Restaurante situado en pleno centro de Sanxenxo, cerca del puerto deportivo, completamente remodelado este año. Antiguamente simplemente actuaba como restaurante del hotel mientras que ahora buscan todo tipo de clientela.

El local cuenta con una pequeña terraza en la calle y una zona interior con mesas de madera, bastante juntas para aprovechar el espacio, pero lo mejor es una terraza trasera cubierta con una carpa blanca. Resulta tremendamente agradable porque se come a la sombra pero al aire libre.

El restaurante está montado para tapeo, de hecho, la carta es de tapas directamente, pero sobre todo tapas elaboradas. Además, hay una pequeña carta de vinos por copas con varias D.O. pero vinos muy comerciales.

Para comer pedimos para compartir al centro lo siguiente (2 raciones de cada uno):

- Ensalada de brie
- Cestillas de pulpo en tempura
- Croquetas de setas
- Verduras en tempura
- Milhojas de solomillitos

Todas las tapas estaban buenas, sin destacar unas sobre otras.

Los 6 pedimos postre: variado de helados artesanales, filloas rellenas de crema y cremoso de yogur fueron las 3 opciones elegidas. De lo mejor de la comida.

En cuanto a los líquidos, no nos apetecía tomar vino así que nos decantamos por unas buenas cañas de 1906 o las 0'0 de Estrella Galicia (2 por persona), dependiendo del caso junto con un agua grande.

La conclusión es que es un sitio muy agradable para tapear pero sobre todo por el entorno. La comida no está mal pero tampoco emociona. Hay muchos sitios mejores en Sanxenxo pero es una opción más.