Restaurante Disfrutar en Barcelona
Restaurante Disfrutar
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
110,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
157 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.8
Comida COMIDA
9.1
Precio medio entorno ENTORNO
7.9
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
mas platos
un plato
Bodega
carta
Sorbete de piña y marialuisa con coco y regaliz
Langostino al ajillo
Anguila con caviar Oscietra
Nuestros macarrones a la carbonara
Salmon y caballa marinada con coliflor al vinagre y "Dumpling " de Boletus
Disfruta de la aceituna
La Mandarina.
Pescado azul maridado con taboulé de coliflor y ceps.
La Remolacha que sale de Tierra.
Navaja a la Meunière de Hinojo
La Mandarina
Yema de Huevo Crujiente con Gelatina de Setas
Opiniones de Disfrutar
OPINIONES
19

Hacía tiempo que queríamos ir a este restaurante, porque lo identificabamos con el Bulli, ya que los cocineros proviene de allí, al que al final no pudimos ir. Es un restaurante sorprendente, muy especial y fuera de lo común, Muy buena atención, los menús y la carta de vinos, todo sorprendente. Nosotros cogimos el menú clasico, un derroche de platos muy bien presentados y explicados y un festival de sabores. Todo genial. Nosotros lo acompañamos con un Blanc de nit de Raventos i Blanc. Un espectáculo y un placer.

  • mas platos

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  • un plato

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  • Bodega

    Bodega

  • carta

    carta

Desde mi última visita a Disfrutar, lo más noticiable ha sido su enorme ascenso en la lista 50 Best colocándose en la posición dieciocho a nivel mundial. Bien saben que no suelo utilizar ni ésta ni otras listas como referentes, pero en este caso resulta reseñable por la enorme “niñez” de este restaurante barcelonés. Cuatro años cumplen este Diciembre y la fidelidad ha reinado desde mi primera visita en Abril del 2015 con citas anuales casi innegociables. Oriol, Eduard y Mateu son herederos de la perseverancia, de afrontar preguntas sin una respuesta clara y predefinida, de buscar y encontrar soluciones desde la metodología de la prueba y el error. Lo desconocido no tiene resolución sin esfuerzo. Estamos ante un trío de cocineros que pasan mucho tiempo dentro de Disfrutar, que ven la cocina como un medio para la emoción y la sorpresa manteniendo como base la pulcritud del sabor y la ligereza de sus composiciones.

Disfrutar es uno de los grandes restaurantes de cocina creativa a nivel mundial. El trío orbita alrededor de diferentes productos y nos muestran un conjunto de sus visiones a través de las denominadas secuencias. Como si en esas rotaciones, se detuviesen en diferentes posiciones para trasladar al plato las mejores “perspectivas” de cada producto.

La cocina de Disfrutar es preciosa y precisa. Visualmente atractiva por su diverso y elevado cromatismo. Oriol, Eduard y Mateu son potentes cuando quieren serlo, mostrando una intensidad repleta de sutileza. Siguen llevando por bandera esa visión tecnoemocional de la cocina desde una brutal naturalidad. Conceptualmente lo tienen tan interiorizado que la mayoría de las respuestas a sus preguntas se resuelven con la técnica. Preguntas que surgen de una perpetua inquietud y de un creciente inconformismo proveniente de aquellos que han sido número uno.


Tanto la secuencia de alga códium como de gamba roja, el apionabo negro, el tahinne de almejas, el huevo a la carbonara, el hueso de pollo al ajillo y la tarta de limón son platos de un nivel muy complejo de superar. Las infusiones como potenciadores elegantes del sabor son una vía de trabajo muy a tener en cuenta. Solo nos transmitió alguna duda el queso fresco de jamón de ibérico, puede que la inducción del discurso nos llevara a la montanera salmantina y luego no la encontráramos y ese lomo de liebre reducido en su personalidad por una frescura en demasía proveniente del coco.


La sala es jovial, atenta y de gran profesionalidad. Rubén Pol (sumiller), Toni Boada, Eric y Vicente son cómplices de un ritmo casi endiablado que no permite pausas. Saben detectar a cada tipo de cliente y se muestran más cercanos a medida que avanza el servicio y se reducen las distancias. Una forma actual de afrontar la sala, sin encorsetamientos ni grandilocuencia pero con una eficacia y saber estar que provocan bienestar y sonrisas. Transmiten ilusión por atender.


Hace dos años escribía que estábamos antes uno de los diez mejores restaurantes de nuestro país y que el futuro era realmente suyo. Me equivoqué. Han volado. Dos años después, ya pelean con todo merecimiento en un ranking a nivel mundial que coloca de nuevo a Barcelona como destino gastronómico planetario. Disfrutar va a seguir creciendo. Trabajo y talento se fusionan en el Ensanche barcelonés como en pocos lugares.

Post completo en http://www.complicidadgastronomica.es/2018/12/disfrutar-2018/

Comida: 9,5

Servicio: 9

Entorno: 8,5

RCP: 8,5

 

Segunda visita, la primera al poco de abrir con los Restauranteros, el local esta igual, y puesto que esta descrito perfectamente, y ya sabemos quien dirige todo, vamos al menú.

Optamos por el mas largo , nos lo recomendaron , que probaríamos algo muy especial en este menú , y claro , aunque era cena e íbamos con otra intención , nos pusieron los dientes largos , así que a full , el menú Disfrutar , 185€ .

Como reza en la Web; “Menú degustación con una selección de platos clásicos y vigentes, además de algunos exclusivos para este menú.”

Como bien se sabe, esta cocina esta cargada de técnica y sorpresa, trampantojo, divertimiento y por supuesto gran originalidad.

Empezamos con una lengua de gato de fruta de la pasión, con ron y menta, muy frágil, delicada creación, con una base transparente comestible, bien.

Antes del siguiente pase nos trajeron una tetera de cristal, donde mezclaron zumo de manzana con licor de manzana y hielo seco, como el hielo tiene carbónico, dejaron este haciéndose, bueno mas bien deshaciéndose el hielo y así, aportar el carbónico a la manzana, el espectáculo debe continuar.

Continuamos, pan chino relleno de caviar beluga y crema fresca, este es el pase que nos recomendaron, imperdible, bueno, estaba rico, el pan etéreo, ligero y un poco de caviar con crema acida, la verdad, bueno estaba, nos dijeron que es una técnica que solo hacen en Disfrutar, por lo tanto único.

Candy de nueces salado, una rica crema de nueces con mucho sabor y luego un trozo de mango empapado en haba tonga y whisky.

Milhojas de Idiazabal, una rica crema de este queso patrio entre espuma frita de distintos quesos y maridado con la sidra que nos dejaron preparando en la tetera de cristal, antes ahuman con viruta de roble en directo las copas donde va la sidra, para mi compañero y para mi, el mejor plato de la velada, hasta el momento, al menos con mas sabor, junto al pan chino.

Nos sacaron algo muy frágil y que nos recomendaron comiésemos rápido, con leche de arroz, creo, hacen una oblea finísima y la rellenan de esencia de mandarina, en este plato coincidimos los dos, prescindible, mucha técnica , pero el amargo sabor de la mandarina, no nos aporto nada, de nada, bueno si, decepción.

La gilda de Disfrutar, alguna que otra versión de este pintxo típico de mi zona he probado , tenia alcaparras y dos puntos de fruta de la pasión , dos trocitos de rica caballa , hasta aquí nada que ver con la gilda , además tenia dos esferificaciones de aceituna , jugo de piparra y piparra y dos trocines de anchoa , esto ultimo si es la gilda , una rica versión a la catalana , no es vano es la versión Disfrutar , digamos que mas enriquecida .

Sándwich de gazpacho con guarnición olorosa de vinagre de jerez, en una copa te echan una gota de vinagre, para que lo huelas entre bocado y bocado, y entre dos merengues secos de tomate, tienes un rico sorbete de gazpacho, tercer plato que me parece a nivel de lo esperado para estas estrellas, me encanto y el paso de nariz por la copa de vinagre, todo un acierto.

Almendras “supertiernas” en vinagreta, lo acababan de presentar en Madrid Fusión, una olla a presión coreana que fermenta a altas temperaturas y durante tiempo prolongado, meten unas almendras, ocho horas en esta olla , quedan de un color marrón, junto con otras frescas y una crema de almendras con aceite de vainilla bourbon , te recomiendan en este plato , como en alguno mas , como comer estas creaciones , o no lo entendimos o no tenemos el paladar preparado , junto con la creación de mandarina , lo que menos nos gusto , quizás no sepamos interpretar algunos platos , no lo descarto .

Yema de huevo en tempura , crujiente , nueva recomendación , comerlo en dos bocados con cuidado , pues esta liquida en el interior , y verter la yema en el recipiente con forma de huevo , donde hay una gelatina caliente de setas , este plato , hace olvidar el anterior , sabor y buena temperatura , quizás por las modernas técnicas empleadas , para nuestro gusto hay demasiadas creaciones frias , y digo frias , no al natural .

Tatin de foie-gras y maíz multiesferico, sobre, de nuevo, una fina oblea, una lámina de foie y por encima una multiesferificacion de maíz, una técnica creada en esta casa , visualmente y técnicamente perfecta , fría creación , a la que le falto algo de sabor , quizás por las temperaturas , quizás nuestros paladares , quizás ambas cosas .

Ceviche en decostruccion , un helado de zanahoria y aji en el centro , crema de diferentes pescados , entre ellos rape , leche de tigre y un aceite de cilantro , plato a nivel de sabor , a ver todos son de un nivel sobresaliente en cuanto a técnica y presentación , para nosotros adolecieron , a excepción de seis o siete , de sabor , quizás por las temperaturas , por las técnicas o por lo que fuera o fuese , o por nuestra propia ignorancia .

Costilla de salmón, huevas y mojo verde de estragon, presentación a modo de costilla carnivora, solo que en vez de hueso, salen del salmón dos grandes espinas, muy rico y sabroso.

Conserva de navajas a la sal , producto de primera , las envuelven en un platico transparente , las meten en el horno de cuatro a ocho minutos , totalmente cubiertas de sal , luego las dejan reposando un día , con las navajas para darles un toque ahumado , también meten en el preparado, algas marinas , lechuga de mar y alga laurencia , un poco de aceite de arbequina y una gota de vinagre de jerez a la hora de servirlas hacen la vez de un pequeño escabeche , las navajas están muy ricas .

Los famosos macarrones del Disfrutar, se hacen con una gelatina de caldo de jamón, en una sartén con panceta y parmesano y una espuma de carbonara, me parecieron lo mismo que la primera vez que los probé y para mi acompañante, que era su primera visita, lo mismo, si no es por la carbonara y el sabor del parmesano, demasiado sosos, eso si técnica moderna a rebosar.

Ensalada de tomate, corazón de tomate con sus semillas, gelatina de tomate, esferificaciones de albahaca y almendra tierna, vinagreta de mango y también trocitos , sabrosa puesta en escena , además en un platito aparte una Catania de almendra , para darle un toque graso al frescor de la original ensalada .

Espardeñas a la gallega, acompañadas de una salsa de lacon, pimentón y berros, bien.

Langostino en suquet , aire de perejil , alioli de azafrán , esferificacion de yema de huevo , acompañando este plato , en unas bonitas tazas a modo de capuchino , con la misma salsa del suquet y una espuma de patata , para ir sorbo a sorbo , según te comes el plato principal , muy bien .

Empezamos con la liebre, un consomé frió de liebre en una copa balón, un hielo sobre el que ponen el estragon, un poco de piel de naranja, toques de la cocina francesa para esta elaboración y con un dispensador de líquidos, le dan un toque de armagña de 18 años, todo muy original, pero lo del consomé frió, no se yo, varios pases fríos.

Bombon de foie y liebre, con un poco de plata, bien.

Acabamos el tercer pase de liebre y quizás el que mas nos gusto Laksa , sopa del sudeste asiático , caldo de liebre , leche de coco , lima y su ralladura , jengibre y por supuesto con fideos , todo ello en una concha , creo que de almeja grande , primero los fideos y luego de la concha la sopa , de esto nos hubiésemos comido un buen plato , no una concha .

Ponemos punto final a lo salado con un magret de pato, con su jugo, fresa semi deshidratada y jugo de fresa pasada por la olla coreana, una vez acabado el plato, nos tomamos una fresa pasificada, a mi compi no le fue mucho, no le pegaba tanta fresa, a mi, no me disgusto.

Primer postre, Pandan, planta del sudeste asiático , te enseñan la hoja antes de traerte el postre , se suele combinar con mango y coco , toque de yuzu , de tamarindo y como no , jengibre , jugo de pandan , caviar de mango , nubes de coco , mezclar y para dentro , bien .

Cornete de sésamo negro, helado de sésamo negro, sésamo negro garapiñado y crema de yogurt con fresa , este postre fue el que más nos gusto, muy rico las elaboraciones con sésamo.

Unas cerezas también con mucha técnica, una rellana de licor y la otra mas sólida y cremosa.

Tarta de whisky, empiezan por echarte en las manos un poco de whisky ahumado, para dar olor, no es el primer pase con este añadido de dar protagonismo a ese sentido, cogemos con la mano derecha la yema de huevo, con la izquierda la cucharita para la nata, después acabamos con un ámbar de avellana, lo mejor del pase.

Brazo gitano de café, una Mouse de café y amareto y acabamos con un algodón presentado en rama de cacao y menta, bien.

Me había fijado en otro postre que ponían en las mesas, trampantojos con forma de pimiento rojo y verde, pedí uno para compartir, me pareció atractivo visualmente, rellenos de chocolate, uno con aceite y sal y el otro no me acuerdo, sin más de sabor, no nos sumaron este postre.

Para beber de la amplia carta, escogimos un blanco natural Esloveno, creo, Gredic Friulano, movia por 33€ y un tinto de Cangas, Pesico 2013, por 38€, dos gin a 9,5€.

Servicio joven, internacional y bien preparado, rellenado de copas.

Es, sin duda, un local con una técnica espectacular, casi 50 personas en cocina y 20 en sala, todo perfectamente organizado y cronometrado, sin embargo de este día, y es opinión de mi compañero también, los pases para recordar, se pueden contar con los dedos de las dos manos y sobraría algún dedo , de los 30 pases que nos dieron en la hoja del menú, dos no nos los pusieron, lo veo a la hora de hacer el comentario , el suquet y el capuchino se cuentan como dos, los tres mini pases de liebre , escasos y a excepción de uno , correctos , un par de pases , para nosotros prescindibles , por lo tanto reconociendo que la nota en cocina no puede ser otra , dada la gran técnica y la gran habilidad para hilar los pases , con aromas y demás sorprendentes presentaciones , mi nota en la RCP , deja clara nuestra personal experiencia y nuestra decepción y sin ponerme a comparar con ningún otro sitio , las comparaciones son odiosas , creo que le hace falta un lavado de cara al local , no se un suelo nuevo , esto es cosa de mi acompañante , yo no me fijo tanto en esto , ni lo veo determinante para mi opinión .

Me pasa como con tickets o en su día con mi única visita al bulli, las expectativas, la técnica, lo que sea, probablemente yo, no me dejan tener el criterio general, como dicen, no eres tu, soy yo, demasiados pases fríos y faltos de sabor, mi acompañante da fe.

Com que ja hi ha prou comentaris, només diré que feia molt temps que no m'ho passava tan bé.

Prenguérem el menú més llarg, amb plats clàssics i nous, i les més de 3 hores que durà l'àpat passaren sense adonar-nos. Una delícia d'inici a fi.

No prenguérem el maridatge. Optàrem per triar 4 ampolles de la carta.

Crec que, només que ampliïn la carta de vins, mereixen la 3ª estrella.

Absolutament recomanable, ni que sigui un únic cop.

Un local de esos de la carpeta de asuntos pendientes, donde está desde hace demasiado tiempo y al que, como uno de los grandes herederos de El Bullí, tenía entre los más apetecibles. Mucho que ver con no haber podido ir nunca a ese mito de la cocina. Con tiempo suficiente se hace la reserva para 4 ex-Noma (últmamente siempre falla el mismo) en escapada a Barcelona y en homenaje al legado de Ferran Adriá.

El local es luminoso (luz exterior), mesas bien separadas, con sensación más que de elegancia, de cercanía. Acabó lleno hasta la bandera. Unos paneles colgados del techo intentan minimizar el muy excesivo ruido que se padece, hasta el punto de dificultar las explicaciones del amplio plantel de personal de sala cada uno con su función bien establecida y anunciada.

La carta de comidas es muy sencilla en opciones.Classic corto (120€) y largo (150€) compuestos de creaciones que se han vuelto clásicas: Festival corto (120€) y largo (150€) de elaboraciones recientes (desde agosto para aquí) y el menú gastronómico Disfrutar (185€) con una mezcla de clásicos y novedades, estimando entre 20-30 platos. Parece aconsejable la primera vez comenzar por los clásicos y así lo hacemos. Seguimos la propuesta de la casa de relajarse y disfrutar sin pensar y sin saber las sorpresas que nos esperan, una situación que no a todos gusta en la mesa, pero nos dejamos llevar. Mario se anuncia como nuestro camarero y a fé que lo hizo bien; también Vicente como jefe de sala nuestro; no recuerdo el nombre del sommelier. Todos ellos muy jóvenes pero muy bien cualificados.

La carta de vinos es amplia, con opciones de vinos de precio comedido y de grandes vinos, con mucha variedad de zonas, paises, uvas. Ante la situación de no saber lo que se nos viene encima, optamos por vinos fáciles y desconocidos. Empezamos por Petit Clos Petit noir 2016 de Clos Henri de Marlborough y al acabarse, el sommelier nos propone seguir en línea parecida y aceptamos su propuesta de Pinotage 2015  Diemersfontein de W.O. Wellington. También dos y media de agua con gas Sant Antol, igual que otra sin gas.

Empezamos a disfrutar y a comer casi todo con los dedos y en uno o dos bocados:

. lengua de gato helada de fruta de la pasión y menta con ron: bien resuelta en cocina pero no enamora y menos con frio para empezar a comer.

. granizado de lichi y pétalos de rosas con esferificación de agua de rosa y ginebra: se avisa que los pétalos no son comestibles porque es fácil comerse el atrezzo: mucha parafernalia y poco de sabor.

. la remolacha que sale de la tierra: merengue de yogurt y remolacha: una idea y presentación bien lograda, aunque de nuevo falta profundidad de sabor.

Un impás: se empieza a fabricar una sidra casera (con hielo seco y zumo de manzana) que se utilizará después.

. caramelo Candy de nuez pero de sabor algo salado de nueces con mango, haba tonka (especia americana similar a la canela) y whisky: muy bien.

. "hostia"  con esencia de flor de mandarino: oblea hecha con arroz, muy frágil pero ganando en sabor sin perder presentación.

. la gilda de Disfrutar: olivas anchoas, piparra y lomos de caballa, simulando el pincho donostiarra pero con cambio de anchoa por lomo de caballa que mejora el precio (pero no el sabor). Con ello se sirven unas lonchas de pan bueno, sin más. Un clásico muy bien de sabor y estética.

. sidra de manzana ahumada al momento: se queman virutas de roble con soplete formando unas muy pequeñas brasas, y se coloca un vaso boca abajo para que retenga el humo de las brasas de roble, Bien conseguida y su forma de presentarse está bien lograda.

. milhoja de Idiazabal:el milhojas hecho con pasta de queso frito y por dentro crema del propio queso: sabroso, texturas muy diferentes. Muy interesante.

. yema de huevo crujiente, como un huevo en témpura crujiente por fuera y líquido por dentro, dejando caer parte de lo liquido sobre el contenedor (en forma de huevo) de la gelatina de setas: muy espectacular la presentación, muy creativo y sobre todo sabroso. Lo más completo y queda en el recuerdo.

. ceviche en deconstrucción: sorbete de ají y zanahorias, crema de diferentes pescados, leche de tigre, esferificaciones de aceite: plato bien completo con un ají muy logrado.

. conserva de navajas y algas a la sal, sorbete de boniato: conserva en una cama de sal más de 24 horas y servidas troceadas para facilitar su ingesta; no siempre se piensa que el plato se ha de comer y a veces el plato es muy estético pero se rompe la base, se cae el producto... Aquí se ha pensado en todo.

. nuestros macarrones a la carbonara: pasta transparente hecha con gelatina de jamón, acompañada de panceta,  queso parmesano y espuma de carbonara con un punto de pimienta negra al gusto: el plato con más intensidad de sabor, perfecta estética y elaboración servido en una mini paella a compartir entre dos. Sencillo, estético, sabroso. A recordar.

. enslada compuesta por polvorón de tomate y caviaroli de arbequina, como perlas de caviar con aceite de arbequina: el polvorón con su textura conseguida, bien decolorado el tomate, pero con sabor poco intenso y con sensación de tomate frito de bote (que no lo será, pero así sabe). Mejorable..

. ensalada líquida con lechuga, pepino, tomate y oliva, todo ello con textura líquida: como un licuado por capas.

. langostino en suquet: ñoquis de patata, aire de perejil y alioli de azafrán: magnífico de sabor, diferentes texturas. Gran plato.

. capuchino de suquet: hecho con salsa del suquet y aire de patata con el foie y encima un multiesférico de maiz: servido en taza de café, buen complemento y en compañía del plato anterior.

. tatín multiesférica de foie gras y maiz: la base es un crujiente de maiz y sobre ella unas esferificaciones de maiz: muy estético y gran contraste de sabores intensos en un perfecto equilibrio. Muy difícil de punto y bien logrado.

. bombón de pichón, foie gras y cacao: con estética de bombón con sabores intensos y logrados.

. pichón Pibil con cebolla roja, aceite de cilantro: plato muy mexicano, sabroso, jugoso, Perfecto.

Dulces:

. bocadillo de sorbete de mango: el pan es un cruch con sabor a manzana más el sorbete de mango casi congelado en el interior: ahora sí me cuadra el congelado para cambiar de tercio. Buena estética.

. cucurucho de tarta de queso: en un cucurucho de frambuesa, cramble de galletas, kirsch con la chees cake y por encima un sorbete de cereza. Estética, sabor, textura, todo bien logrado.

. pimientos (verde y rojo) de chocolate, aceite de oliva y sal, acompañado de pan crujiente: un clásico de la casa, un buen trampantojo y bien sabroso. Para recordar.

. algodón de cacao y menta: con un servicio sobre una simulación de rama de planta de algodón a la que se añade el algodón que recuerda mucho al afther eight: espectacular presentación y correcto de sabor.

Rematamos con un cortado y dos buenos cafés y un buen rato de charla, sin prisas.

Las sensaciones comentadas es que el menú ha ido de menos a más con una vajilla pensada para cada plato, en un local muy mejorable en su acústica, con unas creaciones muy Bullí aunque lejos del mito.

A veces asociamos el adjetivo vanguardista a una propuesta que nos cuesta entender. Pero, ¿por qué tiene que ser así?.  En realidad, estar en vanguardia solo significa “estar adelantado a los demás” y para el trío de Disfrutar simplemente “hacer cosas nuevas”. La vanguardia en Disfrutar no llama a la introspección sino que te empuja al gozo desde el sabor y la sorpresa.

Congelar una espuma con alcohol, ofrecer un pan chino frito con un producto fresco en su interior, hacer comestible una cáscara de nuez, simular una yema de huevo con una esferificación, realizar una sémola a través de una gelatina, desarrollar una sidra en el momento. Éstas son algunas de las técnicas y composiciones que convierten al cliente en un niño. Exclamaciones, sonrisas, miradas, preguntas, en definitiva cosquilleo gastronómico ni impostado ni impuesto donde el comensal se convence a sí mismo. Eduard Xatruch, Mateu Casañas y Oriol Castro trabajan en la vanguardia para conmover. El progreso culinario que se desarrolla en Disfrutar se sitúa al lado del comensal. Evolución entendible porque la prioridad son el sabor y las texturas. Gusto y técnica de la mano como en ningún otro lugar.

El talento desarrollado durante los años bullinianos junto con una capacidad de trabajo incansable propulsa el ritmo al que avanza Disfrutar. Sus comienzos en el ensanche barcelonés estuvieron frenados por ese respeto de ser empresario casi por primera vez, por saber si la ciudad respondería ante una propuesta sin carta. Después de casi tres años, el trío de Disfrutar está donde quiere estar pero más allá de dónde creían que iban a llegar. Muestra de humildad de unas personas que convencen en la distancia corta con una comunicación modesta casi tímida, pero al mismo tiempo convincente y fiel a unos principios.

Culinariamente nadie tiene tan interiorizado como ellos la metodología para crear. Trabajan para idear. Como satélites orbitan alrededor de un producto para sacarle todo el rendimiento. Se hacen preguntas ilimitadas para no encontrar los límites y producir declinaciones fascinantes e inesperadas alrededor de sus materias fetiche como las nueces, las almendras, las espardeñas o el pichón.

Menú largo. Post largo. Para verlo de forma completa en http://www.complicidadgastronomica.es/2017/10/disfrutar17/

 

Comida 9,5

Vino 9

Entorno 8,5

RCP 9

 

 

Comida al mediodía para dos un miercoles de Agosto. Local de corte moderno, con muchas referencias a Barcelona y el Mediterraneo. Nos reciben muy cordialmente, sonrisas y simpatía por parte de todo el personal a lo largo de todo el servicio, realmente se esfuerzan en que disfrutes y es muy de agradecer. En la cocina, entre un enjambre de cocineros se encuentran Oriol Castro y Eduard Xatruch, a los que saludamos. Dos de los tres artífices de este restaurante, ex-colaboradores de Adríà en El Bulli, junto a Mateu Casanyas que ahora oficia de jefe en Compartir, el restaurante de Cadaqués del que son también propietarios.

Tienen dos menús, el clásico y el festival, y de cada uno de ellos una versión corta, de 20 platos, a 105€ y una versión larga, de 26 platos, a 145€, en todos ellos, las bebidas se pagan a parte. No cobran ningún impuesto revolucionario por servicio, lo cual es de agradecer. Elegimos el menú clásico en su versión corta. La sumiller es super simpática y atenta, nos recomendó varias opciones (esta vez, desistimos del maridaje) y acabamos optando por un Valdesil blanco, de uva Godello, que nos acompañó toda la comida, en copas Riedel correctas, aunque no demasiado grandes, añadiendo al final dos copas (esta vez sí, Riedel de muy buen tamaño) de tinto Enric Gran Reserva 2002 de la bodega Soler Gibert D.O. penedés, un vino con un fantástico envejecimiento, reflejos atejados y una agradable nariz de chocolate, frutas compotadas y madera fina. Un vino igualmente sabroso en boca y que por lo que comentó la sumiller aún se puede encontrar alguna botella en alguna tienda concreta, a un precio de unos 15€ por botella, para mi un precio excelente. La carta de vinos muy amplia y bien surtida, como suele ser costumbre en los restaurantes de esta categoría, con referencias variadas en procedencia y precio. Los precios por lo que pude ver sobre los 2X.

Estos son los 20 pases que nos sirvieron, con mi puntuación personal.

- Copa helada de fruta de la pasión y ron al café. Buen comienzo para ir salivando (7)
- La remolacha que sale de la tierra. Curiosa presentación (7)
- Lichi y rosas a la ginebra. Muy bonito, parecía un centro de mesa (8)

Estos fueron los 3 aperitivos. Seguimos con:

- Candi salado de nueces con mango, haba Tonka y Whisky. Empezamos con los sabores marcados (9)
- Multipescadito frito con huevas de trucha de rio. Parecido a una tortilla de camarones de las que preparan en el sur, aunque no me entusiasman las huevas (6)
- Disfruta de la oliva. Las esferificaciones made in Bulli, con un excelente aceite y un poco de pan para mojar en el plato. Ya no sorpenden como antes, pero siguen siendo una pasada de sabor (9)
- Galleta de idiazabal ahumado con jugo de apio y manzana. Queso casi helado, en forma de galleta Artiach y el zumo en un chupito aparte. La combinación y el contraste de ambos espectacular (10)
- Yema de huevo crujiente con gelatina de setas. Brutal (10)
- Dumpling de ceps y piñoñes. Otro pase lleno de sabor (10)
- Ceviche en deconstrucción. En formato sopa, curioso. (8)
- Nuestros macarrones a la carbonara. Preparación en mesa, macarrones transparentes, panceta y jamón a tacos y la salsa de queso en formato espuma. Sabrosos aunque los macarrones no tanto como la pasta de trigo, aún así buenos (8)
- Polvorón de tomate y caviaroli de arbequina. Bien (8)
-Ensalada líquida. En vaso de flauta, como un sorbete pero en el que se apreciaban todos los sabores de la lechuga, cebolla, tomate, aceite y vinagre. Curiosa (8)
- Langostinos al ajillo. Con ajo negro y espuma de ajo y perejil. Langostino de gran tamaño, a la brasa abierto por la mitad. Espectacular producto (10)
- Salmonete con papada y ñoquis de berenjena. Otro platazo (10)
- Pichón a la marroquí. Con ras-el-hanout, cus-cus, especias y una espesa salsa de guiso. Perfecto el punto de la carne y plato muy sabroso, broche de oro a la parte salada del menú (10)

Los pases dulces:

- Bocadillo de sorbete de mango. Tipo briox, muy liviano y refrescante (8)
- Cornete de pastel de queso. Contundente y dulce, rico (9)
- Pimientos de chocolate, aceite y sal. Trampantojo que recuerda de las meriendas de niñez, con unos pimientos que no lo son, bonita presentación y chocolate buenísmo (9)
- Algodon de cacao y menta. Simulando los algodones de feria, liviano y dulce para terminar (7)

Finalizamos con dos buenos cafés en la terraza interior en la que por desgracia no nos estuvimos mucho rato debido al calor que hacía. La temperatura en el interior de local perfecta. El precio por dos fue de 260€, pagados muy a gusto, realmente difrutamos y pensamos en repetir en el futuro.

Un año después de la primera visita Disfrutar y tras la recomendación de uno de esos amigos gastronómicos del cual te fías al ciento por ciento, vuelvo al restaurante estrellado del Ensanche barcelonés.

Mayor solidez gastronómica que hace un año, como si Eduard, Oriol y Mateu hubieran encontrado estabilidad tras comprobar que los llenos se suceden uno tras otro. El menú siendo largo resulta ligero, incluso algún que otro pase podría alcanzar el calificativo de frágil. Ello en casi ningún momento resta ni un ápice de sabor, como la seda aparentemente frágil pero fuerte.

Se nota que el trío está totalmente acostumbrado a pensar “out of the box”, a situarse fuera de la zona de confort casi de forma continua, como si las respuestas a la pregunta ¿se puede hacer? fueran siempre sí.

Una de las líneas de desarrollo del menú es la modificación continua de las formas en que se presentan los productos. Será complejo que coincidan con aquellas que tengamos almacenadas en nuestra memoria como más comunes. Formatos, temperaturas, texturas, aromas, todo puede cambiar. Los platos se construyen desde el análisis de cuál será la reacción multisensorial del cliente, con especial énfasis en el tacto y el olfato (además del sabor).

Cada pase te mantiene alerta, despierto, esperando lo que acontecerá en los siguientes minutos y provocando alguna que otra sonrisa. Cocina de divertimento para el comensal pero de alto nivel técnico y de simetría en cocina. Estamos sin duda ante uno de los restaurantes donde la técnica en gran parte de los pases es uno de los vehículos del disfrute, aunque la mayoría de las veces sea ajena al comensal.

Estamos ante un post largo por la longitud del menú por lo que haré una excepción y les recomendaré visitar directamente el blog.

http://www.complicidadgastronomica.es/2016/04/disfrutarabril16/

(se detalla precio menú largo)

Visita a Barcelona de tres días:Montbar, Niño Viejo, Disfrutar y Suculent. Una maravilla todos, salvo el último.
Disfrutar fue el más caro, quizá no merece la pena pagar lo que pagué por el menú largo de 135 eur. Mis acompañantes pidieron el corto de 75 y disfrutaron casi (casi) lo mismo.
Los entrantes me parecen prescindibles: la copa de mango, la remolacha que sale de la tierra, el aire con caviar, las nueces con idiazábal y membrillo, etc... dulces y/o inconsistentes. La cosa cambia cuando aparece el candy de nuez con el mango: aparece el sabor bien concentrado.

Y luego mejora aún más con la esferificación de aceituna:mejor que cualquier aceituna real.Para eso debe servir la técnica: para mejorar la realidad. Una lástima que pocas veces ocurre así, y los alardes técnicos suelen empeorar el producto original. Creo que, a día de hoy, Disfrutar puede ser el restaurante de cocina de vanguardia donde se comete ese pecado con menos frecuencia. Y donde la técnica suele traer un resultado espectacular: así ocurrió otra vez con la yema de huevo contenida en una especie de buñuelo que se presenta sobre el un huevo con una gelatina de setas y trufa. Buena idea prescindir de la clara y quedarse con la yema líquida (pero cocinada: la mejor salsa que existe) y meterla en un buñuelo para que se desparrame de ahí sobre unas setas con trufa.
Y ocurrió con la "multifritura" de pescado, con alga codium, con huevas de trucha: pan de arroz de sabor neto y delicado al mejor pescado frito. Se refuerza con los toques marinos del alga y con las tremendas huevas, explosivas y a la vez melosas.

Y aún mejora después la cosa con los macarrones a la carbonara:la pasta se hace con una gelatina de jamón:el soporte, aquí, suma gustativamente: gran acierto, buen uso de la técnica una vez más. No sería la última. La mejor idea y el mejor plato estaba por llegar:

La YUBA DE DASHI: podéis leerlo en todos los blogs que se precien: la piel de leche de soja, sumada a una gelatina de dashi. Con esos mimbres se envuelven unas lenguas de erizo. Tienes color, olor, tacto y sabor suficientes para guardar silencio un rato.

El segundo mejor plato del menú no basó tanto su éxito en la técnica (como los anteriormente comentados; aunque tener, tenía un rato..). Era un lomo de salmonete (creo que cocinado a baja temperatura), con una espuma de su piel frita (ojo: perdíamos textura), acompañado de emulsión de hinojo y de otra salsa de sus hígados, así como flores de borraja. Producto diez, sutilidad, combinación de sabores, equilibrio tranquilo y perfumado.

Podías levantarte a gritar que era el mejor salmonete que habías probado en tu vida. La yuba de dashi te dejaba sentado y sin palabras...

Otros platos estaban tremendos: los guisantes con navaja, algunos pases de la caza (la copa de consomé con armagnac, estragón y twist de naranja,ufff; o la liebre con foie y gelée de setas y trufa, o la pechuga de codorniz...)

Y algún postre: sorbete de piña y marialuisa y espuma de coco, o la versión del choco-pan-aceite.

Otros (no pocos) platos fueron más o menos fallidos (niguiris con coliflor, dumplings de piñones) o hacían primar el espectáculo sobre el fondo o el sabor (tarta al whisky, etc..).

Buenos vinos: a 30 eur por botella nos bebimos un albariño de Do Ferreiro y un Montsant que parecía extrañamente casi una pinot noir..Buena elección esta del sumiller.

Los que en su día fueron (fuimos) al Bulli como el católico que va al Vaticano, quizás sin ser tan creyentes, pero totalmente entregados, re-encontraran sensaciones de antaño…
Hay mucha gente trabajando, hay mucho trabajo organizado, hay mil y una cosas que acaban generando una lista de 30 platos (en nuestra elección) que, en mi opinión, tienen mucho más de El Bulli que lo me he ido encontrando por ahí… ni en el Tickets (que puestos a decir me gusta hoy por hoy, mucho más)… pero claro, esto es algo muy personal…
Les diré también que la diversidad de platos y la creatividad que se expone será algo espectacular en un tiempo….llevan, paradoja en mano, poco tiempo aunque mucho en sus espaldas…
Creo que falta algo de cocción y cierta conexión para cohesionarlo todo pero para mi hoy, son """sólo""" un excelentísimo restaurante donde la estrella Michelin está bien ubicada, pero que en un tiempo no muy lejano puede llegar a ser uno de los grandes restaurantes a la altura de los ya tradicionales….
Poco más que decirles…para mi gusto algo demasiado ruidoso, por los comensales, lo de que te sirvan el vino está bien pero te obliga a repetir en varias ocasiones que no quieres media copa llena, prefieres ir a tu ritmo, con el trabajo extra que se genera y que no siempre se puede atender….
Por último recomendarlo una vez más…vayan ahora que pueden…
En un tiempo es probable que nos pase lo que pasa con otros, que ni intentándolo consigamos mesa…

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