El problema es que Barcelona tiene muchos centros de la ciudad, y en este caso está junto a la Sagrada Familia pero lejos del puerto, del tren, de las Ramblas, etc...

Sin cambios en el hotel más allá de unas ruidosas obras en la calle y una reparación de agua interior pero que se suplió bien con agua embotellada.

Persiste la mala costumbre de pedir tarjeta de crédito a un cliente que ya ha pagado su habitación hace semanas y de la que aún no le han dado la llave. Lo peor es que no es el único.

Un hotel de diseño funcional con algunas habitaciones con vistas a las inacabables obras de la Sagrada Familia, con parada de metro cercana y con diseeño moderno.
Habitaciones de tamaño medio con buena mesa trabajo, wifi gratis, baño con amplia ducha, camas pequeñas, buena ropa. Bien de complementos del baño, bien de armario. Nevera con bebidas (no alcohólicas) gratis.

Desayuno con decoración moderna. Muy buen fiambre local, buen zumo natural de naranja, buen café. Opciones de cocina caliente por petición. Hay cava Excelencia y aceites de La Española cumplidores. Buena bollería con Cakes interesantes. En general, notable.

Precio con desayuno