Taberna Poncio es un restaurante de tapas (reconocido con un "sol" en la guía Repsol), por lo que tienes la oportunidad de probar muchos platos diferentes en una sola comida. Las tapas son todas de alta cocina, algunas divertidas, mezclando lo tradicional con la innovación, con precios bastante ajustados (6-8€), teniendo en cuenta su nivel de creatividad y elaboración. Todas las tapas responden a las inquietudes del chef y propietario Willy Moya (cocinero de larga y revolucionaria trayectoria en Sevilla y que conocí en el restaurante Poncio que tenía en pleno barrio de Triana hará como 12-14 años) por el recetario tradicional andaluz y sus experiencias por el mundo. Parece que sigue siendo fiel al espíritu renovador del recetario sevillano.
Situado en pleno Barrio de Santa Cruz, disponen de una barra en lo que denominan la Bodeguita, un salón-comedor con tonos claros y sillones de mimbre y una pequeña y agradable terracita situada en la plaza de Santa María La Blanca (donde cené).
Servicio justito, justito (digamos que no me gustó demasiado). “Atentillos” pero con un algo que no me llegó a gustar; por ejemplo, los platos creo que merecen, por su elaboración, una presentación por parte del personal que nunca hicieron.
Sin detalles ni antes ni después.
Cena para una persona:
- Ensaladilla de pulpo con pimentón de la Vera: Curiosa elaboración a base de pulpo quizás demasiado troceado y mayonesa. Fresquita y delicada. Buena.
- Salmorejo de remolacha con polvo de queso y mojama de Isla Cristina: Original propuesta elaborada como un salmorejo tradicional pero cambiando el tomate por la remolacha. Muy cremosa y dulzona, pero sabiamente acompañada de unos taquitos de mojama que lo equilibraban. El polvo de queso apenas aportaba nada; quizás debieran añadir lascas de parmesano para potenciar aún más el contraste de sabores, por ejemplo. En cualquier caso, muy, pero que muy bueno.
- Albóndigas de choco y gambas con sopa de tomate picante: Tres albóndigas de mar sin apenas sabor y con una textura demasiado cremosa para mi gusto. Es la tercera vez que pruebo este plato y nunca me ha convencido; sin duda, es un problema mío. Mucho mejor la deliciosa salsa de tomate.
- Solomillo ibérico con teriyaki de Jerez y ajónjoli: Generosilla tapa con tres tacos tiernos de solomillo presentados en su punto ideal de plancha para no perder jugosidad. Lograda salsa de teriyaki aderezada con el toque punzante del Jerez y unas semillitas de ajónjoli por encima. Muy bueno.
- Crema helada de queso de cabra con cabello de ángel y piñones: Un cremoso de queso de cabra servido a temperatura ideal (no demasiado frío), de intenso sabor a queso curado de cabra, endulzado con el toque del dulce de calabaza y unos piñones. Sin duda alguna siempre recordaré este postre. Final feliz.
Y lástima lo de la oferta de vinos. Carta corta y sin interés de vinos blancos y de tintos. En la carta tienen algunos vinos andaluces, como por ejemplo el Palo Cortado “Obispo Gastón” a 6€ la copa, pero desgraciadamente ese y otras opciones estaban agotados. Al final, tras varios intentos fallidos, tomé tres copas del sencillo pero siempre agradable Tío Pepe, servido en catavinos tradicional y bien fresquito. Una desgracia que una taberna con buenas intenciones gastronómicas (se considera como un gastrobar) no pueda ir acompañada adecuadamente de un servicio del vino al mismo nivel, dado que, como me dijeron, los vinos no rotan en Sevilla como ellos quisieran. Me disgusta penalizar el apartado de vino pero me resultó frustrante.
Precio total: 39.50€ (inc. IVA, pan 1.50€ y las copitas de Jerez a 3€).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría tomar en este local cuatro tapas sin bebidas.