms", que también llega servida a la mesa; buena cena por otra parte, con un cordero galés preparado en diversas formas (fileteado su lomo, en croquetas su cuello, sobre calabacín a la brasa otras mollas) y un trifle de postre muy bueno; mi visita anterior fue en 2011, cuando Stephen Williams logró la estrella, y en estos años han pasado por el local 4 chefs, todos conservando la estrella. Muy revelador de lo que es esta ciudad y de lo que es la guía Michelín.
- copa de Chassagne-Montrachet a 20libras en el wine bar "Margaux": llega servida a la mesa, además de que observo los tejemanejes bajo la barra con el medidor; lamentable; la comida buena]
Esta noche voy al Dinner. Segunda visita tras varios años. Esperemos que, como mínimo, todo siga igual.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.