Restaurante Remenetxe en Gernika
Restaurante Remenetxe
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
60,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
71 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.9
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de Remenetxe
OPINIONES
4

Si eres amante del vino, tienes que visitar este local, esta cerca de Gernika, en Muxika, muy cerca tienes, de momento, la bodega Itsasmendi.

Bonito caserío, con su jardincito y su parking, esta al lado de la carretera, pero tiene su encanto.

Es un negocio familiar, la madre lo dirige, hay una hija y hermana de Jon Andoni Rementeria, campeón de sumilleres de Euskadi, durante varios años y campeón de España este año 2018, con una bodega en la que tiene más de 1200 referencias.

Aquí la cocina es tradicional, buen producto y elaboración clásica, pero lo acompañas de una bodega y un profesional como Jon Andoni y sin duda es una referencia en Vizcaya.

Cogimos un bono, ya sabéis que no soy amigo de ello, me he llevado sorpresas desagradables, pero en esta ocasión, fue el empujón para animarme, soy muy vago a la hora de coger el coche y moverme por Vizcaya, lo reconozco.

Este bono incluía el vino, pero lo primero que hice es hablar con Jon y decirle que quería un vino que me recomendase, y no el del menú, había venido a eso.

Empezamos con una cremita de vainas, como aperitivo, rica.

Micuit de Lafitte con compota de manzana e higo y tostas de pasas, bien.

Pimientos rellenos de bacalao sobre crema de puerros con su pilpil y su vizcaína, también correcto.

Croquetas de jamón de cumbres mayores elaboradas al estilo Petra Zabala, abundantes, redonditas, buena cremosidad y rico sabor.

Chipirón del Cantábrico con cebolla confitada y risotto cremoso, seguimos en la línea de cocina.

Rodaballo a la brasa con tomatito horneado a la provenzal y patatas a la panadera con toque de refrito de ajo, rico.

Solomillo de ternera laminado a la brasa sobre sus brasas de encina con su guarnición, magnifica textura, mantequilla, de sabor, ya sabéis, es una parte que no da demasiado, pero muy rico.

De postre a elegir, torrija caramelizada de brioche y yema tostada con fondo de natilla, no es de las mejores que he probado, pero la tarta de queso tipo chesscake que me pedí, me gusto mas, soy de sabores mas potentes en esto de las tartas de queso , esta estaba suave , para mi gusto , pero correcta .

Incluyendo el café y la bebida, que cambie, 49,9€ por persona, bien, sin mas.

La atención bien, profesional, el servicio del vino, como me gusta, te dejan la botella y a tu ritmo, sin embargo las referencia y opciones son de 8,5.
Le comente mis gustos y me dio tres opciones, uno francés, otro valenciano y un gallego, ya se que parece un chiste, me quede con el gallego, 2Amigos, un albariño del 2013 que estaba muy rico, le comente que con la acidez de los txakolis, teníamos que guardarlos como se hace con los blancos gallegos y me dijo que tenia varias cosas guardadas, para la próxima , me cobro 15€ y 6€ por un par de copas de tinto gorrondona 2017 , me invito a un dulce de invierno , de Javier Sanz , cojonudo , no me canso de beberlo y me tome un gin de , creo , blue ribbon 8€ .

Digamos que el total fueron 180€ , para tres personas , una media de 60€ , eso si , con un bono , por lo tanto , no se como ira sin el , la comida bien , un 6 , pero tener esa bodega y a este sumiller en Vizcaya , no tiene precio .

En circunstancias normales no colgaría este comentario. Me he dado cuenta de que la comida es la misma que en mi anterior visita.
El hecho de cambiar de aoompañante me hace quedarme en sus manos y la elección, curiosamente ha sido la misma.
Pero estando donde estamos y sabiendo la importancia que se da aquí al asunto vinícola, creo que merece la repetición.
Hoy me acompaña mi retoño y como no ha visto la bodega, Jon Andoni nos la enseña de nuevo. Una maravilla. 1400 vinos diferentes. Ordenados por procedencias. Diferenciación de espacios. Los tintos, los blancos…. Demasiadas opciones. Uno quisiera probarlo todo….
Así que subimos a la mesa, la misma de nuestras últimas visitas. De tamaño magnífico y estupendamente vestida. Aquí se está cómodo, muy cómodo. Entorno agradable y acogedor.
Aparece Jon Andoni con unas cuantas botellas distintas pero al escuchar que mi hijo disfrutó este verano mucho con un Mar de Frades, él mismo nos dice que nos bebamos uno en concreto.
Eladio Piñeiro, fundador de Mar de Frades, por motivos familiares tuvo que abandonar su trabajo y se dedicó en cuerpo y alma al amor de su vida. ¿Película? No, realidad, lo que uno lleva buscando toda la vida. Un abrazo desde aquí, Eladio.
Hemos tenido el privilegio de bebernos su primer vino selecto. Un Frore Do Carme, imaginamos que en honor a quien fue su pareja. Cosecha 2005.
Preciosa botella. Etiqueta que nos dice por su cambio de color si el vino está más o menos frío. Curioso detalle que desconocía.
Desde que lo hemos abierto, decantado con esmero por nuestro magnífico sumiller, ha ido cambiando poco a poco. Si lo catásemos a ciegas, diríamos incluso que hemos bebido dos vinos distintos. Magnífica acidez que no notamos pues al parecer está bien integrada. ¿El precio? 22 euros iva incluido, creo que es un verdadero regalo.
Nos ofrecen un aperitivo en forma de pequeña tacita de sopa de pescado. Se agradece. Más crema que caldo. Rica, muy rica.
Quiero que el txikito prueba sus croquetas. De las mejores que he comido nunca. Del tamaño ideal, de bocado. Sabrosas, crujientes. Fluídas. Están impresionantes. Las habrá parecidas pero mejores…… difícilmente.
Unos hongos negros salteados, emplatados individualmente son nuestra segunda opción. De nuevo un producto de diez con un resultado de la misma nota.
Había “negociado” con la “jefa” el pescado. Palabras textuales suyas: os saco dos raciones. La leche que la dieron….. nos saca un elegantísimo rodaballo que pesa bastante más de un kilo. Acompañado de sus correspondientes patatas panaderas, tomate y unos maravillosos ajos bien turraditos. Con lo que me molan.
El pescado bien servido por la moza que nos atiende. Se nota que sabe lo que se hace. Esa gelatina….ese sabor, ¿Qué no tiene sabor este pez? Una leche.
Casi demasiada cantidad después de lo degustado con anterioridad.
Y llegarán los “listos” de turno y dirán que es caro. ¿Caro? Caro es comer basura por un euro. Esto es justo, calidad de diez, tratamiento de diez, satistacción de diez.
A mi no me entra postre alguno. Me gustaría pero uno da lo que da. Y el mozo se pide un sorbete de mandarina que me “deja” probar y está para beberse un par de litros. Sabe a mandarina, refrescante, sin esa sensación “acuosa” de muchos.
Como no podía ser de otra manera, allí que me aparece el susodicho con un vinito de postre. Hoy concretamente es un vino alemán. Perdonen mi supina ignorancia pero tampoco puedo decir gran cosa. Un Barzen Eiswein, un riesling cuyas uvas se recogen con alguna peculiaridad pero que no se explicar. Demasiada información hemos tenido hoy. Yo lo he disfrutado inmensamente. Mi hijo no es de dulces y termina lo poco que queda del escelente albariño.
Salimos a la barra de la entrada. Tomo mi cafecito y nueva charla. Dice mi hijo que pocas veces en su vida le han tratado así, que está comodísimo. Que se siente muy a gusto. Pues ya somos dos.
De nuevo gracias a todos por ser como sois, gracias por emocionarnos.
Para ver, que no puedo decir disfrutar, las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/2015/09/restaurante-remenetxe-muxika-gernika.html

Tenía yo un “trato” con Jon Andoni. El me guardaba una botella de vino y yo simplemente tenía que ir a beberla. Era un trato cómodo y sobre todo, era un trato demasiado tentador como para echarse atrás.
La primera visita ya me dijo mucho de la calidad humana de las personas que nos encontramos aquí y hoy simplemente no han hecho otra cosa más que demostrarme que no ha sido cosa de un día, no, es lo que es. Asi son ell@s.
Pasamos al comedor, hoy ya, con más confianza me permito el lujo de quedarme más con todo tipo de detalles. La verdad es que es un comedor muy bonito, con muchos detalles y muy bien vestido.
Hoy no tengo necesidad de estudiar esa carta de vinos, he venido a algo muy concreto. Aquí el servicio del vino es excelente. Copa de cata, el “jefe” lo prueba. Nos sirve un poco, lo decanta….. Tiene un color “potente”, casi dorado. En nariz mucha fruta, después de 7 años en la botella…. parece hasta mentira.
Albariño Do Ferreiro Cepas Vellas 2007. Hoy ha sido ya la definitiva.
¿Demasiadas expectativas? ¿Ignorancia supina? ¿No tengo gusto?
Está rico, pero que muy rico, eso es más que evidente pero……. yo no soy sumiller, yo no soy un entendido en vinos, yo me guío por mis emociones y al parecer este vino y un servidor no hemos nacido para “casarnos”. Quizás como mucho para ser amigos. Que por otro lado no es poco. Eso sí, tengo que reconocer que ha ido ganando mucho a lo largo de la noche y que los últimos tragos me han ido convenciendo más y más. ¿Quizás necesite más tiempo al aire libre?
Como ya viene siendo habitual en este tipo de restaurantes de producto, primeramente elijo el plato principal y después, en base a ello, algún entrante para ir haciendo boca.
En la mesa un par de estupendos panes bien crujientes y calentitos y un caldo de aperitivo que mi compi, un tanto acatarrada, agradece sobremanera.
Comenzamos con una estupenda ración de croquetas de jamón del tamaño que me gusta, casi de bocado.
La amatxu de mi compañera de mesa es una estupenda cocinera, puedo asegurarlo y las croquetas son uno de sus platos fuertes y si dice que están ricas…. es realmente un piropazo. Dice que le recuerdan a las de casa.
Después, estamos en temporada, pedimos unos hongos, servidos en raciones individuales, poco podemos decir de un plato tan otoñal. Aquí de nuevo buen producto y bien trabajado. Los platos limpios dicen todo lo que hay que decir.
Le toca ahora el turno a “su majestad”……. Un pez que me tiene comido el tarro. Uno de mis favoritos, sin duda y como la propietaria nos ha dicho que nos lo recomienda pues para que dudarlo. Un señor rodaballo. Hermoso de presencia, buen tamaño. Quizás ahora nos arrepentimos de haber pedido dos entrantes.
Mi “partenaire” no está acostumbrada a cenar así. Es de leche con galletas. Y aunque se ha portado como una campeona, con uno de los lomos va más que servida. Así que me toca dar la talla y me meto entre pecho y espalda una señora ración de pescado para después tener que rematar la faena. Mira lo que me gustan las patatas y he dejado alguna…… Realmente el pescado está de bandera. Muy rico, con esa gelatina que le hace más jugoso aún. Con esa salsa….. excelente producto de una calidad de diez y de un trabajo más que notable.
Es curioso el cuerpo humano. Estamos hasta las orejas pero el asunto dulce como que nos llama. La tarta de queso es algo que a mi compi le encanta y como yo ya la había probado el otro día, le recomiendo que compartamos una ración.
En este caso el asunto ha sido contrario, ella se ha metido prácticamente todo el postre y yo con un par de cucharadas me he quedado satisfecho. La muy agradable camarera, sabe que no me gusta que me "decoren" la tarta en exceso y la mermelada la saca en recipiente "adjunto". Gracias maja.
Es en estos momentos cuando Jon Andoni me juega una “mala pasada”. Allí que coloca un par de copas de las que sé para que se usan. Y aparece con una botella pero…… tapada. Eso no vale.
Lo huelo, lo pruebo…. Y este pobre ignorante empieza a soltar “tonterías”. Que si naranja, que si miel………. El gesto con la cabeza de Jon es claro, NO.
Una sidra de hielo: Domaine Pinacle 2005. Realmente está para beber no una, diez copas. Dulce pero con una acidez impresionante. Yo tengo mis propios pensamientos. Esto será manzana, sin duda alguna. Pero que nadie pretenda a mi convencerme de que esto sabe a manzana tan cual. Si las manzanas tuviesen este sabor yo sería, sin lugar a dudas, un “manzanadicto”. En todo caso sabrá a manzanas asadas bañadas en miel. Se me ocurre así, a bote pronto. Pero a mi lo que más me importa es la sensación que te llevas al beberlo y la verdad es que es una maravilla.
Al poco nos vuelve con otra botella, también “camuflada”, en este caso el color, el olor…. me hacen irme a un PX pero hay diferencias. Un moscatel navarro que tiene una más que curiosa y trabajada guarda. Tras un paso por barrica, se pasa “el pobre” 3 años metido en unos botellones de cristal (Damajuanas) y para más inri, en la calle, expuesto a las inclemencias climatológicas para posteriormente reposar otros años más de nuevo en las barricas. Capricho de Goya. Realmente un vino rico, no “pica”. Se agradece mantenerlo en boca un buen rato y disfrutarlo
Y como hoy Jon Andoni quiere “rematarme”, de nuevo otra botella y otro vino. Pero tiene la “mala suerte” de darme una pista y de que ya lo había probado. Old Harvest. Ximenez Spinola. La nariz no me lleva precisamente a un vino dulce. A mi me parece más bien un seco. ¿Amanzanillado?. ¿Una burrada? Pues no lo sé pero no me deja en boca precisamente un postgusto dulce, más bien todo lo contrario. Pero otro que me ha gustado. Un estupendo cortao como mandan los cánones, con poca leche y bien preparado y la charla con Jon Andoni ya en la barra de la entrada donde me vuelve a “tentar”. Me enseña alguna cosa muy interesante y me pone en canción para una tercera visita. De nuevo, eskerrik asko por todo.
Salgo por la puerta con esa sensación que me encanta: he comido rico, he bebido muy rico, la compañía estupenda, el trato genial....
Pues de nuevo promesa de volver mejor antes que después.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

Curioseando como es mi ya habitual entretenimiento, descubro algunas cosillas de este local. Habré pasado por la carretera dirección Gernika …. ni sé cuantas veces y no había reparado en él. Esas costumbres “nocturnas” de uno.....
El sitio ya de por si, invita a la visita. Caserío precioso con bonito jardín y una iluminación que resalta aún más su preciosa fachada y sus cuidadas platas y flores.
Nos recibe alguien que me suena por fotos vistas. Jon Andoni, el sumiller del restaurante con quien interactuamos desde un primer momento. Lo pone fácil.
En cuanto se da cuenta de que algo nos interesa el tema de los vinos y que comenzamos a preguntar alguna cosilla, nos acompaña a la bodega donde se realizan catas a lo largo del año.
Madre de dios. Menudo “mundo”. Todo maravillosamente organizado, todo perfectamente colocado en su lugar. Vinos de toda procedencia con un apartado para los riojas, divididos a su vez en tres apartados.
Los blancos y espumosos están guardados en lugar distinto, allí hace calor, las máquinas de generar frío para los vinos sueltan aire caliente. En invierno se tiene que estar aquí de maravilla.
Vinos de casi cien años, vinos descatalogados, vinos impresionantes, pienso en algunos que yo se me y lo felices que serían aquí.
Jon Andoni es una persona que disfruta hablando de ellos, pero no es un prepotente, no es un enteradillo. Es una enciclopedia interesante. Habla con una naturalidad y una pasión que te “emborracha”. Sabe “llevarte al huerto”.
Allí, una vez más o menos conocidos nuestros gustos, nos comenta que va a esperar a que pidamos la cena, que en base a ello vamos a beber uno u otro vino.
Subimos al comedor, allí la propietaria nos pone un poco al día de lo que tienen y nos presenta la carta para que le echemos un vistazo.
En la bodega hemos visto una selección de aguas y alguna tiene “antojo” así que nos recomiendan una Ty Nant. Agua mineral inglesa. Botella muy bonita y agua que sabe a…… agua. Yo sigo pensando que esto es un poco……. Pero quitado el antojo. Arantza se lleva la botella de recuerdo y además después compra otra de otro tipo. Si es que.....
La recomendación de la propietaria en asunto de pescado es el cogote de merluza. Tras alguna duda por parte de mi compi que ha comido pescado y que ha dudado un momento, decidimos probarla.
Nos sacan una crema como aperitivo para calentar el cuerpo. Y un par de panes recién horneados, calentitos, crujientes. Vamos, de nuestro gusto. Con esa corteza "peligrosa" para los dientes.
A “alguna” que yo me sé, no le gusta la sal. Pero no sabe o más bien no quiere hacerle ascos a unos pimientos verdes fritos de los de quitarse el sombrero. Con su punto exacto de sal aunque ella diga que tienen mucha. Lo sano es una cosa, lo rico es otra. Co-jonudos.
Después unas pencas pero no unas pencas cualquiera, estas están muy bien trabajadas. Con su verduritas y una salsa de carne que les da un toque excepcional. Solo con mis expresiones creo que se sabe que estoy disfrutando.
Reconozco que hoy el asunto del vino me está haciendo despistarme un tanto de la comida en sí. No significa que no esté disfrutando pero hoy el vino está quitando protagonismo a la comida.
La elección de Jon para nuestra cena ha sido un blanco de Rioja. Un vino que ni siquiera ha salido al mercado. Se elaboraron tan solo unas 600 botellas y hoy hemos tenido la suerte de bebernos una.
Mezcla de tres variedades de uva: Viura, Malvasís y Garnacha blanca.
Con 5 meses de crianza que además ahora, pasados ya unos años, le dan un aroma impresionante. La nariz me ha encantado. Nada más ver el color en la copa te das cuenta de que este blanco es mucho blanco.
Contino. Cosecha 2006. La madera muy presente. Tenemos a un tremendo profesional con nosotros. Mejor sumiller del estado en 2009 y algún que otro premio más. Pero lo mejor es su tremenda pasión.
Me pierdo escuchándole y sigo disfrutando de la nariz de este vino. Le damos un poco de tiempo a que se airee y lo que conseguimos es ganar aún más.
Está rico, muy rico. Desde luego que esta botella permanecerá en mi mente un largo tiempo. Ese “morbo” de saber que soy un privilegiado por haberlo bebido……
Llega ahora el plato principal de la cena. Un tremendo Cogote de merluza.
Acompañado de unas riquísimas patatas panadera, cebolla pochada, unos tomates y sus correspondiente ajos. Un jugo propio que hace que untar pan sea algo inevitable.
Un platazo, calidad del producto de diez y elaboración sobresaliente. Además es una ración que te permite quedarse satisfecho.
Algo dulce habrá que tomar para rematar el asunto. Asi que una tarta de queso “tiene la culpa”. Para ella con su mermelada, para mi no, me gusta demasiado la tarta como para necesitar “ayudas”. Sobre una vainilla, con una bola de helado de compañía. Un buen postre que además permite que de nuevo nos introduzcamos en el mundo del vino.
Allí que aparece Jon Andoni con dos botellas. Por un lado un Kleines Gewürz, vino alemán. Dorado. Mucha fruta tropical en nariz y boca. Suave. Creo que marida de maravilla con nuestro postre. Por otro lado un vino distinto, un vino de Málaga, Ariyanes, que al parecer elabora una mujer que fue allí de vacaciones y se enamoró de la tierra y sin estudios previos, comenzó a criar vinos. En este caso las pasas están muy presentes. He probado los dos pero me queda una copa del blanco y hoy ha ganado la pelea. Que un vino blanco me haga casi olvidarme de los dulces…… Y junto a la experiencia en Las Piscinas ya van dos este mes.
Un cafecito y una infusión y de nuevo charla en la zona de la barra con Jon. Hacemos un trato. Yo prometo volver en septiembre y él promete guardarme un albariño que había sido una de las posibilidades de hoy y con el que tengo que reconciliarme.
Calidad, entorno precioso, una atención inmejorable, lo del vino ni que contar….. Vuelvo pero vamos que vuelvo.
Eskerrik asko Jon Andoni y compañía. Un verdadero placer.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

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