De: Iñaki Blasco
Date: 14/02/2002
Para cualquier sentido tenemos una sensibilidad innata que no hay quien la cambie. Hemos nacido con ella y cada uno tiene un límite máximo. Lo que ocurre es que para llegar a ese máximo hay que practicarlo y trabajarlo mucho, que es exactamente lo que te dicen Borlán y Anna. Es importante crearte una base de datos mental de olores, y tener siempre atento el olfato para no dejar de archivar. También es cierto que el sentido del olfato se puede perder. ¡A cuidarse!
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