Junto a la plaza de toros de Sevilla, un local de corte y decoración muy taurina con capacidad para unas 60 personas, nos habilitaron en el comedor principal una mesa para 15 personas quedando muy bien pues nos permitía relacionarnos todos durante la cena.
Unos panes más que básicos y un buen AOVE Gaviño hacen tiempo de espera (y espera) de un servicio que se caracterizó por ir a su bola (hubo que llamar constantemente la atención para pedir cosas y estábamos casi solos) y más pareció espantar clientes que otra cosa.

Unas cervezas de entrada y le pedimos algunos ir directos al vino y hubo que pedírselo en más de una ocasión; al final le pedimos la opción de beber (o empezar) por un blanco y sin mediar palabra nos trae una de cubitera con un Barbadillo de 3€ en el hiper y más de 15 en la carta. Posteriormente pedimos ya de carta un Monasterio de Palazuelos 2014. En la carne nos quedamos con ganas de un tinto pero no conseguimos pedírselo porque no apareció nadie por la mesa.
Al menos buenas copas y cambio de las mismas de forma correcta y vino a buena temperatura sin ningún servicio ni dado a catar.

Al centro compartido:
. fiambre: todos de alto nivel salchichón, chorizo y embochado, en
especial éste último
. patatas cocidas, cebolla y huevo duro en una especie de ensaladilla, muy básica aunque bien aliñada
. alcachofas con jamon y judias verdes
. alcachofas cocidas rellenas de carne que sobraron en parte. Habíamos pedido alcachofas por estar iniciando temporada y nos trajo las dos opciones que tenía, saturándose el personal. Ningún consejo por su parte.
. salvo alguna excepción no carnívora (y con mal resultado) pedimos lo que nos ofreció de carne sí o sí: una pieza de entrecotte que tenía a la entrada con muy buen aspecto y que vino acompañado de patatas fritas y pimientos de Padron de forma más que sencilla: la carne en general pasada de punto y algunos para pelearla con el cuchillo, aunque yo tuve más suerte a base de tenerla con más grasa.
. postre al centro con fruta: piña, chirimoya (difícil de compartir), flan, tocino de cielo, tarta de chocolate y alguna cosa más.
Como yo pedí que llevara tocino de cielo, me trajo una ración individual para mí, dejando a los demás para compartir el plato al centro. ¿?

Unos cafés al final y unos buenos chistes mejoraron la sensación al salir, que desde luego no triunfamos para salir por la Puerta Grande.