Restaurante Ego en Trieste
Restaurante Ego
País:
Italia
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
28 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Ego
OPINIONES
1

Restaurante pequeño metido entre las callejuelas del centro de Trieste. El sitio es nuevo (desde octubre de 2012), y obviamente pretende llegar a ser un lugar de nivel, aunque entiendo que el chef es consciente de que aún le queda recorrido. Creo que no va por mal camino.

El lugar tiene una terraza muy (muy) agradable encerrada entre callecitas peatonales. El interior es de decoración fría, rojo-negro-metálico, no precisamente mi estilo. La separación entre mesas es óptima. Cubertería, cristalería y mantelería acordes con un sitio nuevo de gama media que pretende ser alta en un futuro, es decir, bien. Las copas Italesse Tech me gustan particularmente, y este lugar las tiene. Carta centrada en cocina italiana del norte con mucho pescado (del día, en pizarra, actualizado según mercado y servido y cobrado por peso, como toca), pastas, entrantes y unos pocos postres caseros. Nosotros comenzamos con un tartar de atún con juliana de verduras. La juliana estaba cortada en forma de finos spaghetti, original y agradable para comer. El atún era bueno y el tartar estaba bien resuelto, pero un exceso de aceite de oliva (?) no nos permitió degustar bien el plato. Después mi pareja pasó a unos orechiette con una salsa de tomate y pecorino que estaba realmente buena. La pasta, obviamente, fresca y bien cocinada. Yo comí un risotto de caldo de pescado y verduras con gambas y lima que estaba muy bueno, el toque de la lima aportaba frescor a un caldo ciertamente denso y sabroso. De nuevo nos sorprendió (aunque menos negativamente que en el entrante) la abundancia de aceite de oliva en los platos. El pan, por cierto, era decente pero un pelín por debajo de los platos, a mejorar a pesar de incluir tres tipos (blanco, de semillas enteras y blanco con olivas). De postre compartimos un sorbete de limón que era más bien un helado, nada ligero pero, eso sí, muy bueno. Acabamos pagando 56 euros entre dos, sumándole a ello una copa de vino blanco de la región recomendado por la camarera con servicio apropiado, un litro de agua normal y medio de agua con gas. Cabe destacar que la diferencia de precio entre el risotto (18) y la pasta (7.5) es grande.

Servicio atento y eficaz. El chef se encargó de sacarnos algunos de los platos aprovechando que no había mucha gente (tres-cuatro mesas en la terraza). Tuvieron el detalle de servirnos tanto el entrante como el postre, ambos pedidos para compartir entre los dos, en raciones más abundantes de lo normal sin incrementar el precio. El chef es realmente joven, y se le nota maneras y actitud. Apunta más alto del lugar en que se encuentra ahora su restaurante. Si se atreve a incrementar la complejidad o la originalidad de sus platos, mejora algunos aspectos como el pan o la decoración interior, y sobre todo modera su uso del aceite de oliva, puede llegar más allá. De momento, Ego es una opción meritoria para una ciudad donde la buena mesa abunda.

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