Restaurante del hotel-spa L´Agapa (5*). Comedor con decoración moderna y con mucha luz, debido a los ventanales que nos premian con preciosas vistas a la playa de Trestraou. Mesas elegantemente vestidas y correctamente separadas. Servicio acorde a la “supuesta” categoría del restaurante (una discutible estrella Michelín) por parte del maitre y de la camarera. Atentos y sin problemas con el inglés.

Carta no muy larga basada en buenos productos de temporada de la zona, con elaboraciones y presentaciones actualizadas. Tienen hasta 3 menús diferentes a precio cerrado; opté por el menú gourmet (90€) que permite coger de la carta un entrante, un pescado, una carne, una degustación de quesos y un postre.

Cestita de panes variada, todos muy buenos, especialmente uno con trocitos de pasas y orejones.

Cena para uno solo:

Detalles de la casa:

- Una croqueta redonda rellena de algún queso azul muy suave que estaba realmente rica; crujiente por fuera y fluida por dentro.
- Una especie de barquillo relleno de algo cremoso y bastante anodino que no pude identificar.
- Un vasito con una delicadísima espuma de trufa blanca sobre un atemperado flan de foie gras. De rechupete.
- Un chupito de sopa de melón y menta muy refrescante.

Platos:

- Tourte de pintade de la ferme "Paumerais" au foie gras de canard: Pastel salado hecho al horno y relleno de pechuga de pintada y foie-gras de pato. Buen plato pero se hace algo pesada la masa que envuelve la pechuga y foie. Aparte, una muy simple pero lograda ensalada con hojas de lechuga y nuevamente tiras de pechuga de pintada caramelizada.

- Turbot cuit sur l'arête pommes de terre façon boulangère: Taco muy escaso de rodaballo asado justo en su punto sobre una base de manzana asada cortada "a la panadera". Se sirvió con un riquísimo ragout de mejillones y berberechos con cebolla dulce que dejó al pescado en un segundo plano.

- Carré d'agneau en croûte d'herbes : Una ridícula chuleta (si, solo una) de cordero asada al horno con una costra de hierbas. Se presentó con un calabacín asado que según la carta debería haber ido relleno de hongos silvestres y trufados; a mí me lo sirvieron relleno de carne picada con un resultado bastante vulgar. Me llevé un buen chasco con este plato.

- Le chariot de fromages affinés: Buen carro con unos 15 quesos, todos ellos franceses. Probé pont-l'évêque, perail, roquefort y uno de cabra que lamento no apuntar porque estaba riquísimo. Se presentan con una ensaladita verde, frutos secos y orejones. Sinceramente, me los hubiera traído a casa todos ellos.

- Le Kouign Aman caramélisé: Tarta típica de Bretaña hecha con harina de trigo, mantequilla, huevos y azúcar. La tarde anterior lo probé en el salón de té de una tradicional pastelería en Perros-Guirec y me gustó muchísimo. Sin embargo, el del restaurante dejó que desear: me resultó demasiado seco.

Al final, una bandejita con varios petit-fours, destacando una potente gominola de arándanos.

Al pedir la cuenta, me ofrecieron probar unas tabletas y obleas de chocolates que ellos parten con las manos (obviamente con guantes). Original y simpática oferta de chocolates de calidad.

Carta de vinos no muy larga y con vinos franceses básicamente (de España un blanco y un tinto, ambos curiosamente de La Conca de Barberá pero sin decir cuál). Toca todas las AOCs pero sin ser muy extensa la oferta de cada una. Precios no aptos para mi bolsillo (el más barato, un rosado joven a 45€). Opté por media botella de un elegante Domain Philippe Tessier 2011 (Cheverny AOC) del Valle del Loira a 22€, elaborada con sauvignon(80%)-chardonnay(15%)-orbois(5%). Copas increíblemente discretas para un local estrellado, aunque tengo que decir que la temperatura y el servicio rozó el sobresaliente. Solo lamentar el tema precios bajo mi punto de vista, penalizando la puntuación en el tema servicio del vino.

Precio total: 116.50€ (incluido pan y servicio, botella de vino y botella de agua de 50cl a 4.50€)

Nota 1: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local a la carta con servicio incluido y sin bebidas.

Nota 2: La pregunta del millón. ¿Restaurante digno de estrella michelín? Desde luego, si este lo tiene, en España debería haber una constelación de restaurantes con estrella; para mi, los platos no están a la altura de lo esperado. Lo que mejor recuerdo son los detalles de la casa y no tanto los platos principales, a excepción del ragout de moluscos. Eso si, el comedor, entorno y servicio de bandera.