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De: Iñaki Blasco
Date: 15/01/2002
Últimamente tiendo a beber el vino, a tomarlo, catarlo, como copa y no como acompañamiento de una comida. ¿No os ocurre eso cuando tenéis una buena botella de vino delante? (intuyo que sí según los comentarios que leo en el foro). Va contra natura, o contra sus propios orígenes, pero según qué vinos de los que se hacen hoy en día, es difícil, sino imposible, beberlos con ninguna comida. Prefiero no pensar en maridajes y centrarme en el placer que me produce únicamente la degustación del vino (y esto no quiere decir renunciar a gloriosos maridajes a los que no estoy dispuesto a renunciar).
¿Y para comer ? Pues muchas veces prefiero un vino joven o con poca crianza. Los maridajes al uso de los vinos con mucho extracto, mucho alcohol, mucha crianza son siempre que si la caza, que si los asados, que si ... y la verdad, no es mi dieta habitual.
No me importa, ni me rasgo las vestiduras, incluso creo que es un honor para el vino llegar a tener esa consideración per se, pero ... siempre hay cabida para la duda.
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