Trilogia

Son 3 restaurantes en diferentes localizaciones de la ciudad y el buque insignia es el llamado El Porvenir. Local muy amplio, muchas mesas, bonito comedor privado donde nos ubicamos los 12+1 y aunque algo justos, merecía la pena ya que te permite hablar sin molestar a mesas vecinas.

Local basado en materia prima y en especial productos del mar. Decoración en colores claros (mucho blanco y azul claro) y con sensación de estar en el comedor o terraza de un barco. Correctos el tema de vajilla, cubiertos y copas. Bastantes mesas llenas.

Para beber muchas cervezas de inicio para pasar a un merejo fácil Sietesiete 2014 sin muchas cosas que decir. Aguas varias aunque no recuerdo la marca.

No pude ver carta de comidas ni de vinos por menú pactado de antemano pero buenos elementos en la pecera de entrada presagian un local de buenos productos del mar.

Entrantes compartidos al centro:

. canapés variados: minitosta de pan con lámina de morcilla de Burgos con cebollita pochada, otras de salmón y alguna más Prescindibles aunque creo qu fueron de cortesía de la casa.
. enbutidos: un muy buen jamón y queso curado.
. gambas de Huelva servidas en s cajita de madera. De lo mejor de la cena.
. almejas marinera. buenas piezas y bien preparadas. Recomendables.
. fritura: cazón y croquetas de bacalao. las croquetas estaban más en forma de platillo volante y poco sabrosas; el cazón a dados correcto.

De principal a elegir de varias opciones, escogí pez limón hecho a la plancha y acompañado de verduras rehogadas y sofritas, la misma compañía para todos los pescados. Ración correcta, buena de sabor, me hubiera gustado unos minutos menos en la plancha; se proponía aparte un sofrito de aceite y ajo que no probé.
Otras opciones reverenciadas como buenas: merluza, bacalao y en especial bueno el solomillo poco hecho que resultó curiosamente de lo más recomendable de la cena.

Postres: al centro de fruta y dulces. cafés e infusiones. Orujos y limoncello de la casa mejores de lo habitual.

Rematamos con cubalibre y gintonics con problemas a la hora de elegir marcas. Mucho peor fu al pedir un PX que no conseguíamos salir de si PX, ¿cual? pues PX. Al final resultó ser de Valdespino El Candado bien de dulce, manteniendo un punto ligero de acidez que descarga bastante.

No llegamos los últimos pero sí fuimos lo más rezagados porque nuestro pequeño espacio permitió na larga sobremesa y aún hubo quien siguió de fiesta hasta el amanecer.

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