De entrada os diré que no creo que debamos comentar aquí este tipo de locales en Verema, ya que para mí no merecen el titulo de restaurantes, solo falta que empecemos a colgar comentarios de Mac’s, Telepizzas y cosas por el estilo. Si me he animado a hacerlo, es para que sirva de aviso ante la posibilidad de que algún cándido crea que realmente que como dice una conocida web, éste es el segundo mejor restaurante de Girona.

Dicho lo cual, digo que me gusta la buena Pizza.

Hace años, volviendo de un viaje por Italia al pasar por Niza nos “perdimos”, todavía no eran habituales los GPS, y fuimos a parar a una pizzería del extrarradio una de esas pizzerías de “pizzas para llevar” tan habituales en Francia. Disponía de tres o cuatro mesitas así que entramos atraídos por su horno de leña (y porque no encontrábamos otra cosa), pero como dice Sabina “en ocasiones el diablo va y se pone de tu parte”, y en esta ocasión lo hizo. No recuerdo lo que pidieron los demás, pero yo pedí una pizza de queso de cabra, y puedo asegurar que de lejos, es la mejor pizza que he probado en mi vida.

He vuelto desde entonces en cinco o seis ocasiones a Niza, he recorrido toda la zona por la que creo estaba la pizzería, la he buscado en Google, en Google Maps, he peinado Niza en con el Street View, y no he logrado encontrarla.

Por eso, al ver que una famosa página de restaurantes consideraba al Corsaro, una pizzería de “Pizzas para llevar”, como el segundo mejor restaurante de Girona, me acordé de mi añorada pizzería de Niza.

Nada que ver, ni horno de leña, ni las románticas mesitas a la luz de la luna, ni el trato amable divertido y cercano del Pizzaiolo de Niza, en su lugar un gran horno eléctrico, unos taburetes, y el servicio típico que se puede encontrar en cualquier local de “takeaway”.

La Pizzería está situada en mi antiguo barrio, Palau Sacosta, y a menos de 100 metros de la casa en la que viví muchos años.

Su entorno interior no es ni más ni menos que el de un local de comida para llevar, dispone de unos taburetes y unos incomodos estantes colgados a la pared que hacen las veces de mesas.

Encima del mostrador tienen varios ejemplares de Carta, así que después de preguntarle al encargado si me pueden cambiar un ingrediente por otro, y contestarme que sí, pero que tengo que pagar el nuevo ingrediente, y que no me descuentan el que no me ponen, le doy las gracias por nada y me decanto por:

La Pizza: