De paso por Zaragoza camino de Bilbao…

No pensaba entrar, pero al enterarme de que este lugar era donde iba a comer mi familia (tenía en sus anteriores etapas unas tapas interesantes y además lo frecuentan algunos amigos a la hora del aperitivo) paré a tomarme un vinito y "echar un bocao".

En la mítica calle de Moneva esquina con Sanclemente…. Ahí está Gorricho.

Lo encontré totalmente reformado, imperan los colores blancos, mucha luminosidad… Pero la barra sigue en una forma espléndida.

Tome un par de tapas con un blanquito y bajamos al comedor, en planta baja, sin vistas ni luces. Los colores claros ayudan a “despejar”.

Buen ambiente, parroquia animada… Bien.

Cocina navarro-aragonesa tradicional con toquecillos esporádicos. Tomamos el menú del día, de festivos, porque era completísimo y a buen precio: 13,90€.

Como se me venían encima dos jornadas gastronómicas de campeonato, preferí tomar dos primeros, una práctica que cuando quiero cuidarme efectúo con habitualidad.

• Cogollos con atún, anchoas y vinagreta de encurtidos. Fresco, buen producto, bien aliñado.

• Garbanzos en caldereta con bogavante. No es que estuvieran malos (y además, generosos de bogavante), pero faltaba "chup chup", concentración, que estuviera más trabadito… Bueno, pues ligerito, que al final es lo que yo buscaba, aunque aquí lo encontré de chiripa.

• Cremoso de queso con helado de frambuesa. Correcto.

El menú incluía una botellita de un somontano resultón, Montesierra Joven 2012.

Servicio simpático y cariñoso, brindado por un maño saleroso que te hacía todo fácil. Muy bien en este apartado.

Si antes te tomas unas tapitas en la barra de planta calle y/o en alguno de los locales de la C/Moneva… pues no es mala opción, considerando sobre todo la RCP.